Peter Lamelas, el partner a medida de Javier Milei en la remake clase B de las relaciones carnales
Qué hay en la valija del virrey de Donald Trump. Lobby con poder de veto, injerencismo duro y doctrina amigo-enemigo. Peronismo en guardia y Lula en la mira.
El tenor descaradamente injerencista de los dichos del embajador designado por Donald Trump para la Argentina de Javier Milei, Peter Lamelas, ubica las "relaciones carnales" de la era menemista en un anaquel simpático de la memoria. Lo que viene con el virrey será más denso y condicionante.
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Las demandas, expresadas por Lamelas en la audiencia de confirmación que se realizó el martes en el Comité de Relaciones Exteriores del Senado estadounidense, podrían ser consideradas la contraprestación esperada por el "favor" del nuevo endeudamiento con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y del apoyo que el Departamento de Justicia le seguirá prestando al país en el juicio por la expropiación de YPF. Javier Milei no tiene cómo ni pretende decir "no".
Los dichos del futuro diplomático y los actos recientes de la administración republicana ponen sobre la mesa las cartas de Trump para vincularse con la región, a la que se digna a prestale atención tras un semestre de gestión en términos que no dejan nada en el medio del eje amigo-enemigo. Lo interesante es que eso se refiere a los diferentes gobiernos y, también, a la política interna de los países de la región.
Milei será entonces amigo, sus opositores internos enemigos y gobiernos como el de Luiz Inácio Lula da Silva objetivos contra los que se va a embestir con fiereza. Lo que ocurre en estos días entre Trump y el brasileño resulta un anticipo aterrador.
Peter Lamelas, embajador del lobby floridano
En lo que constituye una historia con varios antecedentes en las relaciones de Estados Unidos con la Argentina, Lamelas llega sin experiencia diplomática, sino más bien como un delegado personal del presidente de turno.
También se repite el hecho de que la embajada en Buenos Aires vaya a estar ocupada por un empresario, donante del Partido Republicano en general y de la campaña de Trump en particular.
El virrey Lamelas pertenece a la estirpe de entornistas que consiguen cargos por servicios prestados en campaña. Esta capital es, sin dudas, un gran lugar para vivir. Seguro que esa es la única recompensa que busca Lamelas, hasta ahora un hombre de negocios, además de servir a su país en la nación que gobierna su mayor aliado en el hemisferio.
La relación entre Lamelas y el presidente de los Estados Unidos no es nueva. Durante el primer mandato de Trump (2017-2021), el futuro embajdor ya había ocupado un cargo, se supone que menor: miembro de la Junta de Revisión de la Medalla al Valor del Departamento de Justicia, que distingue socorristas de desempeño destacado.
En lo que respecta a donaciones, Lamelas ha sido generoso y sólo en los comicios de noviembre de 2024 declaró haber puesto casi 500.000 dólares en diversos fondos de campaña, tal como consta en el sitio Open Secrets, una mina de oro de datos sobre el poder de los lobbies en la hiperpotencia.
En su historial no sólo se registran aportes a las aventuras electorales de Trump, sino también de quien será su jefe directo como jefe del Departamento de Estado, Marco Rubio.
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Javier Milei con el secretario de Estado, Marco Rubio, cubano estadounidense como su enviado a la Argentina, Peter Lamelas.
Lamelas y Rubio son sólo dos de los miembros del trumpismo que provienen de la inmensa cantera del conservadurismo de origen cubano de Florida. Esa pertenencia expresa una particular combinación de dinero, influencias e ideología ultraconservadora y macartista, dueña además de una mirada atenta y extrema sobre América Latina.
¿Quién es Peter Lamelas?
El hombre, de 66 años, es transparente. En la presentación que hace de sí mismo en su cuenta de Twitter dice ser "estadounidense legalmente 'por la gracia de Dios', cubano de nacimiento. Fundador de MD Now Urgent Care, médico, emprendedor y patriota. Nominado para embajador de los Estados Unidos en Argentina".
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Esa compañía, con base en Florida, creció hasta convertirse en la mayor red de clínicas de atención rápida de ese estado. Al venderla en 2002, el hombre se hizo con una fortuna enorme.
Lamelas nació en Cuba, de donde huiría con su familia a los cuatro años, y quedó marcado a fuego por el trauma de la revolución de 1959.
Él mismo ha contado sobre una visita de Fidel Castro a su casa, en la cual dijo que el jefe de la revolución se habría apropiado de un auto Chevrolet de su padre.
"Yo era pelirrojo y mi hermano también. Antes de irse, Castro nos frotó la cabeza y dijo: 'Oh, dos niños cubanos pelirrojos, rojos como la revolución", le contó en su momento a The Washington Post. "Esa es la razón por la que creo que hasta el día de hoy estoy perdiendo el cabello. Fue un veneno duradero", añadió.
La historia del desembarco de Peter Lamelas
Trump lo nominó para servir en la Argentina el 11 de diciembre del año pasado. Algo sabría el beneficiado porque un par de semanas antes había publicado un artículo elogioso sobre Milei que reprodujo en sus cuentas en las redes sociales.
"Desafortunadamente, Cuba permanece sin cambios, aún subyugada por su gobierno opresivo. El socialismo es más ineficiente, engaña a la gente, inflige crueldad y sirve como un trampolín al comunismo", señaló en el mismo. "Milei se ve a sí mismo como el Trump de la Argentina y su visita fue una oportunidad para construir lazos más fuertes entre los dos hombres amantes de la libertad", añadió.
