Casi sin que nadie se diera cuenta, en apenas más de un año, Sur Finanzas Group S.A. se creó y apareció como patrocinante principal en las camisetas de Banfield y Platense. El sur y el norte del conurbano. El oeste lo cubrió en el dorsal de la camiseta de Deportivo Morón con Sur Cambio, una empresa subsidiaria; y completó el tablero geográfico en la Ciudad de Buenos Aires cuando asomó en el frente de Barracas Central y de Atlanta. Un crecimiento tan veloz como dudoso.
Eran pocas las personas que habían puesto la lupa en la empresa, hasta que el último fin de semana el periodista Leandro Adonio Belli, director del medio partidario Racingmaníacos, publicó que la financiera había llegado a un acuerdo con Racing para convertirse en main sponsor. Al principio se publicó que el contrato era por dos años. Después, por uno a cambio de un millón doscientos mil dólares.
La situación se agravó cuando Adonio Belli advirtió que uno de los supuestos accionistas de la compañía era Raúl "Huevo" Escobar, el exjefe de la barrabrava de Racing, quien se retiró de la tribuna tras el asesinato del periodista Nicolás Pacheco en la sede que el club tiene en Villa del Parque. En los últimos meses, Huevo volvió a ser nombrado por la interna feroz en La Guardia Imperial.
El mundo Racing, de repente, entró en ebullición: además de dudar de la fiabilidad y consistencia de la compañía y de cuestionar detalles estéticos como su logo; la participación de un influyente barrabrava horas después de que en el Cilindro se vivieran minutos de tensión por las amenazas a distancia entre las facciones de Los Pibes de Racing y la de Dock Sud –de la que participaba Huevo– hizo estallar de bronca a buena parte de la masa societaria. El clima de las redes sociales, muchas veces distorsionado con respecto a la realidad, llegó enseguida al teléfono del presidente Víctor Blanco y del resto de dirigentes de la institución.
Al principio, Blanco relativizó la publicación y la atribuyó a una campaña de desprestigio. El dirigente aseguraba que no había argumentos ni documentación para retirarse de la negociación. Sin embargo, a medida que pasaban las horas y aconsejado por su grupo más cercano, empezó a darse cuenta de que no era un simple hashtag: Sur Finanzas iba a ser un problema más que una solución. Fue por eso que el contrato nunca se firmó.
https://twitter.com/LeandroAdonio/status/1642602876659806210
De cuevas y relaciones
El lunes, curiosamente, sin que el club haya anunciado nada oficialmente, el supuesto dueño de esta empresa financiera, Ariel Vallejos, dio una entrevista en Clarín. Daba por hecha la operación y contaba que había acercado la propuesta a Racing –club del que es hincha– gracias al vínculo que lo unía con el presidente de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), Claudio Tapia. “Tengo una relación muy linda, sobre todo con el Chiqui. Le prestamos dinero a varios clubes que necesitan financiación. Además, soy espónsor de Barracas Central”, contó.
Mientras Vallejos se llevaba la marca de algunos medios, en ese mundo del off the record que domina al poder del fútbol, varias personas lo definían como un "testa" y empezaban a soltar lo poco que se sabía sobre la opacidad de esta empresa: “Hay muchos dirigentes que están metidos”, deslizaban.
El primero que afloró fue el presidente de Banfield, Eduardo Spinosa, mencionado como uno de los accionistas sotto voce junto con su hermano Federico Spinosa, secretario del club y con una larga experiencia en financieras y casas de cambio en el sur del conurbano bonaerense. No solo asomó ese apellido, sino otros más rutilantes.
Más allá de las idas y vueltas con la esponsorización de Racing, Vallejos dejó en claro que el crecimiento aceleradísimo de Sur Finanzas no se dio por préstamos personales, jubilatorios o pymes, sino por prestarle dinero a clubes de fútbol. No fueron pocas las personas que recordaron esta semana el escándalo de las financieras en la AFA que protagonizó hace unos años el gerente financiero Rubén Raposo, un histórico ladero de Julio Humberto Grondona.
“Acá se había hecho costumbre que los cheques por los derechos de TV estuvieran con fechas de cobro a 90 o 120 días. Eso obligaba a ir a las financieras a cambiarlos. Y terminaban pagando tasas de un 45 o 50 por ciento. La idea es terminar con ese planteo falaz. Pedimos aumento a la TV, pero después lo tiramos en una financiera”, había denunciado el entonces tesorero de la AFA Matías Lammens en enero de 2016. La gerencia financiera emitía los cheques y la principal financiera en las que se trocaban con intereses altísimos era la regenteada por el hijo de Raposo.
En la AFA, y sobre todo en Argentina, a veces la historia también puede repetirse dos veces.