La ministra Silvina Batakis le presentó a un grupo de cinco gobernadores su plan para domar la crisis económica, que incluye un ajuste a medida de las exigencias del Fondo Monetario Internacional y que puso en alerta a los distritos, ante un eventual recorte de ingresos que impactará en la última parte del año, pero que también tendría consecuencias electorales cuando el año próximo se pongan en juego las gobernaciones e intendencias, además de la sucesión presidencial. La ausencia de una foto con el staff completo de la liga de las provincias golpeó como un signo de interrogación al esquema planteado por el Palacio de Hacienda y respaldado por el presidente Alberto Fernández: la imagen de fortaleza para mostrarle al Fondo Monetario Internacional (FMI), terminará siendo cuotificada.
La decisión de la Casa Rosada de convocar a las provincias para un encuentro con Batakis se conoció el domingo por la noche y estuvo encabezada por el jefe de Gabinete, el tucumano Juan Manzur, de buen diálogo con sus expares. En tanto, el ministro del Interior, Eduardo de Pedro, no se involucró en el convite y en su entorno explicaron que se debe a que está de reposo porque tiene covid-19.
Este lunes, la concurrencia quedó plasmada en una foto que llamó la atención por lo escasa. Asistieron solo cinco gobernadores: el de Buenos Aires, Axel Kicillof; de Catamarca, Raúl Jalil; de Neuquén, Omar Gutiérrez; de Santiago del Estero, Gerardo Zamora; y de Tucumán, Osvaldo Jaldo, en lo que se interpretó en algún despacho como un gesto de rebeldía de los mandatarios frente al llamado del Gobierno, a raíz de un disgusto anticipado frente a lo que podía ser un mensaje de recorte a las cuentas provinciales. Sin embargo, desde Balcarce 50 se apuraron rápidamente a aclarar que la invitación había sido extendida a los gobernadores que estuvieron este mismo lunes en el Salón del Bicentenario junto al presidente Alberto Fernández en un anuncio sobre infraestructura pública. “Había siete obras importantes, de un programa más amplio de 120, que ya estaban licitadas. Lo que se firmó es esa acta de inicio”, dijeron fuentes provinciales a Letra P.
Desde allí, los mandatarios cruzaron junto a Manzur al Palacio de Hacienda para “charlar unos minutos con la ministra de Economía para ver los temas de cada provincia y establecer ejes de acción”, contaron fuentes. La ronda de reuniones seguirá este martes, con los gobernadores de San Juan, Sergio Uñac; de Entre Ríos, Gustavo Bordet y de La Rioja, Ricardo Quintela. El Gobierno asegura que decidió celebrar encuentros reducidos para que cada provincia pudiera exponer sus inquietudes con mayor claridad y los planteos no se “perdieran” en una mesa multitudinaria. En los próximos días habrá más.
La información que circuló en la Casa Rosada, luego de la reunión, fue escueta y no incluyó detalles. Desde la Jefatura de Gabinete anunciaron que los gobernadores le expresaron a Batakis “su apoyo para llevar adelante los lineamientos de la gestión al frente del Palacio de Hacienda”. Según pudo saber Letra P, los mandatarios y la ministra hablaron sobre empleo, producción y condiciones de la macroeconomía. También hicieron un análisis de la situación general y coincidieron en que hay un crecimiento de la economía. “Creemos que hay que darles tiempo a las medidas que se toman y esperar para que los cambios vayan surgiendo efecto”, dijeron a este portal desde una de las provincias invitadas.
Un comunicado de prensa enviado por Jefatura de Gabinete citó, además del apoyo, que los cinco gobernadores “pudieron explicar la situación económica que atraviesan sus distritos y la ministra se puso a disposición para acompañar las distintas realidades en el contexto de una visión federal en la que viene trabajando desde hace varios años”. Pero la necesidad de “ajustar algunos números” que planteó Alberto Fernández este lunes dejó en claro que habrá consecuencias sobre la planificación que había realizado la Casa Rosada con los gobernadores durante la gestión de Martín Guzmán. Sucede que las administraciones provinciales esperan un dato contundente, como el que le explicitó el jefe de Estado a las constructoras sobre la continuidad de la obra pública en marcha y su pago en tiempo y forma. Nada se dijo sobre las que están proyectadas, aunque a los empresarios les transmitieron la “tranquilidad” de que se iban a continuar, según confió a Letra P un integrante del sector privado, aunque se fueron con dudas.
El FMI le dejó claro a la Argentina, en su informe posterior a la primera revisión trimestral, que pretende un recorte del 7,8% del déficit fiscal. Esa poda suele tener consecuencias en la obra pública, ámbito en donde no existe un impacto social directo, más allá de que los gobernadores la definen como “generadora de empleo y de reducción de la pobreza”, según le dijo a Letra P un funcionario de una de las gobernaciones que estará presente en el cónclave que encabezará este martes Batakis. La ministra conoce el descontento de los mandatarios provinciales acerca de las exigencias del FMI, aun antes de su llegada al Palacio de Hacienda.
La reunión del lunes buscaba ganar aire político para poner en marcha un plan necesario para respirar durante los próximos tres meses. Por eso el apuro por recorrer todos los territorios y alinearlos detrás de una bandera: que el Fondo le apruebe el desembolso de septiembre, cuando el país enfrente una de los vencimientos más grandes que tiene en el 2022 y que puede tener consecuencias financieras si no existen señales claras de logro.