El bono para resolver la deuda comercial que importadores tienen con sus proveedores extranjeros, no arranca. La expectativa del equipo económico que lidera Toto Caputo era que con la zanahoria de liquidar el título al Contado Con Liquidación (CCL), las empresas estarían más atraídas por el instrumento que el Banco Central, a cargo de Santiago Bausili, creó para refinanciar un pasivo que se calcula en u$s65.000 millones.
En la primera prueba, decepcionó. En la City porteña las opiniones se dividen entre quienes empiezan a ver mayor interés en el mercado de bonos y quienes piensan que se trata de un instrumento insuficiente. Las pymes todavía se sienten afuera.
El jueves pasado el Central licitó por cuarta vez el Bono para la Reconstrucción de una Argentina Libre (Bopreal) y adjudicó u$s340 millones. Escaso volumen y un bajón a la ilusión que tenían los mercados después de que se habían logrado colocar u$s1.179 millones la semana anterior, cuando la empresa Toyota suscribió la mayor parte, aseguran fuentes del sector importador.
Empresas poco convencidas
Mientras que las empresas argumentan que sus proveedores no aceptan el pago con un bono argentino; las pymes aseguran no estar capacitadas para operar con el instrumento financiero. Esta primera tanda de bonos tiene dos beneficios: uno es evitar pagar el Impuesto PAÍS; el otro, poder operar con el título en el mercado secundario para obtener rentabilidad.
En lo que va de enero, la paridad del Bopreal no ayuda. Se llama paridad de un bono a la relación entre el valor del título y el que finalmente se puede obtener. Al 100%, el comprador pagará el precio total. El estratega de renta fija de Adcap Grupo Financiero Javier Casabal, explicó que ese porcentaje estaba rindiendo alrededor de 65%, muy poco atractivo y por debajo de varios bonos provinciales.
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Por eso, el Banco Central abrió la posibilidad de liquidar el Bopreal en el mercado del CCL, para poder acceder a la moneda en cuentas en el exterior; y a partir febrero también quedará abierta la compra al tipo de cambio oficial, a fin de cancelar compromisos para los cuales no se solicitó la suscripción a estos títulos. Con la brecha entre el dólar cable y el oficial creciendo y cercana al 60%, la teoría indica que el interés crecería por una posible mayor ganancia.
Expectativa, por ahora, sin probar
En el mercado de bonos, la paridad avanzó alrededor del 80% en los últimos días. "Ahora vemos inversores más dispuestos e incluso extranjeros que estuvieron tratando a un valor de u$s3 millones", contó a este medio una operadora. A raíz del resultado magro del jueves, ese interés no se materializó en la práctica e hizo que perdiera fuerza la liquidez que lo hace proclive para intercambiarse en el mercado financiero.
"Todavía el mercado se está armando. Es un bono nuevo con demanda incierta en el exterior. Aún no veo una tendencia de suscripción importante de empresas para pagar. Es esperable que haya suscripción para tenencia de empresas de capital extranjero que tienen el pasivo en intercompany (intraempresa)", contó a Letra P una fuente del comercio exterior.
Una baja participación en el Bopreal también significa mayor presión hacia los tipos de cambio, porque es una de las opciones que tienen las compañías sobre qué hacer con los pesos. "El Central es el emisor que tiene mejor acceso posible a dólares y es el único que los puede comprar al tipo de cambio oficial. A $818 por dólar es todavía un tipo de cambio real que genera superávit comercial. El dato de inflación de 25.5%, menor a la esperada, soporta la tesis de que el BCRA podrá seguir acumulando reservas sin un nuevo salto cambiario", evaluó Casabal.
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Pymes, afuera
Otro punto irresuelto es que las pymes endeudadas, con mayor riesgo de paralización de plantas y menos espalda para el largo plazo, se quedan afuera del acceso al Bopreal. El titular de IPA, Daniel Rosato, explicó que la dificultad del sector es que "el bono no lo podés utilizar como medio de pago y requiere renegociarlo". "Cuando vas a renegociarlo y querés venderlo al CCL, te descuentan un 30% o 35%", graficó.
Datos de la Secretaría de Comercio afirman que hasta ahora, el padrón de la deuda comercial llega a un monto de u$s26.000 millones. Del total, u$s20.500 millones corresponden a grandes empresas; u$s2.800 millones a empresas medianas; y sólo u$s2.700 millones corresponde a pequeñas y micro empresas.