Con solo guglear “Liga Profesional + apuestas online”, el mapa de cómo creció el negocio queda más o menos claro: ante esa combinación de palabras, el buscador arroja casi cuatro millones de resultados, un número que crece hora a hora. Aprobadas en la Ciudad y en la provincia de Buenos Aires a fines de 2019, instrumentadas en 2020 y con licencias otorgadas para su funcionamiento legal en 2021, las casas de apuestas online llegan al fútbol argentino por todos los costados posibles. Lejos de la periferia y de los limbos legales en que se movían hasta hace pocos años, ahora ganan centralidad: clubes importantes tienen sus logos en las camisetas, algunos periodistas mainstream ponen sus caras para promocionarlas y en los medios más leídos del país aparecen publinotas sobre “la revolución del mercado”. Mientras tanto, en el Ascenso estalla el primer caso de corrupción entre jugadores de El Porvenir, algo que en la patria baja del fútbol local estiman que seguirá sucediendo cada vez más seguido.
El último 9 de diciembre, los gobiernos porteño y bonaerense acordaron otorgarles una licencia por 15 años para operar en sus territorios a multinacionales que debían asociarse con operadores locales. BetWarrior (BinBaires e Intralot), Bplay (Boldt y 888), William Hill (Bingo Moreno y William Hill), Bet365 (Bingo Berazategui y Bet365) y PokerStars (Atlántica de Juegos y Stars Interactive Limited) fueron las primeras en una lista que promete estirarse en cantidad y en geografía: Córdoba y Santa Fe se aproximan a firmar ese permiso legal en un corto plazo, una discusión que en el ámbito cordobés tuvo la intervención de Mauricio Macri, quien en diciembre avaló su legalización: “El tema ya existe, aunque no lo sancione Córdoba o no lo sancione la Argentina”, declaró.
En PokerStars asoma la figura de Daniel Angelici, expresidente de Boca, principal operador del macrismo en la Justicia y omnipresente cada vez que este negocio se ponía sobre la mesa de cualquier gestión, ya sea de una Legislatura como de una mesa del Comité Ejecutivo en la AFA.
Angelici es una de las personas que desde hace años viene impulsando el juego online en el país y en el fútbol argentino. Tiene un largo recorrido en el negocio de los casinos, bingos, slots y los juegos de azar, al que ahora le sumó -como otros grupos internacionales- su faceta virtual a través de las apuestas deportivas.
Atlántica de Juegos controla cuatro bingos en el Partido de la Costa, aunque el Tano se expandió en el país con otras razones sociales: el dirigente radical es socio de la familia Mautone en los bingos de Ramallo, Pergamino y Maipú. En Córdoba, por ejemplo, otra de sus empresas, Cronopios, administra el bingo municipal de Villa Allende. Binarge, en la que el expresidente de Boca le cedió su participación a Alejandro Canale, opera en las salas de Río Cuarto y de Villa María.
Millones dormidos
Los especialistas estiman que solo entre la Ciudad y la provincia de Buenos Aires, el negocio de las apuestas deportivas podría representar alrededor de 100 mil millones de pesos, un importe mínimo si se lo compara con los 300 mil millones de dólares que mueve al año a nivel global, según Forbes.
El dinero que los Estados recaudarán a través de sus organismos debería tener su analogía en las arcas de los clubes, un aspecto que nadie sabe precisar porque desde hace años hiberna en los cajones de la dirigencia del fútbol. De hecho, en la carta que Marcelo Tinelli les envió a los presidentes para denunciar un “golpe institucional”, el conductor televisivo mencionó a la “explotación, comercialización y administración del juego online” como uno de los ítem al que no pudo o supo darle cauce.
Mientras la dirigencia dormía en avanzar sobre esos términos y condiciones, y mientras los gobiernos dormían en la adjudicación de las licencias para operar, algunas casas de apuestas lanzaron apuestas en el campo del marketing y la publicidad: Bplay apareció en el pecho de los jugadores de Estudiantes y Vélez, incluso cambiando el color de su logo.
Codere hizo lo mismo en River, aunque tenía una presencia probada en el conurbano bonaerense, donde administra 13 bingos, entre ellos los de Lanús y Lomas de Zamora (por lo que alguna vez fue patrocinador de los clubes Banfield y de Lanús). La multinacional de origen español le pagó a River dos millones de dólares al año por tener su logo en la manga de la camiseta millonaria. A partir de junio, ese logo se correrá al centro de la camiseta y el monto se elevará a tres millones y medio de dólares más adicionales, que varían de acuerdo al resultado que obtenga el equipo en los torneos y copas en los que participa.
Al pecho. Desde junio, Codere pasará de la manga al centro de la casaca millonaria
El lugar que fue propiedad de un banco multinacional (BBVA) y de una de las aerolíneas más importantes del mundo (Turkish Airlines), ahora será de una casa de apuestas deportivas. Toda una señal de época.
“El dinero destinado a España empezó a redistribuirse en otros países como Argentina. Eso, sumado a que el mercado argentino abrió sus fronteras, posibilita la llegada de estas empresas”, le contó el año pasado a Letra P un directivo que conoce el negocio. Es que mientras Argentina y su fútbol le abren las puertas a las casas de apuestas online (y a otros jugadores más peligrosos como los del mercado de criptomonedas), España se las cierra. Ese país prohibió en 2020 la publicidad de apuestas online en equipos y estadios de fútbol.
Alertado por las denuncias y reclamos de asociaciones vinculadas a la adicción al juego (algo que la pandemia profundizó), el gobierno español clausuró ese espacio publicitario que recorría el mundo a través de la transmisión de partidos y también limitó la publicidad en televisión, radio, Youtube y otras plataformas. Ahora, Codere, Bet365, Bwin, PokerStar y tantas otras solo aparecen en la franja horaria de 1 a 5 de la madrugada.
¿Sucederá eso en Argentina? Si bien en septiembre de 2020 la Legislatura porteña sancionó una ley para limitar el juego en la Ciudad de Buenos Aires en la que se abordaba el “Principio de Publicidad Responsable”, nada parece aplicarse en medio del auge de las apuestas online, ahora legales y en crecimiento. Solo basta con ver las publicidades en los canales que transmiten los partidos del fútbol argentino.