En el arranque del año electoral, la Asociación Empresaria Argentina (AEA) estrenó eufemismo para reclamar políticas de shock que normalicen la economía -al menos, unas muy distintas a las que lleva adelante el gobierno del Frente de Todos-. "Argentina deberá inevitablemente asumir desafíos significativos", advirtió el lobby del establishment duro de la Argentina en un comunicado cocinado en su asamblea anual.
Además, en otro mensaje a la administración que encabeza Alberto Fernández, pidió el fin de "injerencias indebidas" en la economía, "como los controles de precios" y "las múltiples restricciones vinculadas al comercio exterior".
AEA reúne a los pesos más pesados del empresariado argentino. Tres botones de muestra: las reuniones de su comisión directiva congregan a Héctor Magnetto (Grupo Clarín), a Paolo Rocca (Techint) y a Luis Pagani (Arcor), entre otros grandes. Son a quienes Cristina Fernández de Kirchner llama "los titulares", mote que podría servir para una taquillera serie de Netflix.
Después de, en línea fina con la narrativa de Juntos por el Cambio, pedir respeto “del principio constitucional de la división de poderes” y "una Justicia independiente”, señaló que “es inevitable que Argentina, para desarrollarse, pretenda alcanzar la normalidad en lo que se refiere a sus políticas económicas".
En ese sentido, repasó: "Durante largos años hemos convivido con el flagelo de la alta inflación, con déficits permanentes en las cuentas públicas, con la ausencia de una moneda doméstica respetada, con una muy elevada y distorsionada presión tributaria sobre el sector formal, con cambios permanentes en las reglas de juego, con varios tipos de cambio, con injerencias indebidas en el ámbito propio de las empresas como son los controles de precios o las múltiples restricciones vinculadas al comercio exterior; por solo nombrar algunas anomalías”.
“Somos conscientes -agregó- que para revertir dichas anomalías, que son insostenibles en el tiempo, y adoptar políticas económicas virtuosas como las que imperan en los países exitosos, Argentina deberá inevitablemente asumir desafíos significativos", advirtió.
"Tenemos claro, también -completó-, que ello requerirá de un trabajo político y técnico muy arduo y riguroso que no admitirá improvisaciones”.