Yamil Santoro hizo todo lo que no hay que hacer en una elección… y encima lo hizo mal. Intentó pescar en río revuelto, confundiendo al electorado con una boleta que parecía un homenaje a la picardía criolla: intentó usar un logo sospechosamente similar al de Unidad Ciudadana, amagó con colar a su hermano Leandro como candidato -sí, Leandro Santoro, el del peronismo, aunque este era otro- y se colgó del apellido como quien se disfraza con el traje ajeno esperando que el portero lo deje pasar. Pero ni con esa batería de estrategias logró pasar el piso electoral: apenas consiguió 9.556 votos (0,62%).