Simplificar el sistema cambiario sería la exigencia que el Fondo Monetario Internacional (FMI) le pediría al equipo técnico que el ministro de Economía, Sergio Massa, enviará este jueves a Washington para renegociar el acuerdo. A cambio, el organismo crediticio le otorgaría al gobierno argentino la figurita difícil que al director del Banco Central, Miguel Pesce, le cuesta ceder: la libertad para intervenir en el mercado cambiario para frenar la escalada del dólar blue que, como contó Letra P, ya provocó la remarcación de precios y le metió presión a la inflación de abril.
El exdirector del departamento del Hemisferio Occidental del Fondo Claudio Loser explicó que, en un escenario de desdoblamiento extremo, el organismo le reclamará a la Argentina "un sistema con menos tipos de cambios y más realista". "(El FMI) quiere unificar como ocurre en la mayoría de los países”, señaló el economista, ante este medio.
A su vez, Loser aseguró que la intención de Massa será “intervenir en el mercado cada vez que haya especulación” para evitar la disparada del billete verde. A ese acuerdo llegó esta semana con el presidente Alberto Fernández y la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner para evitar una devaluación.
La presión para estabilizar el tipo de cambio era un compromiso de la última revisión del acuerdo. Al Fondo no le sirve adelantar giros hacia la Argentina que son para pagar la propia deuda con la entidad para luego caer en atrasos. “El país está en una posición muy frágil”, definió Loser y advirtió que, quizás, la exigencia no sea para todos los tipos de cambio.
Por su parte, el analista internacional Federico Vaccarezza advirtió que ”el Fondo no quiere una desestabilización mayor en pleno año electoral" y pronosticó que el organismo pedirá "una integración del tipo de cambio, pero parcial”. En ese sentido, descartó que el equipo económica vaya a ceder ante una exigencia "abrupta" como lo sería una devaluación.
Fuentes oficiales confían en que Massa contará con el apoyo de la entidad gracias a su buena relación con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y por la “conveniencia” de mantener ese vínculo en medio de un conflicto geopolítico con China. “Todo está sobre la mesa”, admitieron en los pasillos de la cartera económica, pero aclararon que los términos de la negociación no son los mismos que había durante el gobierno de Cambiemos.
La duda está en si Massa romperá ese pacto de la interna del Frente de Todos para obtener el poder que necesita con el fin de calmar el termómetro de la ansiedad social que representa el dólar ilegal, si aún piensa jugar en la carrera presidencial.
En el terreno de lo político, habrá que ver la elasticidad que alcanza la tensa relación con Pesce, quien este martes cedió ante la presión de utilizar la mesa de dinero para impulsar modificaciones en los dólares financieros. Esa maniobra tuvo su efecto este miércoles cuando el blue bajó $21 para cerrar la cotización a $474.
Aún en el caso de que el equipo económico consiga el visto bueno del FMI para intervenir en los mercados con frecuencia, las reservas internacionales netas, las que permiten controlar el tipo de cambio oficial, están cerca del terreno negativo y no dan margen. Los exportadores ya no ven atractivo en el dólar agro a $300 y las liquidaciones escasean.
El viceministro de Economía, Sergio Rubinstein, encabezará la comitiva que partirá este jueves hacia la capital estadounidense. Lo hará junto al jefe de asesores Leonardo Madcur. Al cierre de esta nota, estaba por definirse la participación del director del INDEC, Marco Lavagna, colaborador estrecho del equipo Massa en las relaciones con los organismos multilaterales.
La premisa que pondrán sobre la mesa será que el programa, así como está, “no funciona” y que hay que rediseñarlo de forma tal que las metas estén “atadas a otras variables”. Las exportaciones, son un punto deseable, y sirven para mostrar los arrolladores efectos de la sequía.