El camino de búsqueda espiritual que Javier Milei encaró oportunamente bien puede identificarse con la canción Yo tengo fe; con el agregado del adjetivo indefinido en plural: muchas. No por la concepción del tema que inspiró a Palito Ortega a escribirlo en 1973, a modo de himno festivo por el regreso de Juan Perón al país, pero sí por las expresiones religiosas diversas que el presidente electo exhibió durante los últimos años y, en particular, desde que comenzó a soñar con ser –como contó Letra P- la primera persona de fe judía en llegar a la Casa Rosada.
La coexistencia entre los credos como un buen ejemplo que la Argentina exporta al mundo y la necesidad de contención religiosa que el economista libertario manifiesta públicamente hicieron que Milei incluyera en el protocolo de asunción del 10 de diciembre una ceremonia multirreligiosa en la catedral metropolitana de Buenos Aires y antigua cátedra del papa Francisco.
Fuentes eclesiásticas dijeron a Letra P que quienes colaboran en el armado celebrativo de La Libertad Avanza acercaron a la rectoría del templo porteño tres posibilidades: una invocación al Espíritu Santo, para que “ilumine” a las futuras autoridades; un tedeum de acción de gracias, similar al que se reza en las fechas patrias; o una oración interreligiosa. Finalmente se optó por una prédica interconfesional.
La ceremonia con la presencia de Milei y parte de su gabinete quedó agendada para el domingo a las 19 en la catedral porteña con la participación del arzobispo Jorge García Cuerva, en su carácter de primado argentino y referencia del catolicismo como religión mayoritaria; y cinco representantes de los credos invitados por las nuevas autoridades: un rabino, un imán, un pastor evangélico, un arzobispo ortodoxo y un obispo anglicano. Durará 45 minutos con una lectura bíblica, una reflexión breve, el recitado de un salmo y la invocación interreligiosa.
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El arzobispo porteño Jorge García Cuerva en la catedral de Buenos Aires
El enviado del papa Francisco a la asunción
El pontífice argentino dispuso que el nuncio apostólico en Chile, Alberto Ortega Martín, sea su representante en la Asamblea Legislativa que se realizará en el Congreso y donde la vicepresidenta entrante, Victoria Villarruel, le tomará juramento. Luego, el mandatario saliente, Alberto Fernández, le entregará la banda y el bastón de mando. El arzobispo español está a cargo de la Embajada de la Santa Sede en el país vecino. Asistirá en carácter de invitado y se ubicará junto al resto de las personas delegadas del Cuerpo Diplomático.
El nombramiento de Ortega Martín está en línea con la práctica protocolar del Vaticano de designar a un diplomático del exterior y no a uno local para la jura de un nuevo mandatario constitucional. En 2019, a la asunción de Alberto Fernández fue acreditado el entonces embajador vaticano en Uruguay, el arzobispo alemán Martín Krebs.
Luego de las palabras descalificadoras y el pedido de disculpas público y privado, Milei y Francisco comenzaron una nueva etapa relacional dos días después del ballotage, cuando el pontífice y el libertario mantuvieron una conversación telefónica. El papa le deseó éxito en su gestión gubernamental y el mandatario electo lo invitó, de palabra, a visitar el país. El viaje sigue en la agenda papal para 2024 y, según las últimas versiones en Roma, podría concretarse en un plazo incierto después de la Semana Santa católica, que el año próximo caerá a fines de marzo.
La religiosidad ecléctica de Milei
Milei tiene una relación particular con las religiones y el mundo místico. Católico de cuna, el libertario reconoció que está en un proceso de “búsqueda espiritual” que lo ha acercado, en la última época, al judaísmo. En ese derrotero, el libertario clonó a su perro Conan, con el que dice mantener “conversaciones” gracias a las enseñanzas que le transmitió una médium especializada en “comunicación interespecies”. También reveló que habló con Dios, al que llama “el número uno”, y le encargó la “misión” de ser presidente.
Javier Milei evangélico
Javier Milei en un templo evangélico de San Juan
En su camino hacia la Casa Rosada, Milei gestó alianzas políticas con organizaciones partidarias vinculadas al evangelismo, promoviendo candidaturas de pastoras y pastores y recibiendo la bendición de cristianos bautistas y pentecostales. Pese a que declinó en su idea de convertirse al judaísmo, el mandatario sigue instruyéndose en las enseñanzas de la Torá con Axel Wahnish, integrante del rabinato de la Comunidad Marroquí Judeo Argentina (Acilba).
Poco antes de las PASO, Milei y su hermana Karina realizaron un viaje espiritual a Nueva York, para rezar ante la tumba donde yace “el rebe de Lubavitch”, un rabino considerado milagroso. Repitieron la visita luego de ganarle el ballotage a Sergio Massa, a modo de agradecimiento; y tras participar en la previa del rito de separación del shabat con el resto de los días de la semana en la sede de una comunidad judía del barrio porteño de Balvanera, donde recibió la bendición del rabino David Pinto Shlita y buenos augurios para la gestión de gobierno.
De citas bíblicas, símbolos y otras hierbas
Milei, quien criticó hasta el insulto al papa durante la campaña electoral, cerró el 19 de noviembre su primer discurso como mandatario electo diciendo: “Dios bendiga a los argentinos”. Días antes, en el acto de cierre de campaña en el estadio Movistar Arena, en la imagen de la pantalla gigante podía verse y escucharse el sonar un shofar, el instrumento de viento que una autoridad religiosa sopla para indicar la llegada del Año Nuevo Judío.
En otros actos partidarios, militantes de la LLA lucían gorras con la leyenda “Las Fuerzas del Cielo”, abreviatura de una expresión inspiradora para una batalla del libro de Macabeos: “No es del tamaño del ejército de lo que depende la victoria en la batalla, sino del cielo la fuerza”. Es de esperar que Milei utilice citas bíblicas el próximo domingo en su discurso en las escalinatas del Congreso tras ser proclamado presidente.