Juntos por el Cambio (JxC) decidió aplazar sus deliberaciones internas hasta el lunes 23 de octubre, momento en el que habría mayor claridad sobre el destino de la coalición. Sin embargo, en el equipo del intendente electo de la ciudad de Córdoba, Daniel Passerini, manejan información sensible. El peronismo se atrevería a firmar con tinta indeleble el siguiente pronóstico: la unidad electoral de la oposición no se sostendría en el Concejo Deliberante capitalino porque todo indicaría que se ordenarían bajo la modalidad de interbloque.
Las figuras de la alianza prefieren hablar de operaciones del cordobesismo, pero lo cierto es que hay algunas decisiones inmediatas que impactarán en el funcionamiento de las 14 personas que ocuparán bancas por el espacio que lideró el radical Rodrigo de Loredo.
La más importante supone una decisión de alto voltaje: la continuidad, o no, de Jessica Rovetto Yapur y Cristian Chesarotti, dos ediles con ficha limpia, pero “salpicados” por causas de narcotráfico que involucran a familiares directos y explotaron en plena campaña municipal.
La dirigente amarilla hizo saber que no renunciará a su banca, tal como lo contó Letra P. El radical, en tanto, asume que su suerte está atada a lo que ocurra con su colega del PRO.
La pica por la doble derrota electoral es una variable que jugará fuerte porque tanto la fuerza amarilla como el partido de Luis Juez, el Frente Cívico, dejaron trascender su posición frente al tema.
La ley del talión
La fuerza presidida por Oscar Agost Carreño ya pidió la renuncia de Rovetto Yapur apenas se conoció otra causa por presunta violencia hacia su bebé. Exigió la salida pública de la joven abogada que fue la piedra de la discordia entre De Loredo y Patricia Bullrich hace unos meses. También lo hicieron por privado y el "pedido" volvió a ponerse sobre la mesa en las últimas horas. Al menos, lograron desactivar la participación del acto de entrega de diplomas a las autoridades electas que organizó la Junta Electoral Municipal.
Ahora bien, en el PRO quieren que la ley aplique para todos. “Si De Loredo avanza con la vendetta por lo que pasó en la campaña y apoya el pedido de expulsión, pediremos que se aplique la misma regla para Chesarotti”, anticipan altas fuentes del partido fundado en Buenos Aires, mientras reconocen que el diputado de Evolución cobrará esa factura en cuanto pueda.
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Para fortalecer el blindaje amarillo sumaron a la causa al juecismo, que ganó dos lugares en el futuro cuerpo legislativo de la ciudad. Remarcando que se trata de una postura personal, varias voces del espacio coinciden en que Rovetto y Chesarotti no deberían asumir.
Entre los argumentos que exponen las dos fuerzas hay razones de estricto corte ético; otras de orden táctico porque este problema será aprovechado por el peronismo mientras siga abierto, al menos para molestar a la oposición; y una cuota de bronca por el impacto que “los carpetazos” podrían haber tenido en la cosecha electoral de De Loredo.
Silencio
La postura del radicalismo sobre Chesarotti se mantiene bajo siete llaves, aunque la rápida interpretación invita a pensar que no están dispuestos a soltarle la mano porque repiten los mismos argumentos de la campaña: el dirigente radical tiene un currículo limpio, sin antecedentes y lo desvinculan de ese allanamiento en la casa de "un medio hermano". "Nosotros sabemos muy bien cómo fue esa cama", apuntan hacia el peronismo.
Y aquí es donde juega el sentido de oportunidad del PJ porque se necesitan dos tercios para la expulsión de integrantes del cuerpo. Si estos ediles asumen, pese a las presiones internas, la sanción que se decida para una deberá aplicarse para el otro. Al menos esta es la postura fijada por el PRO para compartir con la UCR los costos políticos.
Ahora bien, si Rovetto logra demostrar antes del 10 de diciembre que su pareja es inocente y que el problema familiar que explotó después fue un malentendido, el PRO no impedirá que la dirigente ocupe su escaño. Si las hostilidades cesan, depondrá la presión sobre Chesarotti.
Pero hasta que esto no suceda, con el guiño del juecismo, prepara el terreno para que el radicalismo no le cobre la factura por el mal momento que la dirigente les hizo pasar durante la campaña y evitar un tironeo en pleno debut.