El fastidio que mostró el libertario en sus últimas presentaciones tenía otro motivo: para asegurar una fiscalización óptima, además de suplicar a gritos en escenarios improvisados, necesitó, por primera vez, poner la cara en su interna, en una tensa reunión con legisladores electos que tuvo el último lunes, en su búnker del Hotel Libertador.
La lista de rebeldes la integraron los diputados electos Pablo Ansaloni (Buenos Aires), Gerardo González (Formosa) y Lisandro Almirón (Corrientes); y la futura senadora Ivana Arrascatea (San Luis). La versión inicial del comunicado tenía más nombres, pero a último momento se bajaron. Había representantes de Jujuy y Formosa, que prefirieron esperar al ballotage. Si ese día Milei no gana, se lanzarán oficialmente los bloques de LLA alternativos.
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El grupo de díscolos lo lidera Ansaloni, un dirigente del gremio de trabajadores rurales, UATRE, que fue diputado entre 2017 y 2021. Siempre fue oficialista: los primeros dos años con Cambiemos (que le había dado su banca) y los restantes con el Frente de Todos. Desembarcó en el campamento libertario a cambio de ofrecer su partido, Fe, un instrumento jurídico que fue clave para armar el frente LLA, porque tiene personería jurídica en 17 provincias.
En el Hotel Libertador, Ansaloni ratificó que está dispuesto a dar el portazo y contó que Macri lo quiso matar. Milei tuvo que dar explicaciones ante semejante confesión: aseguró que no le prometió cargos al expresidente a cambio de su respaldo.
Los libertarios que tienen puentes con el PRO saben que Macri no lo entendió así. En la videollamada que el diputado y vicepresidente del PRO Federico Angelini mantuvo con los jefes partidarios de las provincias, fue claro: “Milei no tiene nada. Podemos armarle el gobierno”, prometió el santafesino, en un diálogo apurado, minutos antes de la conferencia que brindó la excandidata de JxC, Patricia Bullrich, para anunciar su conversión a las ideas de la libertad.
La pata bonaerense
Unas horas antes de ser interpelado por sus futuros congresistas nacionales, Milei se había enterado de la ruptura de sus bloques de la Legislatura de la provincia de Buenos Aires, territorio clave para definir al próximo presidente. Lo supo mientras recorría Ciudadela y Ramos Mejía, en una caravana organizada por su armador bonaerense, Sebastián Pareja. “Este grupo se reunió y está disconforme. Es todo lo que puedo decir”, fue la respuesta del exdirigente del PRO a la prensa que le preguntaba por el comunicado viral.
La rebelión bonaerense la lideran quienes aportaron los partidos que permitieron armar el frente LLA a nivel nacional: Martín Rozas y Fabián Luayza (Unión Celeste y Blanco), Gustavo Cuervo (Partido Renovador Federal) y María Jalil (FE, el sello de Ansaloni). Es una casta que Milei dejó infiltrar en las listas, como relató LetraP en agosto. Podría sumarse Kikuchi, que es senador provincial electo.
“Los dueños de los partidos se quedaron con las nóminas de Buenos Aires, pero en las del Congreso metimos más outsider”, se conforman en LLA. El diputado provincial de LLA Nahuel Sotelo quedó como nexo principal con Milei en la Legislatura. Ya le había advertido en junio que la ruptura sería inevitable, pero el economista, esa vez, le explicó que no tenía opción: necesitó abrir las listas para tener partidos. Ahora está sufriendo las consecuencias.
Quién me cuida
Milei no se preocupa tanto por la pérdida de bancas en la Legislatura y en el Congreso, que será inevitable si no gana. Sí lo altera pensar que estas diásporas redunden en menos fiscales para cuidar sus votos el 19 de noviembre.
Ciertos o no, los informes internos sobre “microfraudes” (robos y roturas de boletas) durante los comicios generales asustaron al economista, porque sabe que en una elección pareja cualquier elemento que haga la diferencia puede ser decisivo. Los sondeos que llegan al Hotel Libertador muestran más de 10% del electorado que podría decidir su voto la mañana del domingo 19. Es el doble que lo que tiene cuantificado en esa situación el equipo de consultores de Unión por la Patria.
Macri, que cuando competía también tenía problemas para fiscalizar, se ofreció para resolver las dificultades de Milei, quien le abrió el juego para aportar gente e ideas. En LLA no están contentos, porque tienen que soportar resabios de las internas del PRO por el tercer puesto de Bullrich.
