La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, perdió un soldado clave en su pelea con Mauricio Macri y en el inicio de su distanciamiento de los gobernadores del PRO en guerra con Javier Milei: renunció a su cargo Sebastián García de Luca, el ahora exsecretario de Articulación Federal del Ministerio de Seguridad, uno de sus principales operadores de confianza.
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La salida de De Luca es una pérdida sensible para la presidenta del PRO, quien el fin de semana le declaró la guerra total a su exjefe Macri con la firma de un documento en el que critica al gobernador de Chubut, Ignacio Torres, y también al gobierno de Cambiemos.
La pelea es por la comandancia del partido amarillo que quiere volver a relanzar el expresidente. De Luca -quien según versiones podría acercarse al gobierno de Rogelio Frigerio- no firmó esa misiva que dice que hubo “exceso de prudencia” durante la gestión Macri y que esa es una de las razones de la crisis que padecen los argentinos.
Un peso pesado de Patricia Bullrich
De Luca fue una pieza clave de Bullrich en su triunfo electoral contra Horacio Rodríguez Larreta en 2023. Fue, además, jefe de campaña presidencial en la provincia de Buenos Aires. Por ser un hombre 100% de la política, rosquero profesional y de buenos vínculos con peronistas, radicales y vecinalistas, tendió puentes con muchos dirigentes del interior que le dieron a la por entonces candidata presidencial la estructura que le faltaba en numerosas regiones, al igual que candidatos en cada uno de los distritos.
Detrás de ese armado, que construyó siempre con el respaldo explícito de Bullrich, estuvo el exdiputado. A mucha de esa tropa que fue a visitar y convencer para sumar a La Patoneta en contra del por entonces jefe de Gobierno porteño la conoció de los años en los que había ocupado el cargo de viceministro de Interior, debajo de Frigerio, un lugar al que también había llegado gracias a su mentor Emilio Monzó, a quien elogia cada vez que puede, pero con quien se distanció una vez que se sumó al equipo de Bullrich.
Desde el inicio de la gestión libertaria, De luca intentó tener el mismo oficio que en los últimos años: tener diálogo con gobernadores e intendentes, sobre todo los más díscolos, armar a largo plazo en términos electorales y acercar posiciones entre las distintas familias de La Libertad Avanza. En el inicio, tuvo un éxito moderado, pero la tensión creciente entre la Casa Rosada y los gobernadores incomodó aún más su posición.
De hecho, hay quienes lo escucharon bromear con su renuncia en los últimos días, que sonaba a ironía porque, en algunas oportunidades, las pronunció después de haber tenido reuniones privadas con dirigentes y referentes políticos del PRO que buscaban incoporarse al gobierno.