TODOS CONTRA TODOS

El portazo de la diputada, el conventillo del FdT y el albertismo sin cabeza

La renuncia de Indarte desnuda el descalabro en Todos y la desconducción de la tribu del Presidente. Silencios, críticas y chicanas de trinchera a trinchera.

LA PLATA (Corresponsalía Buenos Aires) El portazo de la diputada Débora Indarte a la bancada oficialista en la Legislatura bonaerense y la reacción de las diversas tribus peronistas dejan al descubierto el conventillo en que se ha transformado el Frente de Todos (FdT) y muestran la falta de conducción del albertismo neonato al que reporta la legisladora. Mientras dirigentes de diversos sectores intentan encapsular la renuncia en una disputa distrital marplatense, de trinchera a trinchera se revolean críticas, denuncias y responsabilidades. Lo que nadie puede ocultar, no obstante, es que lo sucedido este martes es la primera fractura formal en una coalición que viene gobernando a los tumbos y enfrenta el desafío de encauzar las disputas internas sin que todo vuele por los aires hipotecando sus chances de ganar en 2023 para evitar la vuelta al poder de Juntos por el Cambio.

 

Pese a la intensidad de la interna, que provocó la renuncia de Máximo Kirchner a la jefatura del bloque de diputados en el Congreso y una votación en contra  del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) de parte del kirchnerismo duro, nunca, hasta ahora, se había concretado la salida de alguno de los miembros de los bloques peronistas. Aunque el origen de la salida de la legisladora, oriunda de Mar del Plata y que suma a las huestes del presidente Alberto Fernández, tenga su origen en la interna territorial profundizada con la interna por la conducción del Partido Justicialista (PJ) local que ganó La Cámpora, las esquirlas alcanzan a todo el oficialismo pese a los esfuerzos por achicar daños colaterales; el gobernador Axel Kicillof sufre las consecuencias, el oficialismo pierde una banca y le costará aun más alcanzar el cuórum.

 

Hasta ahora, el FdT contaba con 43 bancas, después de que, en diciembre pasado, Natalia Sánchez Jáuregui disolviera el monobloque Partido Fe y se sumara a la tropa que conduce César Valicenti. Esa decisión amplió el número del peronismo, que se acomodó mejor con la primera minoría. Ahora, el bloque se encuentra nuevamente en un lugar de endeblez ante la oposición. Juntos por el Cambio tiene 41 escaños, quedó a sólo dos de arrebatarle la primera minoría al peronismo. El nuevo escenario le levanta el precio a la bancada Espacio Abierto Juntos, que integran Walter Carusso y Martín Domínguez Yelpo, dos dirigentes que responden al intendente de San Isidro, Gustavo Posse, y que buscan desde hace meses regresar de manera elegante a Juntos. 

 

Lo dicho, se complica Kicillof, que necesita de todos y cada uno de los votos posibles para sacar adelante los proyectos que requiere para transitar con éxito su segundo tiempo, con el objetivo de mantener sus chances de ser reelegido en el cargo en 2023. El oficialismo necesitará de seis aliados para alcanzar el cuórum y de 18 para conseguir los dos tercios necesarios para aprobar leyes clave como el Presupuesto o las solicitudes de endeudamiento y avanzar con el pedido de juicio político al procurador Julio Conte Grand. Ante la consulta de Letra P, en el entorno del gobernador optaron por el silencio.

 

En el kirchnerismo duro el enojo con la situación es evidente. Aunque afirman que los motivos de la renuncia no están atados directamente a la interna macro que hace tambalear a la coalición, consideran que la movida tiene contención del albertismo. En ese marco, chicanean al adversario y sugieren off de récord que el esposo de Indarte y referente marplatense del sector político al que tributan, Rodolfo Manino Iriart, debería dejar su cargo al frente de Correo Argentino, lugar al que llegó por decisión del canciller Santiago Cafiero en épocas en que conducía el Gabinete.

 

“No es un carguito más, es un sueldo de 500 mil pesos, tres contratos de 200 mil, oficina y chofer; que deje eso también si van a abandonar el bloque”, chicaneó un dirigente del kirchnerismo con despacho en Buenos Aires. Y señaló al ministro de Obras Públicas: “El estratega del albertismo en la provincia es (Gabriel) Katopodis y no creo que deje que, abajo, cualquiera haga lo que quiera. Si esto es tomado como un movimiento del albertismo, le agrega a la cuestión un ruido infernal. Yo no creo que sea eso”.

 

Según diversas fuentes consultadas por Letra P, la terminal del titular del Correo Argentino es el ministro de Desarrollo Social Juan Zabaleta, con quien mantiene aceitado el vínculo. Ante la consulta de este medio, un funcionario cercano a Katopodis indicó que desde ese espacio no se avala ninguna ruptura. “Si decimos que el peronismo tiene que estar unido, decimos eso siempre”, reafirmó y enmarcó la ruptura en una disputa territorial, al tiempo que descartó pedidos de renuncias: “Nuestra posición no es pedir renuncias. No lo hicimos antes y no lo haremos ahora. Salvo que algo esté funcionando mal”.

 

En el entorno de la diputada que ahora conformará la bancada Unidad para la Victoria, el cuarto monobloque de la Cámara junto al Frente de Izquierda, Izquierda Socialista y 17 de Noviembre, también intentaron circunscribir la crisis a una interna distrital. En sintonía con el documento con el que formalizaron la ruptura, aseguraron que Indarte no tiene vinculación con Fernández y destacan que no se tomó ninguna fotografía con funcionarios de la administración central.

 

Como contó Letra P, pese al pedido de Máximo Kirchner de evitarlas, en once distritos hubo internas para dirimir la conducción del PJ. Una de ellas, en General Pueyrredón (Mar del Plata), donde se enfrentó la lista apadrinada por la titular de la ANSES, la camporista Fernanda Raverta, que respaldó a quien finalmente ganó, Eduardo Coppola, con la nómina empujada por Iriart, que buscó sin éxitos la continuidad de la conducción de Juan Manuel Rapacioli

 

Por lo pronto, en una primera lectura, dirigentes del bloque que conduce Valicenti destacaron “el buen diálogo” entre diputados y diputadas oficialistas, a la vez que estimaron que la fuga de Indarte no se replicará. “Las diferencias se resolvieron en la elección interna del PJ la semana pasada”, cerraron. 

 

Para un dirigente peronista del conurbano dedicado a tender puentes entre las partes para evitar un estallido que se los lleve puesto a Todos, el portazo de la diputada es, “por lo menos, una irresponsabilidad: no se puede llevar una pelea local a la Legislatura”. Como contó Macarena Ramírez en la nota "El Antón Pirulero del Frente de Todos en Buenos Aires", hoy más que nunca, en el oficialismo cada cual atiende su juego.

 

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Ricardo Guerra y Juliana Di Tullio 

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