Eduardo Bastitta, un empresario del rubro logístico, es el delegado de Macri en las reuniones de Núñez y, sin muchas metáforas, ofrece dinero para pagar fiscales. Cree que es lo más importante y promete pagar cash. Lo miran con recelo Karina Milei y Guillermo Ferraro, encargados de la fiscalización para LLA en las generales.
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El miércoles, Ferraro tuvo una reunión con el jefe del PRO en Diputados, Cristian Ritondo, en la que se sintió seguro de tener ayuda para controlar las urnas en la provincia de Buenos Aires. No estaba conforme con las actitudes de Basttita ni con los balbuceos del senador del PRO José Torello, quien quedó como emisario de Macri en las cumbres de Núñez, cuando Paula Bertol dejó de ir, nadie supo bien por qué.
La ayuda PRO para la fiscalización en territorio bonaerense se completó con el esquema que el diputado Sebastián García de Luca había armado para Bullrich, coordinado por el quilmeño Guillermo Sterli. Por ahora con perfil bajo, Diego Santilli aportó lo suyo. “No hay mucho misterio: es unir equipos y que fluya”, trataron de calmar a Milei en el PRO.
En el resto del país la ayuda del macrismo es más dispar, porque la derrota desintegró sus bases. Por caso, Ferraro no sabe si podrá fiscalizar provincias oficialistas como Santiago del Estero, donde el 22 de octubre tuvo escuelas sin boletas violetas.
La obsesión de Milei por la fiscalización se convirtió en un factor de nuevas internas. Su hermana trató de controlarlas con una foto junto a Francos, Nicolás Posse, Ferraro y Pareja, a quienes presentó como el equipo encargado de custodiar los votos de La Libertad Avanza.
Karina está cansada de las figuras del macrismo que intentan posicionarse en LLA prometiendo ayuda que no llega o, peor, que sólo puede existir en fantasías. El que más irritó fue Javier Iguacel, intendente de Capitán Sarmiento, quien propuso abrir un registro virtual de voluntarios para fiscalizar, una tarea que ya hicieron Ferraro y Fernando Cerimedo, encargado también de supervisar el escrutinio provisorio. “Quiere jugar una final con suplentes”, se burlan de Iguacel. Saben que su intención es otra: ser funcionario en un gobierno de Milei.
Machetes y actos
Milei planea dos actos más antes del cierre de campaña del jueves en Córdoba: uno en Rosario y otro en alguna localidad de la provincia de Buenos Aires, a definir. Esta semana canceló caravanas en La Plata, Lanús y un viaje a Bahía Blanca.
El guión de La Libertad Avanza combina elementos de las campañas de Macri en 2015 y 2019. Se tomó el eslogan que usó Cambiemos para ganar hace ocho años, “Continuidad o cambio”. Las caravanas de Milei imitan a las del “Sí se puede”, que no le alcanzaron al líder del PRO para vencer a Alberto Fernández: recorridas entre la gente, banderas argentinas y actos breves en la calle. No más en lugares cerrados. Así será su cierre en Córdoba.
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El búnker para esperar los resultados el 19N volverá a ser en el Hotel Libertador, aunque sólo haya lugar para 200 personas. El economista tiene allí su oficina propia en el piso 21, donde desde el viernes está encerrado, estudiando para el debate de este domingo.
Lo asisten Posse -su elegido como potencial jefe de Gabinete- y Santiago Caputo, quien no logró que la Cámara Nacional Electoral le permitiera al economista llevar machetes. Su último intento por conseguirlo lo dejó en ridículo. Llegó a decirles a los representantes de los jueces que los apuntes de Milei no eran para leer y que usaría lentes para mostrarse serio.
El candidato presidencial no sabe cómo hará para sostener un perfil académico sin textos en el atril. Tan nervioso está que este viernes le pidió a Caputo preguntarle a la CNE si se respetaría el uso de la palabra o se podía interrumpir. Lo hizo saber Juan Manuel Olmos, apoderado de Unión por la Patria, quien difundió una nota que remitió a los jueces para recordar que no se está a tiempo de cambiar las reglas.
"Sólo queríamos una aclaración", explican en LLA, donde nadie se animaba a detallar cómo fue el momento en el que su candidato presidencial dejó de estudiar y le exigió a su joven consultor una gestión final para estar cómodo este domingo. Sabe que lo que pase esa noche y la fiscalización del día de la elección definirán gran parte de su suerte.