El los últimos días, el gobierno de Javier Milei aceleró las definiciones sobre cómo se organizarán las elecciones legislativas del año que viene. La semana pasada, en una reunión reservada realizada en Casa Rosada, se resolvió que la contratación del sistema de recuento provisorio de resultados salga de la órbita de la Secretaría de Interior y la realice el Correo Argentino.
El cambio implica un pérdida de poder para el Jefe de Gabinete, Guillermo Francos, y para su hombre de confianza, Lisandro Catalán, que controla la Dirección Nacional Electoral, el organismo que hasta el año pasado se encargó de esa contratación millonaria. Lo contradictorio es que pese a perder una de las funciones más importantes del área, el secretario de Interior es a quien mandaron a promover y defender en el Congreso la aplicación de la boleta única.
De esta manera, el Ejecutivo volvió a un modelo que se inclina por la gestión empresaria de los procedimientos electorales, quitándolos de la órbita gubernamental. El cambio no es nuevo, al contrario, se trata de una especie de homenaje a Mauricio Macri que en 2019 ordenó que la compañía estatal de logística fuera la encargada de licitar y administrar, además del mencionado recuento de resultados para noche de las elecciones, la digitalización y la transmisión de los telegramas electorales desde los mismo locales de votación.
El hombre sin cargo
La decisión oficial, que se hará efectiva en los próximos días, coincide con dos hechos de importancia. Por un lado, con el inminente desplazamiento de Camilo Baldini de la presidencia del Correo, que ya es un secreto a voces en los despachos de Balcarce 50. Como anticipó LetraP, en la cúpula libertaria no quieren que nadie ajeno al dispositivo de mayor confianza de los Milei tenga injerencia en esa área y por su pasado peronista el actual presidente de la empresa tiene el boleto picado.
El otro hecho es que la maniobra para centralizar las licitaciones en el Correo señalan coincide con el protagonismo que está tomando en la discusión Alejandro Tullio. El ex titular de la Dirección Nacional Electoral del Frepaso y el kichnerismo, fue contratado por el Correo como asesor, la misma función que cumplió durante el macrismo, cuando operó exitosamente una estrategia que le permitió continuar controlando las contrataciones que manejaba como funcionario, desde la empresa pública.
Sin cargo formal, como ya es costumbre en las filas libertarias, Tullio participa activamente en las reuniones de coordinación y de las decisiones más relevantes en materia electoral. Bien lo sabe el Director de Servicio Electoral del Corre, Diego Fernández Oliver, que ve azorado cómo se toman cotidianamente decisiones sobre el área que aún controla él. En los pasillos del Correo dicen que es inminente su salida de ese cargo pero no está resuelto si Tullio será su reemplazo.
Ruidos por la demora del Correo
La desorganización de la gestión provocada por la intervención de funcionarios sin designación formal y la improvisación en los planes de ajuste, puso en guardia a la justicia electoral y empieza a preocupar a los apoderados partidarios. La decisión de eliminar sucursales de ya generó las primeras fricciones entre los juzgados federales y el Ejecutivo, habida cuenta que en muchos lugares del país con problemas de conectividad, las actas con los resultados electorales son transmitidas desde esos mismos centros que se pretende eliminar.
No son las única preocupaciones. Para las elecciones presidenciales del años pasado, mucho más complejas en relación a los comicios legislativos del año que viene, la Dirección Nacional Electoral había publicado en septiembre del 2022 los requerimientos técnicos para licitar la adquisición de sobre y urnas, dos de las compras más importantes fuera de los servicios tecnológicos. Hasta el momento, no se conocieron movimientos al respecto.
Algo similar ocurre con el pliego que licita el servicio de recuento, que ahora lo manejaría el Correo. Cuando Wado de Pedro asumió como ministro del Interior, convocó a fuerza políticas, organizaciones de la sociedad civil y especialistas electorales a hacer aportes para fortalecer técnicamente las exigencias a las empresas que buscarán dar el servicio. Ese pliego se cerró en octubre de 2022.
En relación a la transmisión de telegramas, como informó Letrap, en julio del año que viene, un mes antes de las primarias, vence el contrato con la empresa Smartmatic, que fue contratada en 2018 por la gestión que respondía a Mauricio Macri. Al día de hoy, tampoco hay certezas sobre cómo y quiénes van a operar este servicio fundamental.