En las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO), los cuartos oscuros suelen transformarse en un dolor de cabeza para una porción significativa de la ciudadanía debido a la abundancia de ofertas electorales que, en la mayoría de los casos, naufraga y no logra pasar a la elección general. Para muestra basta un botón. En la provincia de Buenos Aires, el 12 de septiembre se presentaron unas 25 opciones (algunas de ellas, con varias listas internas), pero solo quedaron seis para la instancia del próximo 14 de noviembre. En el medio, millonarios recursos del Estado fueron destinados a la impresión de boletas, en una maquinaria que escondería maniobras reñidas con la legalidad; incluso, vinculadas a operaciones de lavado de dinero.
A las fuerzas políticas tradicionales (Partido Justicialista, Unión Cívica Radical, Partido Socialista, entre otras) se sumaron nuevas agrupaciones que llevan varias años compitiendo en elecciones (PRO, ARI) y alianzas políticas como el Frente de Izquierda, pero también existe un ecosistema de partidos nacionales, provinciales y municipales que irrumpen de golpe en el mapa electoral (solos o en alianzas) y que, así como llegan, desaparecen hasta el nuevo turno electoral. En septiembre quedaron en el camino los partidos Humanista, Unión por todos, Unión Celeste y Blanco, Partido Renovador Federal, Partido Conservador Popular, Corriente de Pensamiento Bonaerense, Partido Movimiento y Organización Democrática, Partido Frente Patriota, Partido Republicano Federal (que postuló al exsecretario de comercio del kirchnerismo Guillermo Moreno), Partido Vocación Social, Partido Todos por Buenos Aires y Movimiento al Socialismo.
Para mensurar los montos de dinero público en juego, en las PASO "cada partido político de la provincia de Buenos Aires recibió del Estado 17 millones de pesos para la impresión de boletas, además de los aportes privados que hacen algunos empresarios para blanquear dinero y los recursos propios que vuelcan los candidatos”, señaló un consultor ante la requisitoria de Letra P. Para este turno, la Cámara Nacional Electoral autorizó un monto máximo de donaciones de $2.629.915 por persona física o jurídica para los aportantes en provincia de Buenos Aires, y de $131.495.764 como límite de gasto de campaña para los partidos políticos, alianzas y confederaciones en territorio bonaerense.
Los canales de financiamiento de la política pueden ser diversos. Si bien están sometidos a controles, muchas veces esas instancias “se relajan”, señaló otra de las fuentes consultadas y puso como ejemplo “lo que ocurrió con el Partido Federal”, la tradicional fuerza creada por el fundador del PAMI, Francisco “Paco” Manrique.
En la actualidad, el PF es presidido por Daniel Madeo y el tesorero es su hijo. “Daniel tiene un discurso interesante, muy crítico de ciertas conductas de la política, pero al final hizo lo que hacen todos, y sobre el cierre aparecieron nuevas listas que nunca habían trabajado en los territorios; vendieron las listas para las internas”, expresó un exintegrante de ese espacio desencantado con lo ocurrido en septiembre.
En 2017, Madeo fue investigado judicialmente. Se sospecha que incautó fondos públicos que se le asignaron al Partido Federal para pagar boletas electorales que nunca imprimió en su totalidad. Además, las boletas impresas se habrían realizado en una imprenta ligada al dirigente. También parte de ese dinero no utilizado para la impresión habría sido girado a un banco en Brasil. La causa fue archivada en Comodoro Py por el juez federal Luis Rodríguez.
En el camino
Unas 12 fuerza políticas que presentaron listas en provincia de Buenos Aires quedaron en el camino. Entre ellas hay fuerzas con varias décadas de trayectoria como el Partido Humanista y otras que resultaron ganadoras de elecciones, como es el caso de Unión Celeste y Blanco, el sello partidario que en 2009 utilizó el empresario colombiano Francisco de Narváez para ganar las elecciones de medio término al expresidente Néstor Carlos Kirchner. También está el Movimiento al Socialismo que se presenta a cada cita electoral desde hace años, pero esa vez no logró superar el piso de votos mínimos requeridos para llegar a la elección general.
