SEGUNDO TIEMPO

Multifuncionario, perdedor y testimonial: el curioso caso de Martín Gill

Tras la paliza en las urnas, el secretario de Obras Públicas se reunirá con el Presidente y seguiría cortando cintas. Renuncia a la banca y la otra licencia.

Martín Gill no fue a retirar el diploma que lo reconoce con diputado electo. La ausencia del villamariense en el acto institucional, que se realizó en el edificio de los Tribunales Federales en Córdoba, se dio en un marco de incertidumbres que giran en torno a su futuro. Todo indica que el secretario de Obras Públicas, que tuvo un magro desempeño en las elecciones legislativas, seguirá en su cargo dentro del ministerio que conduce Gabriel Katopodis y que la noticia será confirmada tras una reunión que mantendrá en las próximas horas con el presidente Alberto Fernández

 

“Solo falta una charla final con el Presidente”, dicen a Letra P desde el entorno del intendente de Villa María con pedido de licencia. Más allá de los deseos personales de Gill, su estrecha relación con el exintendente de San Martín sería la clave que inclinaría la balanza en la toma de decisiones del villamariense. La reunión con el jefe de Estado terminaría de definir el entuerto.

 

La multiplicidad de cargos que ostenta fue un tema recurrente a lo largo de toda la campaña en Córdoba. De hecho, conservó su cargo dentro del gobierno nacional pese a que el Presidente había pedido la renuncia de quienes iban a participar de la contienda electoral. Gill siempre argumentó que iba a estar en el lugar en el que el Presidente lo requiriera. Esa fue la razón por la que aceptó la candidatura a diputado nacional, por una expresa solicitud de Alberto Fernández.

 

Para continuar en la órbita del Ejecutivo nacional, Gill deberá renunciar a su banca en la Cámara de Diputados. El debate que se abre puertas adentro del frentetodismo gira en torno al momento indicado para hacerlo. El dato no es menor. Si lo hace antes de jurar, su lugar será ocupado por la actual concejala capitalina Olga Riutort, hoy cercana al grupo político que se referencia en Carlos Caserio. Si Gill jurara como legislador nacional para renunciar horas más tarde, Pablo Carro ocuparía su banca y se garantizaría cuatro años más en Diputados. El pedido de licencia está descartado, ya que su ausencia significaría un voto menos para el Frente de Todos en una cámara que quedará levemente emparejada tras el recambio parlamentario.

 

Si bien el debate está abierto en la dirigencia mediterránea, todo hace suponer que se terminará imponiendo la preferencia del titular del bloque del Frente de Todos, Máximo Kirchner, con quien el secretario general de la CTA de los Trabajadores en Córdoba ha sabido tejer un vínculo de confianza mutua durante los años compartidos en el Congreso.

 

 

Además de renunciar a su cargo, Gill también deberá extender -por quinta vez- su licencia como intendente de Villa María. Ese permiso está en manos del Concejo Deliberante local. Para conseguirlo, deberá lograr el acompañamiento de dos concejales que responden el Ministro de Industria, Comercio y Minería de Córdoba, Eduardo Accastello. Si bien hasta el momento no hubo inconvenientes, el enfrentamiento entre los distintos espacios del peronismo cordobés podría causarle un dolor de cabeza. Si los dos concejales del accastellismo votan en la discusión legislativa, deberán hacerlo a favor aunque también podrían abstenerse o ausentarse del debate. Esta última opción sería la salida más elegante.

 

En la pelea entre Juan Schiaretti y el gobierno nacional, Gill siempre intentó (sin éxito) lograr un acercamiento. Incluso, durante la campaña mantuvo un contacto cercano y respetuoso con el gobernador. En ese sentido, su presencia en la órbita nacional podría resultar estratégica para intentar construir los puentes entre ambas gestiones de cara a 2023.

 

El kirchnerismo mediterráneo ve con bueno ojos que Gill siga ocupando un lugar estratégico en el gobierno nacional, pese a que eso no lo ayudó a sumar votos en las legislativas. Hay quienes ven en el villamariense un potencial precandidato a la gobernación para salir a disputarle el electorado al peronismo provincial en 2023. Desde su cargo puede sostener el diálogo con los municipios y llegar a la ciudadanía siendo la cara de la llegada de obras y mejoras estructurales. 

 

Todo indica que Martín Gill seguirá al frente de la Secretaría de Obras Públicas y que la banca que obtuvo el Frente de Todos será ocupada por Pablo Carro. Las formas finales pueden tener matices, pero el resultado será el mismo. De todos modos, advierten desde el entorno del villamariense, “todo puede cambiar de un momento a otro”. Al fin y al cabo, como siempre dijo el propio Gill, la palabra final la tiene el Presidente.

 

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