Lejos de la atención y el rating que tuvo hace dos semanas el duelo verbal de las dos candidatas y los dos candidatos a la Cámara de Diputados de la Nación por la Ciudad, este viernes la señal televisiva pública del Gobierno porteño concretó el debate obligatorio para quienes compiten para ingresar a la Legislatura local. Con las cinco figuras que encabezan las listas que se enfrentarán en las elecciones del 14 de noviembre, cuando se renovará la mitad del legislativo unicameral capitalino, la contienda no dejó mayores definciones.
El debate para el viejo Concejo Deliberante fue acartonado. Las condiciones fueron reglamentadas por el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) y tuvo un orden que hasta los organizadores agradecieron por la ausencia de sobresaltos durante las dos horas de la transmisión. Hubo cuatro ejes centrales. El primero fue educación, trabajo, cultura y género, el segundo autonomía, justicia y seguridad, el tercero vivienda, ambiente, infraestructura y gestión urbana y el cuarto estuvo dedicado a las políticas frente a la pandemia, salud y pospandemia.
En la grilla de cinco contendientes, la legisladora porteña Marta Martínez, de AyL, que busca un segundo mandato, fue la única mujer. Los atriles se completaron con el economista ultraliberal Ramiro Marra, de la fuerza de Milei; el sindicalista y exdefensor del Pueblo de la Ciudad Alejandro Amor, del Frente de Todos; el exfuncionario bonaerense Emmanuel Ferrario, de Juntos por el Cambio, y el exlegislador porteño Gabriel Solano, del Frente de Izquierda y de Trabajadores Unidad.
La pulcritud de la escena y el extremo cuidado para evitar discusiones apuntaba a que cada competidor presentara sus propuestas a la audiencia, pero las iniciativas salieron de tres de los cinco participantes. Martínez buscó diferenciarse con planteos ideológicos y, al igual que Solano, apuntó a Marra, como representante de la fuerza de Milei, que casi no formuló propuestas y, aunque es candidato a legislador capitalino, casi no aludió a la coyuntura porteña.
Por el contrario, Ferrario hizo gala de un intenso coucheo previo para llegar a la contienda. Casi no confrontó y eludió los dardos discursivos que le lanzaba Amor, empeñado en llamarlo "el candidato de Larreta y Macri". El postulante del FdT no pudo concentrarse en antagonizar plenamente con Ferrario, porque tuvo que eludir los señalamientos de Solano. El dirigente del FIT le facturó en varias oportunidades haber sido "cómplice" de Rodríguez Larreta como dirigente sindical del gremio de municipales y le endilgó todas las leyes impulsadas por la gestión porteña que contaron con el respaldo del peronismo capitalino y de Amor cuando fue legislador.
"Juan Manuel Olmos (actual jefe de Asesores de la Presidencia) -le dijo Solano a Amor- votó todos lo que le propuso el macrismo y también la designación de jueces porteños que ahora fallan a favor de Larreta. Un diputado kirchnerista, Rodolfo Tailhade, dice que el peronismo porteño les vota todo. Tiene razón, pero me pregunto entonces por qué forman parte ahora de esta lista".
Amor no tomó el guante y a su turno le preguntó: "¿Qué haría usted y su fuerza con la Policía porteña?". "Lo que seguramente no haríamos es lo que pide Santoro por consejo de Berni: darles las pistolas Taser", eludió Solano sin abundar en ninguna propuesta programática en materia de seguridad.
El candidato del FdT buscó apuntarle a la gestión larretista para pegarle a Ferrario. Por el contrario, el aspirante de JxC se aferró a la defensa del gobierno porteño y buscó resguardarse en la gestión de la pandemia y en la apertura de las escuelas durante la crisis sanitaria. "En los últimos 14 años bajaron el presupuesto del 26 al 17 por ciento, se gasta más en veredas que en hacer escuelas, ya hay un problema histórico con la falta de vacantes", remarcó Amor en su estrategia de explotar las debilidades de la gestión larretista, como la ausencia de subsidios para el comercio y el turismo durante la pandemia. "Hay 126 mil comercios que recibieron ATP, Repro 1 y 2", dijo para remarcar la asistencia nacional y la ausencia de auxilios económicos porteños.
