Té para tres. El lunes, el expresidente Mauricio Macri sirvió la merienda en su casa de Acasusso para la titular del PRO, Patricia Bullrich; la diputada María Eugenia Vidal y el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta. La cumbre entre el exmandatario y las otras tres figuras presidenciables tiene el partido amarillo para disputar el sillón de Rivadavia se manejó en extremo hermetismo.
Registrate para continuar leyendo y disfrutando de más contenidos de LETRA P.
No fue el único movimiento de Macri en esta semana de hiperactividad. Dos días después, recibió a dirigentes de la UCR, como el gobernador de Corrientes, Gustavo Valdés, y los diputados Rodrigo De Loredo y Martín Tetaz. A ellos se sumaron, por la Coalición Cívica, la tambien integrante de la Cámara baja Paula Olivetto y su par Juan Manuel López.
La merienda con las tres celebridades del PRO se dio en simultáneo con la reaparición de Macri en la agenda pública, que incluyó una entrevista en uno de los canales más vistos y dos recorridas en la provincia de Buenos Aires, en San Nicolás y Campana. Según pudo reconstruir Letra P, el clima que reinó en casa del exmandatario fue ameno. El póker de ases del partido fundado por el ingeniero sostienen el acuerdo de disminuir la intensidad en la interna del PRO en las últimas semanas.
La razón central de la convocatoria fue lo que en Juntos por el Cambio (JxC) denominaron la “Y” electoral, un esquema en el que los candidatos que no van a competencia interna puedan ir en todas las boletas de aspirantes a la Presidencia. “Hay que definir un mecanismo para ordenar los distritos donde no hay PASO para que cada lista pueda ir con todos los candidatos”, explicaron fuentes ligadas a ese G4 luego de que, en los últimos días, intendentes de la provincia de Buenos Aires les hicieron saber a cada postulante presidencial del PRO que, al no tener internas en sus distritos, no veían razón para no poder jugar con todos.
“A Guillermo Montenegro (intendente de Mar del Plata), que no tiene interna, no le podemos pedir que se decida por Bullrich o Larreta. Hay que tener en claro que el objetivo es ganar cada elección”, le dijo a Letra P uno de los comensales.
La calma de la reunión fue motivo de las charlas posteriores, sobre todo en el entorno de Larreta, donde esperaban que hubiera chispazos que finalmente no ocurrieron. A sus tres huéspedes, Macri les dejó el mismo mensaje: que la interna se mantenga en márgenes cordiales y que se preparen para el día después con sus respectivos planes de gobierno. El para qué.
Después, como si fuera una sobremesa, el libro que presentará el expresidente el 24 de octubre se impuso como tópico. En principio, las tres personalidades están invitadas y participarán del acto, que tendrá lugar en el predio de la Rural ante unas 2.000 personas. Siempre con su idea de ser un “gran elector” y evitar definiciones sobre su futuro mientras hace campaña para mantener la llama de su regreso encendida, Macri quiere que Para qué sea una especie de manual para todo JxC.
Cena de socios
Esa impresión se llevaron las figuras de la UCR y la CC que cenaron con el expresidente el miércoles en su casa de Acassuso. Junto a ellas, Macri realizó un análisis de la situación del país, de los desafíos que tendrá cada gobernador e intendente más una revisión de los aciertos y errores que tuvo la gestión de Cambiemos. “Hubo una mirada muy crítica de lo que atraviesa el país y las señales de no tener rumbo que manda el Gobierno”, sostuvo uno de los comensales.
Antes de que cada quien se fuera, comprometió a sus invitados y a su invitada a ir a la presentación de su libro, que no sólo fue uno de los tópicos casi obligatorios del encuentro: además, el expresidente leyó varios pasajes.
Como sucede con buena parte de la dirigencia de JxC que visita a Macri, quienes cenaron con él se fueron con la sensación de que todavía no definió si será candidato. “Por más que está on fire, tiene claro que su rol es apoyar a todos y a cada uno de los candidatos de la coalición”, sostienen desde su círculo más íntimo.
El expresidente no tomará la decisión antes de marzo, como reveló Letra P, ya que debe consensuar el tema con su esposa, Juliana Awada, y la hija de ambos, Antonia, hoy en día, principales detractoras de que vuelva a competir por el sillón de Rivadavia. El propio exjefe de Estado hizo referencia a eso en una entrevista que brindó al canal LN+. "Juliana no quiere. Ella está de acuerdo en que sería bueno que no lo fuera”, respondió Macri cuando le consultaron por el rol de su familia.