Hugo Alejandro Pascarelli es, desde el miércoles, el nuevo presidente de Fabricaciones Militares Sociedad del Estado. Contador y hombre de negocios, es otro funcionario del gobierno de Javier Milei y Victoria Villarruel que tiene vínculos con represores de la última dictadura cívico militar. Su padre fue condenado a prisión perpetua por crímenes de lesa humanidad en el centro clandestino El Vesubio. Fuentes de la empresa le auguran una función: “Viene a aplicar despidos masivos como en la presidencia de Mauricio Macri”.
Las firmas de Milei y el ministro de Defensa, Luis Petri, consagraron en el Boletín Oficial del miércoles 24 de enero la designación de Pascarelli como presidente de Fabricaciones Militares. Al día siguiente, se reunió junto al resto de la cúpula designada en el edificio central de la empresa que aún integra la lista de compañías estatales cuya privatización el gobierno de La Libertad Avanza pretende habilitar en el marco de la ley ómnibus y que, en este caso, ya provocó la conformación de un foco de resistencia.
Pascarelli no es el único miembro del Gobierno que cuenta con vínculos cercanos con genocidas de la última dictadura. Claudio Pasqualini, secretario de Estrategia y Asuntos Militares del Ministerio de defensa y alfil de la vicepresidenta, está casado con la hija de Athos Renés, condenado a prisión perpetua por su participación en la Masacre de Margarita Belén.
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En tanto, Milei designó al frente del Ejército a Alberto Presti, quien es hijo de Roque Carlos Presti, jefe del Regimiento 7 de Infantería de La Plata durante 1976. De él dependió el centro clandestino de detención que funcionó en la comisaría 5ª de La Plata y la Unidad Penal 9 de La Plata. Murió impune.
Por lo pronto, la designación de Pascarelli no llevó alegría al personal de Fabricaciones Militares, una empresa estatal importante desde el punto de vista estratégico al estar vinculada con la industria armamentista y sus derivados.
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Pascarelli Junior. Nuevo presidente de Fabricaciones Militares.
La gestión Cambiemos aplicó un grosero ajuste, con el cierre de Fanazul, una de sus plantas, y el despido de casi 600 personas que trabajaban en la compañía. “Imaginamos que su misión será la misma: despidos y achique para privatizar”, apuntaron fuentes internas.
Un padre comprometido con la dictadura
Pascarelli tiene 67 años y, a diferencia de su padre, no eligió la carrera militar. Hugo Ildebrando Pascarelli fue coronel del Ejército. Entre diciembre de 1974 y noviembre de 1976 fue jefe del Grupo de Artillería 1 de Ciudadela, la cabeza del Área 114 que comprendía el control del Ejército en los partidos de La Matanza, Cañuelas y Marcos Paz. Es decir que hasta noviembre de 1976, el padre del flamante presidente de Fabricaciones Militares fue el mandamás de los centros clandestinos El Vesubio, Puente 12 y la Comisaría de Monte Grande, que funcionaron en Esteban Echeverría y La Matanza. Se calcula que más de mil personas pasaron por esos campos de concentración durante la última dictadura. Además, desde el GA 1 manejó el centro clandestino Sheraton, instalado en la subcomisaría de Villa Insuperable, y la Comisaría de Ramos Mejía.
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Pascarelli padre es uno de los represores de la última dictadura citado por Rodolfo Walsh en su Carta Abierta a la Junta Militar, que redactó a un año del golpe del 24 de marzo de 1976 y que se disponía a distribuir el 25 de marzo de 1977 cuando una patota de la ESMA lo asesinó en la calle. En aquel texto, Walsh sumó una declaración que Pascarelli había dado al diario La Razón en junio de 1976 sobre la mal llamada “lucha contra la subversión”: “La lucha que libramos no reconoce límites morales ni naturales, se realiza más allá del bien y del mal”.
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El represor llegó a ser condenado en el primer juicio que se llevó a cabo por los crímenes de El Vesubio, que culminó en 2011. Entonces, recibió la pena de prisión perpetua, por considerarlo responsable del asesinato de tres personas y del secuestro y las torturas aplicadas a otras 15. Había sido procesado en 2006. La condena fue confirmada en 2014. En 2017 falleció, cumplía condena en cárcel común.
Un tipo del mercado
Pascarelli hijo eligió el camino empresario, que lo llevó desde Monsanto hasta hacer negocios con la familia Caputo. Tras ser ceo de la productora del herbicida más extendido en la región a comienzos de siglo, Pascarelli incursionó en el área autopartista en la estadounidense Delphi y Famar, que compró con el ex presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA) Héctor Méndez. Juntos se la vendieron al Grupo Mirgor, de Nicolás Caputo. En 2020 fundó la inversora de capitales Compañía Argentina de Handymanes.
Por esa vía empresaria llega Pascarelli al círculo de confianza libertario. El ahora titular de Fabricaciones Militares era uno de los hombres de confianza de Federico Ovejero, ex vicepresidente de General Motors y candidato de Milei para la secretaría de Industria. Ovejero dijo declinar la oferta por razones personales. Hay quienes dicen que no tuvo suerte y Toto Caputo le ganó de mano Caputo: ubicó en ese lugar a Juan Pazo, uno de los suyos. Pazo también viene del universo ceo. Integró la marca de indumentaria Rapsodia.