Carta de las intenciones de Peter Lamelas
Lo que dijo en la audiencia del martes en el Senado fue ampliamente recogido por la prensa argentina y generó un escándalo político que, tal vez, demore un poco una confirmación que no corre riesgo.
"De ser confirmado, me mantendré firme contra la influencia maligna de potencias adversarias en la región, ya sean actores maliciosos o regímenes autoritarios como los de Cuba, Venezuela, Nicaragua, China, Irán y otros que buscan socavar los valores democráticos", dijo el virrey.
En Argentina, aleccionó, "hay 23 provincias y cada una tiene su propio gobierno, que puede negociar con fuerzas externas, con los chinos u otros para hacer proyectos (…). Eso también puede prestarse a la corrupción por parte de los chinos". Olvidó a la Ciudad de Buenos Aires, pero seguramente Jorge Macri será uno de los anfitriones de las visitas de advertencia contra cualquier vínculo con Pekín que prometió en la audiencia. Si Milei veta leyes, el futuro embajador se arroga la potestad de vetar inversiones.
Determinó, asimismo, que Cristina Fernández de Kirchner cursa arresto domiciliario por "algún favoritismo político" y no por ser esa la norma legal para las personas condenadas mayores de 70 años. Por si eso fuera poco, arriesgó que, si bien "no estuvo involucrada en el atentado contra la AMIA, definitivamente de alguna manera estuvo involucrada en el encubrimiento". Afortunadamente, dejó en manos de Dios determinar "si estuvo involucrada en la muerte del fiscal" Alberto Nisman.
Se comprometió ante los senadores que lo escuchaban a "seguir monitoreando" al "movimiento cristinista, que está probablemente más a la izquierda que el movimiento peronista".
Para terminar de echar luz sobre el rol que se reserva, señaló que nuestro país "ha tenido múltiples presidencias" –¿se habrá referido al trauma de 2001 o a los cuatro años que dura cada mandato?– y que su misión es "seguir apoyando a la presidencia de Milei durante las elecciones de mitad de mandato para construir una mejor relación entre nuestros dos países".
Por otro lado, ¿se sabrá en algún momento algo más sobre el misterioso vuelo del 26 de febrero de la empresa Royal Class, cuya única pasajera Laura Belén Arrieta y su tripulación pasaron sin controles cinco valijas por la Aduana? ¿Se podrá determinar si, como se ha denunciado, Leandro Scatturice, nuevo dueño de Flybondi, está vinculado con Royal Class y es un enlace entre Trump, Milei y la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC)?
"Ya le adelanto que ni se moleste en venir a La Plata: acá nadie lo va a recibir", le dijo luego Kicillof al norteamericano en un discurso. ¿En 2027 podría ser Lamelas o Kicillof?
Donal Trump y el futuro
El enviado se mueve con esa idea indeseable en mente y por eso ya avisa que trabajará por la reelección de Milei. Trump no sólo piensa en la continuidad de su peón argentino, sino en la suya propia, a priori prohibida por la Constitución y que se dirimiría en noviembre de 2028.
Para que eso sea posible deberá lidiar con varios obstáculos:
Uno, la carta magna norteamericana, que limita a dos los mandatos que puede cumplir un presidente, así no sean continuos.
Dos, la edad: llegaría a esos comicios con 82 años.
Tres, la salud. Su vocera, Karoline Leavitt, debió explicar que la notable hinchazón de piernas que se le vio al republicano en una serie de fotos no es producto de una enfermedad cardiovascular, sino de una "insuficiencia venosa crónica", un problema menor. Según la mujer, en tanto, los moretones que se vieron en las manos del presidente son improntas dejadas por la efusividad de los simpatizantes que lo saludan.
Disparen sobre Lula da Silva, el enemigo de la región
Por ahora, nada, ni siquiera la ley, parece detener a Trump. Si el sostenimiento militante de Milei será la política que traerá Lamelas, la increíble hostilidad con Lula da Silva es la otra mitad de su carta de intenciones regional.
La internacional ultra está en acción en Sudamérica. La imposición de un arancel del 50% a todas las ventas de Brasil a Estados Unidos no tiene una justificación comercial, sino en lo que Trump ha definido como una persecución judicial a Jair Bolsonaro, la que, exigió, "debe terminar". Por ahora, según las encuestas, el tiro le sale por la culata y beneficia a Lula da Silva, pero esas estrategias miden su eficacia en el largo plazo y en las prácticas que no salen en los medios.
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Caras de póker. Lula da Silva y Javier Miler en la gélida Buenos Aires.
Trump resiente el juicio que el Supremo Tribunal Federal (STF, la corte suprema brasileña) lleva adelante contra el exmilitar por el intento de golpe de enero de 2023. Bolsonaro, por otro lado, ha sido inhabilitado por la máxima instancia de la Justicia electoral hasta 2030 por haber intentado socavar la credibilidad del sistema de votación en los comicios de octubre-noviembre de 2022.
La ofensiva, de un nivel de injerencia como no se ve desde la Guerra Fría, arrecia. Según se señala, por influencia de Eduardo Bolsonaro en Washington, la Casa Blanca ha prohibido el ingreso del juez supremo Alexandre de Moraes a Estados Unidos, así como de otros siete magistrados del cuerpo.
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El asalto al Capitolio alentado por Donald Trump tras su derrota en 2020, cuando fue por la reelección.
Trump respalda las prácticas de Bolsonaro, quien, vale recordar, no hizo más que seguir con el copamiento de las sedes de los tres poderes en Brasilia el guion de los trumpistas radicales en el Capitolio en enero de 2021.
El valor de la democracia se derrite en Estados Unidos. Ese impulso acaso también venga en valija diplomática.