El abogado Carlos Morales, contratado por Enargas pero sin funciones concretas, agita la interna del área energética moviéndose como un operador todoterreno del titular de Energía, Eduardo Rodríguez Chirillo. Su injerencia en Cammesa y en la secretaría agrandan los conflictos con quienes fueron designados por Toto Caputo y Nicolás Posse.
La disputa por el control del área de Energía es un secreto a voces dentro del Gobierno y enfrenta a tres colaboradores de confianza estrecha del presidente Javier Milei. El jefe de Gabinete y el ministro de Economía vienen desplegando estrategias para sumar injerencia en un sector ofrendado inicialmente al grupo Techint y al empresario José Luis Manzano, quien despliega su influencia a través Chirillo.
La tensión interna tiene como escenarios las empresas públicas o con participación estatal y los entes reguladores de la actividad, en los que cada puesto directivo acerca o aleja el control sobre un área clave. Conocedor de esa situación, Chirillo desarrolló una política de empoderamiento del personal técnico y exfuncionarios para armar su equipo.
Como viene contando Letra P, Chirillo se valió de técnicos jubilados como el interventor del Ente Regulador de la Electricidad (ENRE), Darío Arrué, y también de personas como Morales quien, sin designación en la cartera energética, se mueve como un virtual jefe de Gabinete.
El alfil de Eduardo Rodríguez Chirillo
Abogado de profesión, Morales viene cumpliendo funciones determinantes en el esquema de la Secretaría de Energía, sobre todo aquellas relacionadas a la reestructuración de personal y presencia en organismos y empresas del sector. Por lo bajo, en los despachos de esa dependencia lo apodan "el funebrero". "Si te llama, es porque sos boleta", aseguran, en alusión a su dedicación para descabezar equipos y despedir gente.
Una muestra de cómo opera Morales es lo que ocurrió con el Grupo Asesor de la Secretaría de Energía (GASE), un organismo creado en 2005 por el entonces titular Daniel Cameron. El GASE administraba cuatro fideicomisos que solventaban gastos corrientes de las centrales térmicas construidas en conjunto entre Cammesa y las generadores eléctricas; y que posteriormente se privatizaron o pasaron a ser administradas por Enarsa, entre ellas Termoeléctrica San Martín y Termoeléctrica Manuel Belgrano.
Morales-Chirillo.jpg
Carlos Alonso, alfil de Eduardo Rodríguez Chirillo en el área de Energía
"Desde el mes de enero del corriente, cada uno de los integrantes efectivos a dicha fecha del Grupo Asesor y Equipo Técnico, diez personas en total, hemos sido citados a entrevistas con el doctor Carlos Morales, jefe de Asesores de esa Secretaría, con el objeto de comunicarnos la decisión de la Secretaría de disolver el Grupo Asesor y Equipo Técnico", precisa la carta elevada la semana pasada a Chirillo por el coordinador del GASE, Manuel Gallo Mendoza, pidiéndole instrucciones sobre cómo proceder frente a "la virtual disolución y consecuente imposibilidad objetiva de que se cumplimenten las funciones contractualmente asignadas".
"Hasta la fecha no se ha notificado a las entidades involucradas la formalización administrativa de la decisión de esa Secretaría, de disolver el GASE, que fuera comunicada y efectivizada en la forma antes expuesta", señalan en relación con el movimiento informal de Morales. Lo llamativo es que la mano derecha de Chirillo no tiene designación alguna en la Secretaría de Energía, sino que es planta permanente en Enargas desde la época en la que lo conducía Federico Bernal; un técnico que se sumó a la función pública de mano de Julio de Vido, pero que durante la campaña electoral 2023 se presentaba como el futuro secretario de Energía de Sergio Massa.
Maniobra fallida en Cammesa
En las últimas semanas, Morales también fue protagonista de una jugada de impacto alto para intentar frenar el desembarco de figuras alineadas con Posse a los cargos superiores de Cammesa. El jefe de Gabinete y Caputo frustraron el intento de Chirillo de colocar como presidente de la empresa a Sergio Falzone, un técnico que también fue corrido de la subsecretaría de Energía Eléctrica y que terminó recalando en Nucleoeléctrica Argentina.
Conociendo que era inminente la designación de un nuevo presidente en Cammesa no alineado con su jefe, Morales se inclinó por una salida rústica: se presentó en las oficinas de la compañía y, bajo amenaza de un despido con causa, intentó forzar la renuncia del gerente de Normativa y Auditoría Interna, Luis Ruisoto. La movida, ocurrida hace diez días, provocó un escándalo en el sector y aceleró los tiempos del conflicto.
Como corolario de la disputa, Posse y Caputo oficializaron este miércoles a Mario Cairella como presidente de Cammesa. Ahora el exfuncionario macrista, que estuvo al frente de la entidad durante el megaapagón de alcance nacional ocurrido en 2017, deberá resolver si mantiene en sus funciones al gerente general de la empresa mayorista del sector eléctrico, Jorge Garavaglia. La definición de ese movimiento puede dar pistas sobre qué desenlace tendrá la interna.