CÍRCULO SANTA FE

Vicentin, la caída del gigante

El juez que atiende el concurso le dio un revés inesperado a la cerealera y abrió una salida impensada. Los nuevos interesados y el rol del Estado.

"La caída del gigante" fue el cintillo que Letra P decidió usar desde el día uno del default por 1.500 millones de dólares de la cerealera Vicentin a fines de 2019 para identificar las notas sobre el tema comercial que derivó en una novela política y empresarial de escala. Para esta columna, esa frase se volcó directamente al título como corolario de un estruendoso final en el que la aceitera acaba de perder la oportunidad de pilotear la salida concursal y, probablemente, el futuro de la empresa como se conocía hasta ahora.

La nueva salida que plantea el juez no significa que cualquiera levante la mano y se hago cargo del monstruo. Quien quiera dar el paso, en un camino burocráticamente desgastante, tendrá que poner dinero, los granos, pagar los sueldos y mantener las plantas operativas. Todo en este escenario económico incierto. Es borrón y cuenta nueva.

Por definición, deberá hacer una mejor propuesta que la que acaba de rechazar el juez en su resolución. En la misma, fundamentó que la respuesta ofrecida no guardaba relación adecuada con la esperada y que existió “desigual distribución del esfuerzo entre los acreedores y la sociedad concursada”. Parece que deberá entrar un mediocampista todoterreno y sacrificado.

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La propuesta de Vicentin ya tuvo las conformidades necesarias

La propuesta de Vicentin ya tuvo las conformidades necesarias

La sorpresa de la resolución no tiene caras nuevas. La que fogoneó el cramdown es la firma Commodities SA, de la corredora Grassi, el mayor acreedor privado, por unos 90 millones de dólares, que viene desde hace tiempo haciendo lobby para lograr esto. Puede decirse que terminó imponiéndose en la despiadada guerra judicial en un entramado de muchos interesados de peso. El poder de Vicentin fue mutando de la impunidad del default, al peso para ganar la batalla política, para luego ceder para encontrar una salida concursal y finalmente desgastarse en el barro judicial.

En el sector agroexportador y allegados a la corredora coinciden en que no tiene la capacidad suficiente para hacerse cargo de semejante negocio, que hoy demanda operativamente unos 350 millones de dólares por año. Por lo tanto, es un hecho que necesitarán o ya hay alguien detrás con espalda suficiente para darle vuelo al proceso. Después de tanta insistencia no debería haber lugar para improvisar y arrancar de nuevo con más de mil acreedores desgastados. En el mercado de granos y el financiero local volvieron a hablar del empresario José Luis Manzano. No se sabe si hubo real interés o es un rumor por portación de CV.

Por el lado de Commodities, su representante legal, Gustavo Feldman, apunta a la idea de integrar como socio al Estado nacional -a través de AFIP y Banco Nación, dos acreedores- en un pool público-privado para comandar la nueva empresa. Hasta tentarían a los bancos extranjeros, mayores acreedores con 500 millones de dólares, quienes votaron a favor de la propuesta de Vicentin. ¿Por qué tendría suerte ahora y no en 2020 cuando se intentó un esquema similar desde la provincia? Feldman dice que es comparar peras con manzanas. O manzanos.

“Hay que avisarles que la deuda y los quilombos no desaparecen con el cramdown”, sostuvo a este medio una fuente al tanto del concurso por parte de la cerealera. Ejemplifica con la deuda que reclama la AFIP por $8.000 millones del llamado Anticipo Extraordinario. "¿Se los va a perdonar la AFIP?", se pregunta.

En la sede de Avellaneda recuerdan que los alfiles de la concursada se pasaron suplicando que alguien ingresara como socio y nadie quiso. Es decir, no es fácil de vender el coche que está más que abollado. Finalmente entraron al modelo de negocios, más por obligación de las circunstancias que por una búsqueda pura, Viterra (compartía Renova con Vicentin), Bunge (ahora de Viterra) y la Asociación de Cooperativas Argentinas (ACA) que es acreedora. ¿Se sumarán al nuevo modelo para darle algo de sentido a lo que viene haciendo hasta ahora? ¿La disputa de poder seguirá en el cramdown?

El juez y el final

La novela tuvo su capítulo político cuando un empoderado Alberto Fernández, allá por junio de 2020, quiso darle un gesto al kirchnerismo duro y ordenó un proceso de intervención y expropiación. De esa forma, se politizó el tema y reavivó la grieta con Juntos por el Cambio. Incluso el Presidente toreó fuerte al juez Lorenzini.

“Quién va a decir ahora que Lorenzini bancaba a Vicentin”, braman cerca de la empresa. Feldman redobla la apuesta y dice que, más allá de la resolución, igualmente no debe continuar en el proceso concursal. “Cómo habrá sido la propuesta que Lorenzini, que siempre fue parcial, la rechazó”, sostuvo. Lo cierto es que el magistrado tuvo idas y vueltas y quedó apuntado desde los dos lados del mostrador.

Con la decisión del juez se terminó un tomo de la novela: la Justicia concursal le dijo no a Vicentin. Ahora sigue la instancia judicial, ya que la firma avisó que “apelará la resolución por ser manifiestamente arbitraria e infundada”. Desde los dos lados descartan que la Cámara de Apelaciones vaya a dar vuelta la decisión, pero así y todo se inicia una burocracia larguísima. La pregunta es si el gigante se podrá levantar de esta caída.

El juez penal Hernán Postma.
Fracasado el concurso, se abre una nueva etapa para Vicentin.

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