El gobernador emprende una misión comercial a los países árabes. La encuesta que anima a mantener la pica con Milei. Schiaretti, la espera que desespera.
Martín Llaryora se prepara para un gira internacional.
Martín Llaryora partirá este lunes hacia los países árabes junto a su ministro de Economía, Guillermo Acosta. Con la misión comercial dejará atrás una semana de impacto que empezó con un discurso de corte opositor contra Javier Milei, siguió con la militancia abierta anti- PASO y se trenzó públicamente con Rodrigo de Loredo.
La lejanía le permitirá mostrarse enfocado en la gestión y también que se asiente la polvareda por los frentes políticos abiertos. La atención cordobesista estuvo divida en el duelo tuitero con el diputado que persistirá en su campaña contra la suba de impuestos aprobada el año pasado.
Llaryora se valió de métodos mileístas para su comunicación. La cuenta oficial del gobierno de Córdoba funcionó como la Oficina del Presidente: salió al cruce de cada uno de los embates, pero sólo del radical. Casi en simultáneo, el gobernador bailó la danza tuitera con Milei, cuando el mandatario nacional reposteó el apoyo a la suspensión de las PASO.
El sanfrancisqueño rompió el molde y replicó, como hace Milei, el descargo contra la oposición de su alfil en la Legislatura, Miguel Siciliano. El deloredismo celebraba la centralidad otorgada y Luis Juez reía último con la cena en la Casa Rosada que coronó con su primera selfie con Milei. Esa foto inquieta a todo el arco político.
Pese al minué, queda claro que Llaryora empieza a construir un núcleo duro, fidelizado, que oficie de repetidora y amplíe el alcance de su mensaje. Lo necesita para pelear contra la maquinaria nacional y la aprobación popular que se mueve entre el blanco y el negro, sin gradientes. No obstante, la realidad de 2025 no cambiará si no cierra la cabeza de la lista para Diputados que lo desvela.
La distancia permitirá analizar los pasos que se vienen. En oficinas de renombrados consultores porteños ya circula un informe que muestra a Juan Schiaretti con muy buenos números en Córdoba, aptos para volver al ruedo y enfrentar el escenario que venga.
Sin embargo, la tropa del exgobernador ensaya la misma respuesta vaticana ante la consulta si será o no candidato: el papa no puede ser obispo.
La posibilidad de que se suspendan las primarias con el apoyo del Senado ayudará al cordobesismo a ganar tiempo. También a Schiaretti, con un armado que se dificulta en el AMBA, pero que viene de sellar un buen acuerdo con el gobernador de Santa Fe, Maximiliamo Pullaro. El excandidato presidencial lo visitará a inicios de marzo, cuando retome las giras con Hacemos.
Llaryora insistirá con la candidatura de Schiaretti. Eso no es novedad, pero en el mientras tanto sabe que su gestión es tan o más prioritaria que una elección de medio término.
Como contó Letra P, la suspensión de trabajadores en Nissan, en medio de rumores de cierre de la planta ubicada en barrio Santa Isabel. A pocas horas, se conoció que Nestlé anticipó vacaciones en su fábrica de Villa Nueva. El Panal observa con preocupación los efectos de una política libertaria que describían apuntada a “la paz de los cementerios”.
Mientras tanto, el idilio con Milei parece ser inquebrantable en Córdoba. En la última encuesta de enero de Delfos, a la que este portal accedió en exclusiva, muestra al presidente con un 62% de aprobación de su gestión en el total provincial y un 37% de rechazo.
En la capital provincial el indicador se dispara al 66% y el negativo cae al 33%. En el interior, el 59% consultado banca y el 39% desaprueba lo hecho.
Por primera vez, según la curva evolutiva, Llaryora supera a Milei en el distrito que gobierna. La aprobación de la gestión es del 64% y el 30% le baja el pulgar.
Números que envalentonan a Llaryora a subir la tónica de sus discursos. Señales que emanan de movimientos silenciosos que reaccionan ante el discurso de odio. Si hubo una mayoría silenciosa que apoyó a Milei, ¿no cabe preguntarse si no está gestándose otro movimiento silencioso que no banca sus formas ni sus prácticas? A escala, la marcha del orgullo antifascista en la provincia fue llamativa. La reacción contra las políticas de género propició movimientos políticos, sin la especulación habitual de enfrentar a un mandatario todavía muy popular.
En ese mientras tanto, está la necesidad política de construir poder, más allá de las decisiones ajenas y electorales. La asunción de Jessica Valentini como vocal del Tribunal Superior de Justicia es un movimiento más en esa dirección. La raigambre schiaettista del cuerpo que preside Luis Angulo se verá jaqueda.
La opinión no es general, pero no todos los integrantes del alto cuerpo miran con malos ojos el desembarco de esta ultrallaryorista. La condición de buena persona domina los comentarios y su visión social es destacada por sus pares.
“Hay mucho por hacer, empezando por romper la idea de que está todo bien. Valentini tiene claro ese punto”, resumió a Letra P una alta fuente del palacio judicial.
Valentini llegó para tocar callos.
La distancia permitirá a Llaryora que baje la espuma después de una semana en la que el gobernador jugó con fuego: fue duro con Milei, desafió a los entrenados trolls libertarios, pero rápidamente intentó entibiar el vínculo con el apoyo a la suspensión de las PASO.
En los mentideros de la política no faltaron voces que trataron de encorsetar esa postura en una exageración de Llaryora. Nadie olvida que con las primarias empezó a asomar cabeza en la política provincial.
Desafió a Schiaretti -dicen que con permiso- en las elecciones legislativas de 2013 con el sello de Sergio Massa, hoy la mancha venenosa para el llaryorismo. Manuel Calvo, hoy su ministro de Gobierno, juntó a todo el intendentismo de San Justo para contrarrestar. Sacó más de seis puntos y comenzó su carrera fuera de los límites de su San Francisco natal.
Más allá de las contradicciones que abundan en cualquier carrera política, en el Panal respiran con alivio tras el primer triunfo contra las primarias en Diputados. Con todo, ese suspiro duró poco. Ya nadie duda del nivel de intimidad que tiene Juez con el Presidente.
Todas las elecciones de medio término fueron difíciles para el cordobesismo. La que viene no será la excepción, por factores internos y externos.