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Rutas argentinas: por qué Javier Milei estira la privatización hasta 2026

Llama a licitación para la concesión, pero admite que incumplirá plazos anunciados. Una empresa en concurso de acreedores. Infraestructura vial, deteriorada.

El gobierno de Javier Milei blanqueó que no está en condiciones de llevar adelante la privatización de las rutas nacionales con peaje en los primeros meses de este año y que ahora los tiempos para las dos primeras concesiones se extenderán, como mínimo, hasta enero de 2026.

En octubre pasado, la Casa Rosada y las autoridades de Vialidad Nacional anunciaron con bombos y platillos el inicio de la privatización de las rutas y autopistas con peaje mediante un cronograma que contemplaba adjudicar las dos primeras nuevas concesiones en abril de este año y otros 11 tramos en julio.

Bajo la denominación de nueva Red Federal de Concesiones (RFC), la privatización vial prometida por la gestión libertaria iba a arrancar en diciembre con la licitación del Tramo Oriental compuesto por la autovía del Mercosur de las rutas nacionales 12 y 14 y el Tramo Conexión que comprende los caminos de accesos y la Conexión Física Rosario-Victoria que une las provincias de Santa Fe y Entre Ríos.

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Las rutas de Javier Milei

Las rutas de Javier Milei

Estos dos trazados se encuentran actualmente en manos de la concesionaria privada Caminos del Río Uruguay (CRUSA), que está en concurso de acreedores y arrastra incumplimientos contractuales graves.

La segunda fase de la privatización vial tenía fecha de inicio febrero de este año y abarcaba las autopistas Riccheri-Ezeiza-Cañuelas y diez tramos adicionales más de rutas nacionales que pertenecen a la empresa estatal Corredores Viales S.A.

Confesión de parte de Javier Milei

Este miércoles, por medio del decreto 28/25, la administración mileísta reconoció que no podrá cumplir con los plazos anunciados y que los tiempos se estirarán por un año más y que las dos primeras concesiones de la lista van a ser licitadas en algún momento de los próximos meses.

Para disimular las demoras y complicaciones que enfrenta la privatización, el relato libertario salió a “vender” el decreto como si fuera “el inicio de la primera etapa del proceso licitatorio de la RFC” que engloba la Autovía del Mercosur y el Puente Rosario-Victoria y para el cual, según la visión oficial, se generaron “las condiciones económicas óptimas donde capitales privados puedan invertir en la operación y mantenimiento de estas trazas nacionales”.

Con las firmas de Milei y del ministro de Economía, Toto Caputo; el decreto habilita a la Secretaría de Transporte que comanda Franco Mogetta a aprobar, sin una fecha cierta, los pliegos de bases y condiciones; llamar a licitación; organizar una comisión de concesiones; calificar a los oferentes y adjudicar las dos primeros trazados viales dentro de un plazo de 12 meses.

Problemas adicionales en medio de la ruta

El retraso de la licitación puede generarle un problema adicional a la administración libertaria. Los contratos vigentes con la empresa privada CRUSA por la Autovía del Mercosur y la conexión Rosario-Victoria están prorrogados hasta mediados de abril.

Como no dan los tiempos para licitar y adjudicar estos tramos ante de esta fecha, la administración libertaria tendrá que resolver si se hace cargo el Estado o si vuelve a prorrogar las concesiones a la empresa que no ha realizado las obras contractuales.

CRUSA le reclama, además, al Gobierno una compensación millonaria por los aumentos de peaje que no fueron autorizados en las últimas dos décadas.

Demoras en la privatización

Tal como había anticipado Letra P, la privatización de las rutas quedó demorada el mes pasado debido a tres motivos que señalan fuentes empresarias y sindicales:

  • Las diferencias internas entre las autoridades de Vialidad Nacional, a cargo de Marcelo Campoy, quien responde a Lule Menem; y de Corredores Viales, que pilotea José Acevedo, exfuncionario larretista que ahora juega en equipo con el diputado Diego Santilli.
  • El mal estado de las calzadas que tienen las primeras rutas a concesionar según las últimas mediciones efectuadas por inspectores oficiales.
  • La falta de interés que mostraron hasta ahora las constructoras locales para hacerse cargo de las obras.

Daños en la infraestructura vial

El daño que presenta la infraestructura vial quedó expuesto tras los relevamientos de calzadas, rugosidad y deflectomería que realizaron en las últimas semanas profesionales de Vialidad.

En las rutas 12 y 14, se detectó una “gran número de fisuras en el pavimento flexible y en la cantidad de lozas de hormigón rotas que denotan una marcada falta de mantenimiento”.

Además, se verificaron “valores de ahuellamientos muy altos de hasta 60 milímetros, cinco veces más que el nivel de deterioro que es penalizado por las normas vigentes”.

A su vez, en los tramos de conexión del puente Rosario-Victoria se registraron ahuellamientos de 30 a 57 milímetros que afectan las condiciones de transitabilidad y seguridad.

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Toto Caputo deja a Vialidad Nacional casi sin capacidad operativa

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De mantenerse el esquema licitatorio que prepararon los equipos técnicos de Vialidad, la privatización de las rutas se basará en una ausencia total de obras nuevas de ampliación de la red vial existente; plazos contractuales sujetos a las propuestas de los oferentes; aumentos de tarifas de hasta el 200% después del primer año de concesión; más cabinas de cobro; y ajustes automáticos de los peajes cada 90 días.

Más allá de su apuesta por las operadoras privadas, el gobierno mileísta todavía no explicó cómo hará para revertir el deterioro creciente y peligroso de la infraestructura vial, que ya acumula más de un año sin inversiones mínimas en mantenimiento y arreglos de banquinas.

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