Los principales líderes partidarios negocian contrarreloj para ponderar a su tropa, atentos a que algunos de ellos ponen en riesgo buena parte de su estructura legislativa en la provincia de Buenos Aires. En las distintas familias que conforman el frente oficialista, la que pondrá más en juego en estos comicios es el Frente Renovador de Sergio Massa, con nueve bancas repartidas entre ámbas Cámaras. La Cámpora de Máximo Kichner sigue en el podio de vencimientos, con ocho escaños. Algo más atrás, los jefes comunales del justicialismo arriesgan cinco lugares y el amplio sindicalismo que va desde el Suteba hasta los canillitas, otras cuatro sillas. El bloque se completa con agrupaciones kirchneristas, dirigentes sueltos del interior y exintegrantes de espacios orgánicos.
La Cámara baja
De las 92 bancas que tiene la Cámara baja bonaerense, 42 pertenecen a Unión por la Patria (UP), aunque en los papeles la denominación del bloque continúe bajo el sello del Frente de Todos (FdT). De aquellas 42, el oficialismo pondrá en juego 23 escaños, 12 de ellos ocupados por hombres y 11 por mujeres.
El massismo será el espacio orgánico dentro del oficialismo que más bancas pondrá en juego, algunos de ellas ocupadas por dirigentes de suma relevancia para la construcción legislativa. Se les vence el mandato a Rubén Eslaiman, una de las principales voces bonaerenses del ministro de Economía; Alex Guerrera, extitular de Transporte; Luciana Padulo, Valeria Arata, Germán Di Césare, Marcela Faroni y Débora Galán.
Las distintas vertientes del cristinismo también arriesgarán mucho en estos comicios. A La Cámpora se le terminará el mandato de cinco legisladores, incluyendo el del presidente del bloque, César Valicenti. También llegan al final Roxana López, Matías Molle, Micaela Olivetto e Ignacio Rossi. Fuera de esta agrupación, pero también autopercibidos kirchneristas, se anota a Walter Abarca, Alberto Conocchiari, Adrián Grana, Viviana Guzzo y Nora Salbitano.
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Le siguen dos sectores del sindicalismo; Soledad Alonso, cristinista y secretaria adjunta del sindicato de ANSES; y Natalia Sánchez Jaúregui, integrante de UATRE. También se les vence el mandato a Patricia Cubría, del Movimiento Evita; Juan Pablo de Jesús, parte de la liga de intendentes que responden a Martín Insaurralde; Juan Miguel Gómez Parodi, de la agrupación Descamisados; y a Juan José Pérez, un peronista inorgánico que trabaja bajo la conducción del intendente Mario Ishiii.
En la Cámara alta
El Senado está compuesto por 46 bancas repartidas en mitades iguales entre el oficialismo y la oposición. De los 23 lugares que tienen el FdT, se desprende que La Cámpora y los lugares que responden a distintos intendentes son los que más ponen en juego, pese a que el reparto de vencimientos está bastante equilibrado entre los distintos sectores.
La agrupación que lidera Máximo Kichner pone en juego las sillas de Ayelén Durán, Emanuel González Santalla y Facundo Ballesteros, mientras que a los jefes comunales se les terminará el mandato de Adrián Santarelli, que se mueve bajo la conducción de Insaurralde; Magdalena Goris, que trabaja en tándem con su esposo Fernando Gray -intendente de Esteban Echeverría-; y Ana Devalle, que además es funcionaria en el municipio que controla Fernando Espinoza.
El massismo arriesgará los sillones en el Senado que hoy ocupan José Luis Pallares y María Spadone. En tanto que dos sectores del sindicalismo alineados a la vicepresidenta también deberán dejar sus lugares en diciembre. Son Omar Plaini, histórico dirigente de los canillitas, y María Reigada, militante docente en Suteba. El bloque se completa con dos peronistas sueltos como Francisco Durañona, exintendente de San Antonio de Areco, y Alfredo Fisher, exintegrante del espacio de Florencio Randazzo.