El re-renunciamiento de Cristina Fernández de Kirchner a una candidatura suma un empujón a la idea de desenganchar las elecciones bonaerenses de las nacionales, estrategia bajo análisis del gobernador Axel Kicillof. La presencia de la vicepresidenta en cualquier tramo de la boleta era un activo para traccionar votos; sin ella, gana volumen la visión de que en estos comicios deben discutirse los problemas de Buenos Aires, evitando que ese debate quede embarrado en problemáticas macro que pondría en primer plano cuestiones como la inflación y la pérdida del poder adquisitivo del salario.
Así lo reconoció a Letra P un dirigente de trato cotidiano con el gobernador, aunque destacó que “aún no está definido” y la decisión se tomará luego del 24 de junio, fecha límite para la presentación de listas de candidaturas.
Tanto Kicillof como sus funcionarios más cercanos vienen manifestando públicamente la conveniencia de que en los comicios de este año se discuta el “modelo de provincia”, algo que a veces “se ve opacado por la discusión nacional”, según el mandatario.
En La Plata se analizan diversas variables y dirigentes del ejecutivo mantienen conversaciones con todas las tribus del Frente de Todos. En calle 6 repiten que dependerá de lo que diga Cristina y que cualquier definición no se tomará hasta después del cierre de listas, pese a que la oposición acusó al oficialismo de “especular” y reclamó que dé a conocer “ya” la fecha de las elecciones generales.
La última carta de CFK no altera lo planes del gobernador, que seguirá con sus recorridas por la provincia reforzando su candidatura en busca de la reelección; en Bragado, este miércoles volvió a las tradicionales mateadas de campaña. En tanto, su nombre sigue siendo mencionado en mesas de rosca donde se baraja la opción de mandarlo a la competencia nacional. “Axel trabaja para ser reelecto en la provincia, pero hará lo que defina el espacio y Cristina”, repiten en su entorno.
Esgrimen argumentos para sostener que Kicillof es la mejor opción para la provincia: tiene los apoyos políticos necesarios -en estos meses logró el respaldo del sindicalismo, los movimientos sociales y gran parte de los intendentes-, es el único candidato -no hay nadie más que haya manifestado públicamente que quiere competir por la gobernación- y es el “candidato natural” porque tiene una buena gestión y chances comprobadas de ganar, pues es el mejor rankeado en encuestas propias y de la oposición.
En la gobernación toman distancia, además, de la discusión por la candidatura nacional. Aunque le hacen guiños a Sergio Massa y muestran su simpatía por el ministro del Interior, Wado de Pedro, no arriesgan nombres o preferencias. Su candidato será el que defina la vicepresidenta.