La empresa nacional Massalin Particulares, filial de la multinacional Philip Morris, anunció la suspensión del programa de inversiones por 300 millones de dólares para comenzar a fabricar productos de tabaco calentado en su planta del partido bonaerense de Merlo.
Según fuentes de Massalin, la empresa acaba de suspender esa millonaria inversión que estaba destinada a ampliar la fábrica en ese disttito del conurbano, que implicaría la generación de 200 nuevos puestos de trabajo y un incremento de exportaciones por 100 millones de dólares.
Todo quedó desactivado a partir de la resolución 565/2023 del Ministerio de Salud que encabeza Carla Vizzotti, quien dispuso la prohibición de comercialización en el mercado interno de los productos de tabaco calentado.
La medida de la ministra prendió luces de alarma en el gobierno que comanda Axel Kicillof y está siendo analizada en la Legislatura de la provincia de Buenos Aires, desde donde manifestaron “preocupación por el apresuramiento a prohibir una inversión de un sector industrial que se está reconvirtiendo en el mundo y los dispositivos libres de humo se presentan como una alternativa a los daños comprobados del cigarrillo convencional”.
Dirigentes de la Cámara de Diputados están en contra de la prohibición y plantean una “fuerte regulación y control que priorice la salud sin generar la caída de puestos de trabajo en Buenos Aires”.
La medida de Vizzotti también fue objetada por la empresa Massalin mediante un comunicado, donde indicó que la comunidad científica y los gobiernos de otros países no prohibieron los vaporizadores de tabaco: “A lo largo y ancho del mundo, hoy las alternativas que calientan tabaco en lugar de quemarlo son una tendencia y se están regulando acordemente, no así prohibiendo”, expresó la firma.
Massalin produce en su planta de Merlo las marcas Marlboro, Chesterfield, Virginia Slims y Phillips Morris. Fuentes de la empresa explicaron que la industria del tabaco en el mundo “va hacia una reducción del daño que produce el cigarrillo convencional en la salud, generando alternativas para los adultos fumadores y en muchos países no apelaron a medidas restrictivas”. Explicaron, por ejemplo, que en Inglaterra la regulación prohibió la venta de vapeadores a menores de 18 años.