"Fue una cuarentena cavernícola", les dijo Marra. "Me cuesta meterme en política porque los veo y digo que esta gente esta perdida", dijo el candidato en uno de los momentos donde desplegó un libreto similar al que utilizó Milei. Se autodefinió como alguien ajeno a la política, pero repitió mucho menos la palabra "casta" que su jefe político. Tampoco se puso a exponer teorías económicas, pero no pudo evitar mostrarse arrogante y tampoco logró despegarse de las acusaciones de negacionista del cambio climático.
"Estoy preocupado, enojado, mis amigos no crecen, vivimos de crisis en crisis. En este gobierno están perdidos, no saben qué hacer. No nos tratan como humanos, parecemos esclavos del Estado. Mis amigos que no se están desarrollando están pensando que la salida es Ezeiza", se quejó Marra. Poco después Solano lo inquirió: "Escuché a Milei decir payadadas, pero algunas me preocupan. ¿Es verdad que quiere que la educación deje de ser un derecho y que sea toda privada? ¿No es una barbaridad que piense eso?".
"Nadie dijo eso, es un sistema de vouchers", le contestó Marra, pero no pudo explicar cuál es la propuesta para desmentirlo. Solano lo trató de mentiroso e invitó a la audiencia a que viera en su cuenta de Twitter el video de Milei que lo confirma.
"'¿Te arrepentís de no haber acompañado la presencialidad en las escuelas de la Ciudad?", le preguntó Ferrario al candidato del FIT. "Pararon la educación, frenaron el Plan Sarmiento y tuvieron demandas judiciales para que la comida en los comedores dejara de ser tan mala", le dijo. De inmediato, el aspirante macrista lo desmintió: "La educación y el trabajo fueron la esperanza para crecer, el kirchnerismo nos lo quitó y celebró el adoctrinamiento en las aulas. Esto no es casualidad. En la Ciudad recuperamos a la mitad de los chicos que perdieron su vinculo con la escuela, tuvimos 45 días mas de clases. Con esto la posibilidad de que los chicos consigan trabajo crece al 37%", estimó Ferrario.
“La Ciudad tiene construcciones anárquicas en las que se profundizan las diferencias con un eje central en la especulación inmobiliaria. Donde vivía una familia ahora hacen un edificio y se les corta el agua y la luz; eso es especulación inmobiliaria”, graficó Amor, que hizo eje en la cuestión habitacional y sorteó las críticas por la ley de alquileres liderada por Marra. “La votaron ellos mismos y ahora es ineficiente, no tienen idea de cómo solucionarlo. Dejen de hacer controles de precios, dejen actuar a los ciudadanos”, espetó el candidato de ultraderecha.
Amor impulsó propuestas para los inquilinos que no fueran defenestrar la norma vigente. Impulsó vías para financiar expensas y ABL y Solano habló de "implementar un impuesto progresivo a la vivienda ociosa para que se ponga en alquiler o en venta y hacer un banco de tierras". Ferrario no estuvo de acuerdo y se dejó correr por derecha por Marra, que lo acusaba de querer subir impuestos.
"Soy abogado laboralista y defiendo a los trabajadores de toda mi vida, rechazo todos los intentos de reforma, pero también es importante cuidar a la unidad de los trabajadores, reconocer la economía popular como empleo registrado y que los jubilados ganen lo que merecen", arengó Amor.
Tanto Martínez como el candidato del FIT quedaron enredados en las diferencias ideológica de distintos sectores del trotskismo local. "¿No te parece que dividir a la izquierda beneficia a los partidos del ajuste? le preguntó Solano a Martínez en un tramo del debate. "Tanto ustedes y nosotros estamos en las calles, pero hay una diferencia: nosotros luchamos por la dirección de la clase trabajadora, ustedes piensan que hay que conducirla. Ésa es la diferencia, queremos que el pueblo lo decida todo", le contestó la candidata.
Poco después, el dirigente del FIT incomodó a Marra. "Me viene hablar de que no es de la política: hace dos años era candidato de Lavagna, ahora es de Milei y dentro de dos años puede ser de Larreta", chicaneó y se escucharon las risas que resonaban detrás de las cámaras.