"Lo de Juan va en serio". Desde hace meses, en el entorno del gobernador de Córdoba señalan lo mismo, con el mismo énfasis, respecto de la campaña nacional en plan presidenciable de Juan Schiaretti. Después de muchos amagues, rumores y especulaciones, y como lo adelantó este medio, el gobernador cordobés tuvo este martes su bautismo de fuego en la provincia de Buenos Aires visitando la ciudad de Mar del Plata y sumando gestos de transversalidad para el armado que pretende encabezar de cara a las primarias del próximo 13 agosto.
Con el turismo otra vez como principal excusa, Schiaretti visitó al intendente del partido de General Pueyrredón, Guillermo Montenegro, con quien intercambió elogios, firmó convenios y volvió a convocar a la elaboración conjunta de “un plan de gobierno para dejar atrás años de decadencia”. En el fondo, resuenan los guiños cruzados con el presidenciable PRO Horacio Rodríguez Larreta, con quien el mandatario cordobés intenta asfaltar un camino para alcanzar una alianza en las PASO.
Aprovechando su presencia en Mar del Plata, Schiaretti visitó el Astillero Naval Federico Contessi. Casi como una metáfora de su armado político, el cordobés señaló que una de las acciones sobre las cuales el país debe avanzar para solucionar el problema de la falta de dólares es en una mejor explotación del complejo pesquero.
"Yo no he escuchado a nadie decir nada al respecto y me parece que estamos desaprovechando una gran oportunidad porque se trata de un sector poco explotado teniendo en cuenta la extensión marítima del país", dijo semanas atrás en una reunión con empresarios en la que aseguró que la actividad pesquera "puede ser una gran generadora de ingreso de divisas".
En lo que respecta al discurso público y a la instalación de su proyecto nacional, como lo viene repitiendo desde hace ya tiempo, el titular del Ejecutivo provincial quiere ser uno de los protagonista de un futuro “gobierno de coalición” que aplique un programa que deje atrás la grieta y alcance “los acuerdos mínimos para que Argentina pueda dejar largos años de decadencia”.
“Si podemos establecer ese programa con otras fuerzas políticas que no sean de nuestro espacio, estamos dispuestos a competir en una PASO con las fuerzas políticas que estén de acuerdo en este esquema de producción y trabajo, no a la grieta, y de allí poder hacer el gobierno de coalición que permita dejar largos años de decadencia” dijo Schiaretti. Luego, añadió: “Depende de los argentinos de cómo nos organicemos, que dejemos atrás la grieta, que pongamos adelante la cultura del trabajo y de la producción, que Argentina va a comenzar a salir rápidamente.”
Además de volver a estrechar lazos con referentes del PRO - Montenegro es uno de los intendentes más importantes del espacio amarillo en la provincia de Buenos Aires -, el gobernador también aprovechó la visita a la ciudad costera para afianzar su perfil de estadista y armador desde dos relaciones que considera centrales para sus objetivos más próximos: con el socialismo y con los sectores académicos.
Por eso llegó acompañado por una comitiva que incluyó a los diputados nacionales Florencio Randazzo, Alejandro Topo Rodríguez y Carlos Gutiérrez; y el secretario general del Partido Socialista de Argentina, Jorge Illa. A partir de gestiones previas, como ya había adelantado Letra P, mantuvo un encuentro con el rector de la Universidad Nacional de Mar del Plata, Alfredo Lazzeretti e integrantes de su equipo de gestión.
“La universidad nacional es parte irrenunciable de la Argentina”, afirmó el mandatario provincial que, sacando a relucir su costado más estatista aseguró ser “hijo de la educación pública”. “Para quien nació en un hogar humilde como yo, lo que le permitió ser parte de la clase media es haber podido ir a la Universidad Nacional que me dio un título”, aseguró en una rueda de prensa que lo esperó a arribar a la sede de la alta casa de estudios marplatense.