El descontrolado ritmo inflacionario y la ensanchada brecha cambiaria profundizaron las diferencias en el Círculo Rojo en torno a la devaluación, una medida que puede ordenar o desajustar del todo la incierta situación económica. El reclamo por "sincerar la economía" surgió desde algunos sectores empresarios que aseguran que las remarcaciones constantes son producto de una dolarización de hecho de la economía doméstica; mientras que desde otros espacios alertaron sobre el riesgo de un "efecto devastador" en el índice de precios si deprecia el peso, debido a que la cadena de valor mantiene una estructura de costos mixta con el objetivo de evitar hundir la demanda y provocar una recesión anticipada en la producción.
Si bien los diagnósticos opuestos provienen, en el grueso de los casos, de sectores productivos, la diferencia entre ambos radica en los destinos de sus negocios. Mientras que en el club devaluador están exportadoras y activos jugadores del mundo financiero, en el bando detractor del abaratamiento de la moneda local están las fábricas y los comercios que dependen del poder de fuego del mercado interno. Todos, sin embargo, afirman que la "falta de un plan" para deshacer las distintas categorías de dólares que conviven en la actualidad y la "poca confiabilidad" que existe sobre la moneda local y el rumbo económico y político del país se transformaron en "un constante clamor devaluacionista".
Ante la consulta de Letra P, referentes empresariales y agentes financieros que participan de la Unión Industrial Argentina (UIA), la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, la Cámara Argentina de la Construcción (Camarco), la Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC), la Asociación de Bancos de Buenos Aires (Adeba) y la Sociedad Rural Argentina (SRA) consideraron que el debate de la devaluación deberá ser puesto en la mesa de negociación para "dar previsibilidad" a los negocios. Sin embargo, las opiniones dentro del Grupo de los Seis (G6) están divididas sobre la aplicación de la medida "sin un plan que se sostenga mucho más allá de los dos meses".
Las fábricas locales, cuyas ventas están destinadas casi de manera exclusiva al mercado interno, aseguraron que los costos de la cadena de valor están integrados por precios al dólar oficial, al comercial y al marginal. "Es mentira que los precios están dolarizados al blue, aunque es cierto que los insumos que no se consiguen en el mercado local y no ingresan por el canal formal se pagan al valor del informal. Sin embargo, las fábricas hacen todo lo posible para que la mayor cantidad de variables estén al oficial o, mediante un acuerdo con el proveedor, en un camino intermedio", admitió el dueño de una empresa industrial del conurbano bonaerense.
El ejecutivo de una empresa multinacional del retail aclaró: "Si hay devaluación, los precios se disparan sin control, porque en la actualidad, la gran cantidad de integración está en pesos, con costos que no permiten subas extraordinarias, ya que se hundirían las ventas y el efecto recesivo sería muy fuerte. Vivimos esta experiencia con la devaluación del inicio del gobierno de Cambiemos, cuando se pensaba que la inflación reflejaba una suba de precios por encima de la realidad y quedó demostrado que no era así".
El presidente Alberto Fernández, el ministro de Economía. Sergio Massa, e incluso su vice, el liberal Gabriel Rubinstein, descartaron aplicar una medida brusca en el tipo de cambio. La definición está, además, condicionada por la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner y La Cámpora, el espacio liderado por Máximo Kirchner, quienes dejaron claro que la palabra devaluación está en el menú de negociaciones inamovibles debido al "efecto empobrecedor" que golpearía con fuerza a las clases populares, elector natural del Frente de Todos.
De la otra vereda, el dueño de una empresa con operaciones locales y en el exterior que sufre la falta de acceso al Mercado Único y Libre de Cambio (MULC) afirmó que es necesario iniciar un proceso de “sinceramiento” de la economía que permita devolverles condiciones de referencia a los precios minoristas y mayoristas. Off the record, aseguró que el tipo de cambio oficial está desfasado de los valores que el mercado impone, tanto a la clase trabajadora como a las empresas, debido a la brecha que existe entre el dólar oficial y los financieros y el blue. “Se necesita un sinceramiento de la economía para normalizar los precios del mercado. La inflación es la peor condena para los trabajadores, que ven perder el poder adquisitivo de sus salarios comparados con el dólar. Esto pasa debido a que se aplicó una devaluación de hecho en las góndolas, que también afectó a las pymes, ya que los costos de los insumos, que son el motor de las remarcaciones, se triplicaron”, aseguró el empresario, consultado por Letra P.
Existe, sin embargo, temor de plantear esa necesidad de manera pública debido al miedo a "quedar con la acusación de querer hacer negocios cuando se dispara la pobreza". “Existe una gran distorsión en el mercado de compra-venta, debido a que la economía se maneja al precio del dólar blue y el oficial es una referencia que solo se toma en cuenta para las exportaciones, lo que genera un perjuicio para las empresas que quieren vender al mundo, ya que sus ganancias están fuertemente afectadas para mal”.
Por caso, denunció aumentos en “los insumos y los bienes de capital que se dieron en, al menos, tres veces sus valores medidos en dólares, lo que implica que la Argentina está viviendo un fenómeno de separación entre las variables oficiales y las reales". "Si bien existe una incidencia de la inflación mundial, disparada por la pandemia y la invasión de Rusia a Ucrania, solo en este país se incrementó tanto el precio. La única explicación es que la cotización del dólar se hace a precio del informal y no del oficial”, afirmó y sentenció: “La devaluación ya se aplicó. La inflación, que este año será en torno al 100%, contiene aumentos en línea con el valor del dólar blue, que es el único al que se puede acceder de manera sencilla. Si bien la mayoría de la población no lo adquiere, reconoce que es la medida de referencia para tasar un bien o un producto”.