Los cuatro integrantes del interbloque federal de la Cámara de Diputados que fueron invitados al debate presidencial por el candidato de Unión por la Patria, Sergio Massa, no sólo serán una ayuda para sumar una porción del electorado: si el tigrense ganase el ballotage, las nuevas alianzas podrían permitirle tener cuórum hasta el 9 de diciembre.
La urgencia tiene sentido: al día siguiente de la segunda vuelta, el oficialismo seguirá siendo el bloque más numeroso de la Cámara baja, pero perderá 13 bancas, quedará más lejos del cuórum y deberá volver a discutir el reparto de comisiones. Para evitar quedar enmarañado en esa discusión, Massa acelerará su agenda legislativa en el caso de resultar electo presidente. Quiere tratar el proyecto de presupuesto 2024 y otras reformas económicas que están en carpeta. También planea rediscutir el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
En Diputados las nuevas adhesiones que sumó el ministro de Economía para su candidatura presidencial le permitirían anticipar ese debate a eventual asunción, porque garantizarían los 129 votos necesarios para el cuórum, un número que el oficialismo tuvo muchos problemas para conseguir durante la gestión de Alberto Fernández. La historia podría cambiar si Massa se impone en las urnas.
Los nuevos números
El oficialismo (Frente de Todos) reúne 118 votos en la Cámara de Diputados y suma cuatro más de partidos provinciales de Misiones y Río Negro (dos y dos). En la últimas sesiones, Massa y el jefe del FdT, Germán Martínez, lograron los votos de los gobernadores electos Rolando Figueroa (Neuquén) y Claudio Vidal (Santa Cruz), quienes seguirán en sus bancas hasta el 10 de diciembre.
El grupo aliado que presentó Massa el domingo alcanza para abrir el recinto. Lo integran la cordobesa Natalia de la Sota, los bonaerenses Topo Rodríguez y Graciela Camaño; y la socialista Mónica Fein, quien comparte bloque con Enrique Estévez. El quinteto completan lo justo para abrir el recinto y comparte el interbloque federal junto a Florencia Randazzo y los cordobeses Carlos Gutiérrez e Ignacio García Aresca, quienes no serían necesarios para el inicio de la agenda legislativa de Massa.
También podrían seguir como testigos los cuatro miembros del Frente de Izquierda y los 116 de Juntos por el Cambio, que están divididos en una decena de bloques y monobloques. En los últimos dos años no hubo una reunión con la totalidad de los integrantes del interbloque. La mayoría no se conoce entre sí.
El otro factor favorable con el que contaría Massa los días previos a un hipotético gobierno es el control de las comisiones más relevantes, como Presupuesto, Asuntos Constitucionales y Legislación General. El dominio surge de una artimaña del actual ministro, cuando aún era presidente de la Cámara de Diputados.
Si bien el reglamento establece un reparto de las vocalías en las comisiones debe ser un espejo de la distribución de fuerzas en el recinto, el cálculo con el que se define queda en manos del titular del cuerpo. Esa vez, Massa apeló al sistema D'hont, que dejó fuera a los bloques chicos y le permitió al Frente de Todos controlar la firma de dictámenes.
¿El Senado activa con Crexell?
El respaldo a Massa de la senadora de Juntos por de Cambio Lucila Crexell le permitió al oficialismo recuperar la esperanza de tener cuórum y sesionar por tercera vez en el año. Preveía hacerlo después del 22 de octubre, pero no fue posible porque tiene dos bancas vacías: la de José Uñac, por enfermedad; y la del fallecido Matías Rodríguez.
Sin ellos, aun con aliados, el FdT reúne sólo 36 votos, uno menos que lo necesario para tocar la campana. Hubo gestiones del jefe del oficialismo, José Mayans, con la UCR, pero no dieron resultados. Cristina Fernández de Kirchner quiere sesionar cuanto antes para aprobar 16 pliegos judiciales, pero empezó a resignarse a que tal vez.
La ayuda de Crexell podría destrabar las negociaciones, pero su nexo es Massa y, por lo tanto, su predisposición dependerá del resultado del ballotage. Después del 10 de diciembre, como explicó Letra P, Unión por la Patria dominará sin problemas el Senado con aliados provinciales y hasta hay sondeos para acercarse a los dos tercios, una mayoría que permite cubrir vacantes en la Corte Suprema.