El Círculo Rojo busca tener relojeada la estrategia de Sergio Massa para sentarse en la mesa de negociación para la renovación del acuerdo de precios, como método para ponerle tope a la inflación, la carta de éxito o de fracaso del ministro de Economía para su futuro electoral inmediato o de proyección. Con el auxilio de los sindicatos para la fiscalización, la "kirchnerización" de los controles no fue tomada como una medida surgida de la ideología massista y por eso el establishment cree que se trata de una jugada que busca conseguir respaldos y alineamientos internos, para la tribuna, pero al mismo tiempo alertó que el "juego" al límite de las instituciones "profundiza" la crisis política y económica ante la desconfianza de las inversiones y los planes de achicamiento. Aunque el consenso es el mal menor: confían, con resultados en mano, en el plan del líder del Frente Renovador.
Del otro lado, fuentes cercanas a Massa reconocieron a Letra P que la afinidad con los sindicatos fue el puntapié para el anuncio, pero que no es parte de una estrategia aceitada, sino que responde a la integración de los trabajadores a la cadena de producción como forma de conseguir información privilegiada de las tensiones en el abastecimiento. Otra fuente del Palacio de Hacienda, sin embargo, aclaró que "los diálogos en búsqueda de consensos para afrontar el problema inflacionario van a seguir constantes". Esa sentencia pareció ser la bandera blanca en un conflicto que iba en escalada.
Las empresas que recibieron el golpe de los controles mostraron distintas versiones del conflicto. Por un lado, las caras visibles de las cámaras criticaron la decisión por ir en contra de las instituciones. "Es una presión medio mafiosa para ver si se puede frenar a algún díscolo, pero termina metiendo más ruido de lo que se puede hacer. No está nada bueno, porque sigue siendo una Argentina que cada vez está más mal institucionalmente", afirmó el dueño de una empresa de productos alimenticios, consultado por Letra P.
Para un sector del Círculo Rojo, los controles más férreos se tratan de "un movimiento desesperado para tratar de frenar como se puedan los aumentos", que fue calificado como "pan y circo ". "Es la necesidad de Massa y del Gobierno de bajar la inflación, con métodos que solo generan reacciones no conducentes y solo la tribuna afecta al gobierno puede tener esperanza", sostuvo el presidente de una empresa industrial que participa de la UIA y que espera que en las próximas semanas sentarse en la mesa de negociaciones para definir la renovación de los Precios Justos.
Allí hay acuerdo: todos los actores consultados coincidieron que habrá renovación del programa, aunque lo que resta definir es la integración de los productos, debido a que habrá nuevas condiciones que surgieron de la primera experiencia en épocas massistas. Según fuentes de la Secretaría de Comercio, las negociaciones comenzarán con las empresas de consumo masivo y tomarán ritmo en las próximas semanas para lograr que los acuerdos muestren el sendero para el resto de los sectores que deberán ratificar la participación en el programa antiinflacionario.
El Círculo Rojo se prepara para una negociación tensa. La participación de los camioneros conducidos por Hugo y Pablo Moyano disparó las tensiones con Massa, a quien le reconocen capacidad de diálogo y entendimiento en las negociaciones. Sin embargo, desde el equipo económico aclararon que el acompañamiento de los gremios en los controles de precios estuvo presente desde el día del lanzamiento de Precios Justos. "No son inspectores ni tienen la capacidad de multar a nadie. Sólo participan para compartir información con la Secretaría de Comercio", minimizaron su rol.
"Nosotros hacemos habitualmente unas 100 inspecciones en distintos lugares, y en los supermercados detectamos algún tema de abastecimiento y, más allá de los incumplimientos del lugar, también surgió un problema con las empresas proveedoras que no entregaban en tiempo y forma la mercadería, lo que nos dejaba la sospecha de que eso surgía por el desvío de mercadería hacia los canales de cercanía que no están dentro del acuerdo. Por eso la semana pasada fuimos a tres centros de distribución a fiscalizar la llegada de los camiones. Y, como en logística y transporte está involucrado el sindicato, les informaron y nos acompañaron en la inspección", aclaró una fuente cercana al secretario Matías Tombolini.
En otras partes de la cadena de producción y de comercialización existe integración en la inspección de otros sindicatos, pero no generó el rechazo que reunió la familia Moyano. Los gremios de Comercio y los metalúrgicos también son parte del esquema de información privilegiada con el que Massa se sienta a negociar. Suele suceder que el jefe del Palacio de Hacienda acude a los acuerdos con una radiografía de las empresas y sus necesidades. Por eso no sorprendió que se haya metido en la interna que existe entre los industriales y los comerciantes por los faltantes en góndolas y los márgenes de rentabilidad.
A pesar de las tensiones y las críticas, las inspecciones conjuntas continuarán. A pedir del kirchnerismo, que insiste en el reclamo de más dureza en las negociaciones con las empresas para lograr una baja en la inflación, se profundizarán los acuerdos con los municipios para sumar más controles y no está descartado que en los futuros acuerdos quede establecido de manera explícita el auxilio sindical. Así Massa se asegura una fuente de negociación y, a la vez, el guiño cómplice de uno de sus socios en el Frente de Todos.