Nombramientos congelados, renuncias, nuevas designaciones y pases internos de facturas. La decisión del presidente Alberto Fernández de publicar una instrucción formal a los ministerios para que avancen con el reparto paritario de cargos sacudió al gabinete y provocó fuego cruzado en la Casa Rosada. Los números hablan por sí solos: el 90% de los ministerios está encabezado por hombres, lo mismo ocurre con el 63% de las secretarías y con el 59% de las subsecretarías, aunque cada área tiene su propia realidad.
La batalla interna transcurría por lo bajo hasta que el viernes por la noche la portavoz de la Presidencia, Gabriela Cerruti, anunció que el Presidente había firmado una instrucción que instaba a ministros y ministras a promover la participación equitativa de géneros en la designación de autoridades superiores. “Realmente cuesta mucho” alcanzar el equilibrio, concedió al día siguiente el presidente Fernández en Radio 10.
Hacía semanas que en varios ministerios circulaba un malestar silencioso por nombramientos supuestamente frenados en Balcarce 50 para la ocupación de cargos en secretarías y subsecretarías. ¿El motivo? Que los propuestos eran todos hombres y rebotaban en la Casa Rosada cuando llegaban a la Secretaría de la Legal y Técnica, la oficina que conduce Vilma Ibarra, guardiana del ala feminista, voz de consulta permanente e integrante de la mesa chica del Presidente.
Así llegaron quejas del Ministerio de Agricultura, la cartera que encabeza Julián Domínguez desde el recambio de septiembre, y de Transporte, el área que comanda Alexis Guerrera. Esas dependencias figuran, junto con Trabajo, en el top 3 de ministerios con peor distribución en términos de género.
En la lista siguen Obras Públicas y Cultura. En Agricultura, la participación de las mujeres en cargos superiores es del 21%, frente al 79% de hombres. En la cartera de Trabajo, a cargo de Claudio Moroni, las mujeres ocupan un 9%. En Transporte, el 10%. En Obras Públicas y en Cultura, el 29%.
Los ministerios con reparto más equitativo, en un 50 y 50, son el de Seguridad, conducido por Aníbal Fernández; Interior, a cargo de Eduardo de Pedro, y Salud, la cartera que encabeza Carla Vizzotti.
Los números surgen del último informe elaborado por la Dirección Nacional de Diseño Organizacional. El trabajo, al que accedió Letra P, indica que la distribución de hombres y mujeres es 59%-41% en las subsecretarías, 63-37 en secretarías y 90-10 en ministerios. La participación de las mujeres aumenta a medida que baja el escalafón.
La oficina de Ibarra atendió las quejas, aunque dejó en claro que el propio Presidente le dio la instrucción para pasar los nuevos nombramientos por la lupa de la equidad de género y que en ningún caso la Secretaria de Legal y Técnica congeló las designaciones. Fernández siempre tuvo a mano las propuestas.
La puja política que se desata en la coalición cada vez que se abren nuevos nombramientos hizo el resto. Una muestra de las batallas fue la renuncia, en las últimas horas, de Carlos Paz y Carlos Milicevic, ahora expresidente y exvicepresidente del Senasa, quienes afirman que Domínguez les manifestó que necesitaba sus cargos para ubicar a mujeres. El ministro heredó parte de su estructura con acuerdos políticos que cerró la gestión anterior y empezó a pasar la escoba, con la cuestión de género como carta de negociación.
Informe: Dirección Nacional de Diseño Organizacional
La decisión política de Fernández quedó plasmada por escrito en la instrucción que se formalizó el viernes y generó tal revuelo que por la Casa Rosada circularon versiones que indicaban que Gustavo Beliz y Julio Vitobello habían apurado nuevas designaciones antes de que el instructivo se publicara en el Boletín Oficial. Sin embargo, según explicaron fuentes oficiales a Letra P, el instructivo nunca tuvo como destino el Boletín, donde el Estado publica normas jurídicas, sino que se trata de una comunicación interna del Gobierno.
Esta intención presidencial no es nueva. En septiembre, pocas horas después del desembarco de Juan Manzur y del recambio que incluyó la incorporación sólo de varones al gabinete, Fernández se había reunido en la quinta de Olivos con Elizabeth Gómez Alcorta, ministra de Mujeres, Géneros y Diversidad, para calmar las aguas. En ese encuentro, el mandatario le había encomendado a Gómez Alcorta que avanzara en la redacción de un decreto que promoviera la igualdad de género en las designaciones de los ministerios del Poder Ejecutivo Nacional, un instrumento innecesario ya que se trata de una decisión política. Cinco meses después, llegaron las instrucciones en ese sentido.
Disparidad en las provincias
La falta de paridad de género no es un problema sólo del gabinete nacional, sino que recorre casi todo el país. Un informe reciente de la Dirección Nacional de Economía, Igualdad y Género da cuenta de que La Rioja se lleva el premio al gabinete menos equitativo de la Argentina, con cero mujeres; le siguen Salta y La Pampa, con un 11%, y Tucumán, con un 12 % de integrantes femeninas. Tierra del Fuego, en cambio, tiene más ministras que ministros: 56% versus 44%.
Las discusiones internas aún no se apagaron, pero el Presidente parece decidido a no bajar el tema de la agenda, al menos por ahora. Este miércoles, en el acto de asunción de Remo Carlotto en la Secretaría Ejecutiva del Instituto de Políticas Públicas en Derechos Humanos del Mercosur (IPPDH), que se realizó en la ex-ESMA, Fernández sostuvo que hay que "terminar con la desigualdad de la mujer", destacó la necesidad de "igualar su participación en la proporcionalidad en los cargos públicos y la función ejecutiva" y llamó a “poner el problema de la igualdad de géneros en la mesa de discusión del Mercosur”.
Para él también corren las instrucciones: si en los próximos dos años decide un cambio en la titularidad de alguna cartera del gabinete, ese reemplazo deberá ser, obligatoriamente, una mujer.