Alberto Fernández cumple un rol protocolar en la recta final de su mandato, con una agenda que acumula millas en el exterior. De ese modo, el presidente que tomó distancia de la campaña que definirá su sucesión y derivó los grandes anuncios de su gobierno al ministro-candidato Sergio Massa, prepara el terreno para el próximo año, cuando buscará recuperar cierto protagonismo a partir del Grupo de Puebla. No lo haría en el país: evalúa la posibilidad de mudarse a Madrid.
Apartado del foco público mientras el escenario electoral de tercios congrega toda la atención, la rutina de Fernández busca incluir actividades en la Casa Rosada todos los días, cuando no está de viaje en el exterior, con un casual friday en la Quinta de Olivos. La última semana, sorprendió al reaparecer en un la campaña junto al candidato oficialista en un acto en Agua y Saneamientos Argentinos (AySA), donde aseguró que sueña con entregarle la banda presidencial a su ministro de Economía. “Los compañeros sólo tenemos que ayudarlo, no tenemos que cuestionarlo ni fiscalizarlo, sino acompañarlo”, sugirió, en lo que muchos interpretaron como un nuevo dardo a su vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner.
En el entorno del Presidente lo ven comprometido con ayudar a Massa a ganar la elección y aseguran que en charlas privadas repite que sería “trágica” una victoria de Javier Milei. La “generosidad” de Fernández -que en abril renunció a ir por una reelección- genera recelos en su mesa chica, según blanqueó a Letra P un dirigente con llegada directa al mandatario, porque las heridas de los últimos años aún están abiertas y muchos desconfían de las intenciones de Massa. Alberto se cuida de no criticar al candidato de Unión por la Patria (UP), aunque en privado habla cada vez con mayor soltura de su enojo con Cristina y Máximo Kirchner.
Más allá de algunas apariciones esporádicas, Fernández continuará corrido de la campaña: incluso viajará a China cinco días antes de las elecciones presidenciales del 22 de octubre. El Presidente tiene previsto participar, entre el 17 y 18, del Tercer Foro de la Franja y la Ruta para la Cooperación Internacional en Beijing. De ese modo completará la gira internacional que arrancó a modo de despedida con sus viajes a India, Cuba, Estados Unidos y otros destinos.
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El futuro, ¿lejos de Argentina?
Fernández siempre se sintió cómodo en el Grupo de Puebla, un foro político y académico de representantes de la centro-izquierda latinoamericana. En su mayoría lo integran expresidentes, lo que varias veces le valió algunas burlas al argentino por haberse fotografiado entre ellos aún ejerciendo su cargo.
Desde el círculo más íntimo de Fernández imaginan que los próximos años, cuando en principio no tendrá ningún cargo público, buscará reposicionarse como un opositor a los gobiernos liberales de la región desde el Grupo de Puebla. En ese sentido, en diálogo con Letra P, una funcionaria que compartió viajes con el Presidente explicó que “en el mundo lo ven y lo tratan de un modo muy distinto a la Argentina” y que por eso se siente cómodo entre líderes europeos como los españoles Pedro Sánchez o José Luis Rodríguez Zapatero y también dirigentes latinoamericanos como el colombiano Ernesto Zamper o su amigo chileno Marco Enríquez-Ominami, que le demuestran respeto.
En paralelo a la trascendencia que siempre le otorgó al Grupo de Puebla, Fernández buscó resucitar un espacio de carácter más “institucional” como la Unasur, aunque se encontró con un panorama complejo. Su sede, actualmente en Ecuador, está venida a menos e incluso fue desbaratada, ya que mandaron a la Argentina dos containers con infraestructura. El gobierno albertista ofreció a Buenos Aires como próxima sede, aunque ahora disputa ese puesto con Bolivia, que propuso a Cochabamba.
La discusión por ahora quedó congelada, al igual que el debate por la importancia de reactivar la Unasur. De hecho, hay quienes plantean dejarla en el olvido e impulsar para la próxima etapa al Consenso de Brasilia, un espacio más amplio e integrado por una mayor cantidad de países.
Fernández aún no definió dónde vivirá cuando deje la residencia de Olivos. Es propietario de un departamento en el que vive su exesposa y madre de su primer hijo, y antes de ser electo ocupaba un departamento en Puerto Madero, patrimonio de su amigo Pepe Albistur. Nadie en su entorno descarta la posibilidad de una mudanza a Madrid: la primera dama, Fabiola Yáñez, intenta convencerlo de que un futuro en España será lo mejor para la primera etapa fuera del poder.
La reivindicación histórica
En junio de 2022, en uno de los picos de tensión entre ambos, el Presidente y la vice compartieron un acto por el centenario de YPF. Fue cuando ella le pidió que “use la lapicera”, y él aprovechó su discurso para citar una frase del recordado Luis Alberto Spinetta: “Mañana es mejor”.
"A mí me parece que los 100 años de YPF bien sirven para llamarnos a la reflexión. Spinetta decía que no me vengan con que todo tiempo pasado es mejor. Lo que viene es mejor. Hay que recordar, no hay que repetir las malas experiencias”, dijo el Presidente.
Hoy en la mesa chica de Fernández se muestra confiada: “La historia nos va a reivindicar”, es la frase más repetida. Si bien admiten que en su momento “subestimaron” el impacto de la foto del festejo de cumpleaños de Fabiola Yáñez en Olivos -y hoy creen que fue una “ruptura del contrato social del Presidente con los argentinos”- también insisten en que en el futuro la gente valorará la “efectividad” de la gestión de la pandemia de coronavirus y las medidas de un “Estado presente”, como la decisión de otorgar el IFE o el ATP.
Cerca del mandatario, por otra parte, están convencidos de que las crisis por venir matizarán lo que sufrieron los argentinos en los últimos años. Para Alberto, aquel mañana ya llegó.