(Foto: Giancarlo Ceraudo)
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(Foto: Giancarlo Ceraudo)
Hay hechos que de tan espantosos resultan difíciles de creer. Como los vuelos de la muerte: los genocidas de la última dictadura cívico militar tiraron gente a las aguas del Río de la Plata y del Mar Argentino con el objetivo de exterminarla y desaparecer sus cuerpos al mismo tiempo. Hay testimonios de sobrevivientes, unos pocos cuerpos fueron devueltos por las aguas, hubo una condena de la Justicia que confirmó el método macabro. En pocas semanas, se sumará como evidencia del horror el avión SKYVAN PA-51 –hoy con otra patente–, que los marinos de la ESMA usaron para deshacerse de las Madres de Plaza de Mayo que secuestraron en 1977. La aeronave quedará estacionará para siempre en lo que fue ese centro clandestino.
“Mirar a este avión va a ser como mirar al horror a los ojos, lo sabemos. Pero también sabemos que es aquí en donde tiene que estar, en la ESMA, porque es la muestra del circuito salvaje que construyeron los genocidas, testimonio de lo que pasó en Argentina durante la dictadura, de lo que nos pasó a nosotros y a nuestros familiares, un símbolo de lo que el terrorismo de Estado es capaz de hacer que va a servir, sobre todo, a las generaciones futuras”, concluye Mabel Careaga. “Si le decís a un pibe que en Argentina se tiraban personas vivas al mar le va a costar creerlo. Bueno, ahí estará el avión”, añade.
Careaga dice que, desde que supo que el avión volverá a Argentina para ser instalado en el Museo Sitio de Memoria ESMA, no duerme. Comenzó a insistir con la necesidad de repatriarlo junto a Cecilia de Vincenti, hija de Azucena Villaflor, y la Madre de Plaza de Mayo de la Línea Fundadora Taty Almeida no bien Alberto Fernández asumió la presidencia, a fines de 2019. Y si bien la pandemia “demoró todo”, luego de una serie de reuniones con el ministro de Economía, Sergio Massa, su pedido se hará realidad.
Esther Ballestrino de Careaga y Azucena Villaflor, junto a María Eugenia Ponce de Bianco, fueron las tres Madres fundadoras secuestradas junto a las monjas francesas Alice Domon y Leonie Duquet y otras ocho personas vinculadas a la Iglesia de la Santa Cruz en diciembre de 1977 por una patota de la ESMA, mantenidas cautivas en ese centro clandestino y asesinadas en un vuelo de la muerte.
A los cuerpos de las Madres los devolvió el mar algunos días después de que fueran arrojadas desde el SKYVAN que fue localizado décadas después, en 2010, por la periodista, investigadora, sobreviviente de la ESMA y defensora del Público, Miriam Lewin, y el fotógrafo italiano Giancarlo Ceraudo. Entonces, y aún, al aeronave está en manos de empresas radicadas en Estados Unidos para la entrega de correspondencia.
"Nos parecía un horror que un avión que fue utilizado para tirar personas vivas al mar estuviera volando, repartiendo cartas, como si nada. Sentíamos que con cada vuelo se le borraba aún más su historia de muerte”, argumentó Careaga. En 2005, los cuerpos de las Madres, de las monjas y de Angela Auad, una integrante del grupo que entregó el genocida Alfredo Astiz tras infiltrarse un tiempo en el organismo– fueron identificados en diferentes tumbas sin nombre en el cementerio de General Lavalle.
Careaga y De Vincenti comenzaron a amasar la idea de traer el avión cuando en 2018. “Pleno macrismo, no era el momento” de proponerlo a las autoridades, reconocieron. A fines de 2019 hicieron una presentación al Ministerio de Defensa para comprar el avión a la empresa estadounidense Win Win Aviation, que lo sigue usando en el sur del país. Volvieron a la carga post-pandemia. Insistieron ante el Presidente, la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner y finalmente con Massa , que el último jueves de enero concretó la reasignación de la partida presupuestaria necesaria para efectuar la compra de la aeronave Short Skyvan N80GB, su patente actual, por 323 millones de pesos.
Aún no saben cómo traer la nave, si es en vuelo o vía barco. Los familiares esperan que esté instalado en el Museo Sitio de Memoria ESMA entre el 24 de marzo, aniversario del último golpe de Estado, y el 30 de abril, aniversario de las Madres.
“Es conmocionante y, a la vez, un elemento fundamental para seguir construyendo memoria”, dijo Lewin sobre la repatriación del SKYVAN que halló hace poco más de una década. La investigación que compartió con Ceraudo tuvo como objetivo dar con las naves que fueron utilizadas para los vuelos de la muerte de la Armada durante la última dictadura. Sabían que los aviones usados habían sido tres aviones Electra –dos están exhibidos en un Museo y en un predio privado en Camino de Cintura– y cinco SKYVAN, de los cuales dos habían sido destruidos en la guerra de Malvinas. El que será repatriado tenía consigo su historial de planillas de vuelo.
Con esa documentación impulsaron una denuncia ante la Justicia federal que culminó, finalmente, con la confirmación de los vuelos de la muerte y la condena a dos de sus pilotos. Esas planilla sirvieron, también, para confirmar que ese SKYVAN fue el avión desde el que los represores arrojaron a las Madres de Plaza de Mayo al mar.