Los referentes de la construcción celebraron con bombos y platillos la reciente promulgación de la ley 27.613, que prevé incentivos para el sector -entre ellos, el blanqueo de fondos- y aspira a volcar en la economía la friolera de 5.000 millones de dólares. Uno de sus principales impulsores es el rosarino Ricardo Griot, un ascendente cabildero de la Cámara Argentina de la Construcción (Camarco) que, al igual que Frodo, el protagonista de la novela de J.R.R. Tolkien "El seños de los anillos", recorrió un largo camino en pos de su objetivo. Histórico referente de la obra pública santafesina, encontró en la coyuntura abierta tras el escándalo de los cuadernos el escenario ideal para ampliar su influencia dentro del poderoso lobby constructor.
Abogado de profesión, Griot es titular de la constructora Pecam, que acumula más de 30 años de experiencia en el sector y fuerte presencia en varias de las licitaciones más grandes de la historia reciente de Santa Fe. Con los años, logró expandir la empresa fuera de su ciudad de origen y asignarle participación en seis provincias y 13 ciudades a lo largo y ancho del país. Además de tener negocios en común con apellidos de peso como Eskezani y Eurnekian, el rosarino también logró asociarse con importantes capitales extranjeros: en 2018 inauguró la fábrica de ladrillos Brimax con la holandesa Aircrete Europe como socia y en 2019 presentó ofertas junto a la China State Construction Engineering para dos jugosas licitaciones.
Su implicancia en la Ley de Incentivo a la Construcción Federal Argentina y Acceso a la Vivienda puede rastrearse varios años atrás, pero encontró en el 12 de abril de 2020 su punto más alto. Ese día, viajó hasta Buenos Aires para acompañar al presidente de la Camarco, Iván Szczech, a una reunión con Alberto Fernández en la que, además de dialogar sobre los protocolos a implementar en las obras, avanzaron en la idea de sumar incentivos que reactiven el sector.
En realidad, al Presidente ya le había deslizado el proyecto del blanqueo Julio Crivelli, titular de la Camarco hasta 48 horas antes del inicio de la cuarentena. Tal como contó oportunamente Letra P, Crivelli había escalado en la entidad durante 2018, dentro de un proceso de reformulación que siguió a la ola de detenciones y procesamientos por la causa cuadernos. Las firmas históricas perdieron poder frente a las pequeñas y medianas, incluso las del interior. Ese mismo escenario fue el que permitió a Szczech y Griot encolumnar bajo a un objetivo común al resto de los actores del rubro: la UOCRA, la Cámara Empresaria de Desarrolladores Urbanos y la Asociación de Empresarios de la Vivienda porteña.
Tras el guiño de Fernández, siguieron bilaterales con Matías Kulfas, Gustavo Béliz y Martín Guzmán. También, reuniones con legisladores de todos los partidos políticos. La ley se votó en las dos cámaras del Congreso en febrero, con un apoyo casi unánime a excepción de la izquierda. Tras ello, comenzó un nuevo lobby, esta vez para que las provincias adhirieran y sumaran beneficios que hicieran aún más atractivo el régimen.
La semana pasada, constructores conversaron con el ministro de Economía santafesino, Walter Agosto, para que esta provincia exima del cobro de sellos a los contratos que puedan suscribirse en el marco de la flamante ley. También, aprovecharon y le elevaron algunas propuestas, como que Santa Fe subsidie créditos a la construcción. Los privados encontraron buena recepción, pero habrá que ver si quien le cuida el bolsillo al gobernador Omar Perotti se anima a concretar algún gesto, después de un 2020 en el que la obra pública brilló por su ausencia.
Los contratistas santafesinos no lo plantean abiertamente en las entrevistas, pero por lo bajo observan con dientes apretados la política que viene implementando Perotti. El año pasado, Santa Fe logró un superávit de 18.000 millones de pesos, motivado, entre otros aspectos, por un recorte fortísimo de los gastos de capital (se contrajeron respecto al año anterior 34% en términos nominales). Este portal reveló semanas atrás que, incluso en medio de la crisis sanitaria derivada del coronavirus, Agosto usó apenas el 16% del presupuesto para inversiones en salud.
Ni de aquí ni de allá
Al titular de Pecam no le quita el sueño la austeridad del gobierno santafesino. “Estoy mucho más en la Nación que acá”, dice a quienes lo visitan en sus oficinas, ubicadas en el cuarto piso de Ciudad Ribera, uno de los edificios que componen el coqueto distrito de Puerto Norte, sobre la costanera central rosarina.
Amén de un aceitado vínculo con varias de las principales referencias peronistas en la Casa Rosada, a Griot suelen marcarlo en su terruño como cercano al socialismo. Es cierto: durante los 12 años en que el Frente Progresista gobernó Santa Fe, su constructora ganó importantes contratos (desde acueductos hasta viviendas, pasando por escuelas, centros de salud y hospitales). Sin embargo, en su momento fue señalado por el PRO rosarino por una adjudicación directa en el marco del proyecto Sueños Compartidos, que generó uno de los grandes escándalos de corrupción del kirchnerismo.
Frente a las críticas, el abogado rosarino suele decir que tiene buena relación “con todos”. Desde Carlos Reutemann -uno de los campos del Lole perteneció a su abuelo- hasta el actual titular del Partido Socialista, Antonio Bonfatti, pasando por peronistas de la más variada especie, como el empresario Enrique Bertini, hoy director de Tecnología e Innovación del Ejecutivo santafesino.
Fuera de los negocios vinculados con la obra pública, Griot avanzó en los últimos años con la expansión de su compañía, a la que añadió las divisiones Desarrollos e Inversiones. Una de sus apuestas fue la puesta en marcha de Brimax, la fábrica de ladrillos de Hormigón Celular Curado en Autoclave (HCCA), con asiento en el Cordón Industrial, que requirió una inversión superior a los 30 millones de dólares, realizada junto a la firma local Brayco y la holandesa Aircrete Europe.
Además, sobre un predio de 15 hectáreas pegado al puente Rosario - Victoria está levantando un desarrollo de 2.500 viviendas cuya comercialización realiza en parte su propia inmobiliaria, una nueva unidad de negocios que acepta los granos como una alternativa de pago (imitando una práctica muy común en el rubro maquinaria agrícola, por caso). Si no cambian los planes, en el mediano plazo iniciará la construcción de 1.400 departamentos en un viejo predio militar de la zona sur rosarina, que encarará conjuntamente con las firmas Petersen Thiele & Cruz SA y Helport SA (de las familias Eurnekian y Eskenazi, respectivamente).
Además de imitar a Frodo en su camino para lograr la ley de blanqueo, Griot aplica a los negocios una de las frases más recordadas de Gandalf: “Un mago nunca llega tarde, ni pronto; llega exactamente cuándo se lo propone”.