La vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner quiere, para la renegociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI), lo mismo que el ministro de Economía, Sergio Massa: que el organismo crediticio cambie las condicionalidades del acuerdo, que la Argentina pueda intervenir en sus mercados para controlar al dólar y que las metas estén atadas a una variable de crecimiento.
Fue uno de los guiños que la exmandataria le dedicó al líder del Frente Renovador, luego de dejar una sensación de renunciamiento en un escenario montado para su operativo clamor. No hubo una bendición a la candidatura presidencial del ministro, como tal vez esperaba la delegación massista que fue al Teatro Argentino, pero sí para negociar con el organismo internacional.
“Es necesario revisar las cláusulas. Este acuerdo es una política enlatada”, repitió la titular del Senado durante su discurso en el marco del lanzamiento de la Escuela Justicialista Néstor Kirchner (EJNK), en el Teatro Argentino de La Plata. CFK se refirió así a la “receta” que programó la entidad para el país, vinculada al déficit fiscal, las reservas internacionales y las transferencias al Tesoro como parámetros del éxito.
“La inflación está atada siempre a la falta de dólares en una economía bimonetaria. A esa restricción externa histórica de la Argentina se le sumó una vocación de la sociedad de elegir como moneda de reservas al dólar. Queremos fundamentalmente que se revisen las condicionalidades, hay que discutir que las sumas que se paguen estén atadas al superávit comercial y no al déficit”, subrayó la vice.
Más allá de que estaba anunciado que la Cristina tocaría temas económicos, desde el propio título de la disertación, hubo puntos de conexión con la misión massista que comenzó este mismo jueves. Anclar los objetivos del programa a las exportaciones es uno de los pedidos que llevará la comitiva encabezada por el secretario de Política Económica, Gabriel Rubinstein, a Washington, como contó Letra P. Para el Palacio de Hacienda, y para la expresidenta, es una clave para mostrar que el país sufre a causa de la sequía y que se pierde más de U$S 21.000 millones.
La meta del déficit ya está incumplida en un 56% para el primer trimestre del año, lo que complica el próximo desembolso de U$S10.000 que debería llegar en junio pero que el equipo económico buscará adelantar para sortear dificultades de la falta de divisas.
Ese fue otro punto clave en el discurso de la exmandataria. “Sobrecumplimos la meta de déficit del 2022 y, sin embargo, la inflación siguió”, advirtió sobre uno de los cuestionamientos más resaltados por la oposición sobre el gasto público y sus finalidades, direccionadas a la política social. Cristina argumentó que las grandes transferencias son al sector privado por exenciones, alícuotas quebradas e impago de impuestos, entre otros.
In Massa we trust
La titular de la Cámara Alta centralizó también en la necesidad de liberar las herramientas para que Argentina intervenga en su política monetaria, tras una semana de alta tensión cambiaria, y apoyó la maniobra por la que Massa presionó hasta que el presidente del Banco Central, Miguel Pesce, accionó: el uso de reservas para el control de los dólares financieros.
“El acuerdo prohibía que se interviniera. Parte de las discusiones que tuvo el anterior ministro (de Economía, Martín Guzmán) no fueron conmigo sino con el BCRA que no intervenía. No solo en esta situación, también en otras. Como por ejemplo, sentarse sobre las reservas", cuestionó la vice.
“No digo que no haya que pagar”, también remarcó y deslizó la discusión de las “sobretasas”, una mecánica del Fondo que consiste en cobrar una tasa adicional sobre los préstamos otorgados que surge de comparar el crédito obtenido contra la cuota del país solicitante. Una discusión que en su momento empujó Guzmán y Massa sostuvo.