Detrás de cada uno de estas fuerzas políticas (denominadas “sellos de goma” en los pasillos de la política tradicional) hay personas que son las encargadas de mantener con vida a estos espacios para entregarlos al mejor postor en los años calendario impares. La mayoría son desconocidos pero hay otros que tienen un nombre ganado dentro de la política bonaerense como es el caso del dirigente sindical mercantil y exdiputado provincial Julio Rubén Ledesma, titular de Corriente de Pensamiento Bonaerense (Co.Pe.Bo). Las fuerzas políticas que quedaron en el camino y sus responsables, según varias fuentes y bases de datos oficiales consultadas, son:
Partido Humanista – Alberto Liforena.
Unión por Todos – Juan Del Oso.
Unión Celeste y Blanco - Carlos Fabián Luayza Troncoso.
Partido Renovador Federal – José Videla Saenz.
Partido Conservador Popular - Marco Aurelio Michelli.
Corriente de Pensamiento Bonaerense – Julio Rubén Ledesma.
Partido Movimiento y Organización Democrática – Sin datos.
Partido Frente Patriota – Alejandro Biondini.
Partido Republicano Federal – Jaime Alper.
Partido Vocación Social - María Trinidad, Muñoz Cardinale y Sergio Jesús Medrano (apoderados).
Partido Todos por Buenos Aires - Carlos Valenzuela y Horacio Carlos Fernando Martín (apoderados).
Movimiento Al Socialismo - Iván Thea, Facundo José Gaspari, Leonardo Sinistri y María Ofelia Linares (apoderados).
Los datos son los que aparecen actualizados en el Boletín Oficial de la provincia de Buenos Aires, la Junta Electoral de la provincia de Buenos Aires, el Poder Judicial de la Nación y la Cámara Nacional Electoral.
El mecanismo
El marco legal vigente establece que los partidos políticos reconocidos y vigentes reciban apoyo financiero del Estado para las elecciones, para asegurar, de mínima, la impresión y abastecimiento de boletas. “El negocio es bastante sencillo. El Estado manda los recursos para la impresión de las boletas, pero nadie controla a las imprentas ni la cantidad de material impreso. Se factura un padrón de 400 mil boletas, pero se imprimen 50 mil. Por eso, muchas veces faltan boletas en los cuartos oscuros durante la apertura de las mesas el día de las elecciones”, explicó un conocedor de los pasillos de la política. Otro mecanismo es más sencillo. "Muchas veces los partidos políticos entregan reconocimientos a empresarios que dicen haber aportado cinco millones de pesos cuando en realidad aportaron dos. Con eso blanquean ambas partes y nadie los controla", disparó.
La regla matemática no falla. “A mayor cantidad de listas en una interna, mayor presupuesto. Por eso, una de las patas del negocio es armar listas para que compitan en internas,. Este año, al momento del cierre de listas, muchos armadores del Partido Federal abandonaron enojados sus secciones electorales porque aparecían candidatos de la nada”, explicó un dirigente de ese espacio.
A modo de ejemplo, comentó lo ocurrido en La Plata. “Durante más de un año, Elisa Schuster trabajó, armó y puso recursos propios, pero a último momento le aparecieron competidores en la interna que nunca estuvieron en el proceso previo”, detalló.
Otro caso fue en la Primera sección electoral, donde “hubo dos listas seccionales y el armador (Gustavo Spalleti, exconcejal de Tres de Febrero por el Frente Renovador - UNA) quedó afuera de todo”, señaló.
Esta situación también se dio en otros espacios políticos, como en Vamos con Vos (Florencio Randazzo) en La Plata: sobre el cierre de listas se anotaron de repente dos listas que fueron a internas con la que finalmente resultó ganadora. Luego de las elecciones las dos listas perdedoras, pero que lograron pasar el piso del 25% de votos para obtener un lugar por la minoría, se fueron del espacio en búsqueda de nuevos horizontes, situación que se verificó en otros puntos de la provincia de Buenos Aires.
Las cinco fuerzas políticas que lograron sortear las PASO en Buenos Aires (Frente de Todos; Juntos, Avanza Libertad, Frente de Izquierda y Vamos con Vos) volverán a recibir millonarios recursos del Estado para financiar el segundo tramo de la campaña política de cara a las elecciones de noviembre. Luego será la justicia con competencia electoral la que deba controlar el uso final de esos fondos, que salen del pago de impuestos que hace la ciudadanía.