La conferencia brindada el viernes pasado por Alberto Fernández escoltado por Horacio Rodríguez Larreta y Axel Kicillof invisibilizó de cierta forma a las provincias, que resultaron beneficiadas por los anuncios. Podrá decirse, con razón, que sentados a la mesa estaban quienes deben conducir la parte más dura del proceso, por las responsabilidades que cargan y por lidiar con los distritos más comprometidos. Todo ello, sin embargo, no anula el recorte centralista, que generó dudas acerca de la nueva etapa iniciada en el resto del país. La cuarentena cambia de fase, segmenta y separa geográficamente la comunicación también y en las provincias comienzan a sentirse otras voces.
A partir de un relevamiento de las estrategias y soportes utilizados por los ejecutivos provinciales para comunicar el avance de las medidas en la lucha contra el COVID-19 en nueve provincias, pudo observarse que cada cual atiende a su juego. De acuerdo al caso, algunos más a tono con el gobierno nacional, pero sin el alineamiento que venía existiendo.
Entre los gobiernos peronistas que mostraron iniciativa y estuvieron en sintonía, se ubica el de Santa Fe, que, al día siguiente de la flexibilización anticipada por Fernández, organizó una conferencia transmitida por el canal provincial 5RTV que contó también con los intendentes de Santa Fe y Rosario. Allí, el gobernador Omar Perotti estuvo acompañado por especialistas de la salud.
En Chaco, sucedió algo similar: el sábado, el gobernador Jorge Capitanich realizó una comunicación oficial de más de una hora, con infografías e información en detalle.
Distinto fue el caso de Córdoba, donde no hubo conferencia ni spot y los anuncios más importantes en torno a la fase 4 se realizaron por Twitter en la noche del domingo, descoordinados y sin eco en los canales abiertos, que siguieron con su programación habitual. Se suman a esto las contadas apariciones del gobernador Juan Schiaretti en los medios, quien solo al inicio del aislamiento se mostró más protagonista. Como aspecto sobresaliente, sin embargo, cabe marcar la difusión diaria y regular de un informe pormenorizado del avance de la pandemia en las cuentas digitales oficiales.
Los gobiernos de Río Negro y Neuquén se muestran coordinando estrategias en materia de tránsito interprovincial en los distintos puentes que conectan ambas provincias, pero la comunicación oficial es disímil.
En Río Negro, la vocería principal recae en Mercedes Ibero, secretaría de Políticas Públicas de Salud, quien, luego del parte diario de seguimiento de la pandemia, ofrece una conferencia de prensa “sin prensa”, donde un locutor lee a la funcionaria consultas de los medios. Las particularidades de la fase 4 en la provincia se dieron a conocer en la tarde del viernes, antes de los anuncios del Presidente, en todos los medios digitales oficiales. La gobernadora Arabela Carreras (JSRN), heredera forzosa de Alberto Wereltineck, mantuvo un perfil bajo y apenas ofreció alguna entrevista a una radio local para explicar las nuevas actividades recreativas permitidas.
En Neuquén, el reporte epidemiológico se reduce a un comunicado diario del Ministerio de Salud provincial difundido a los medios y por canales oficiales digitales, mientras que el resto de la comunicación tiene como protagonista al gobernador. Omar Gutiérrez (MPN) se adelantó tres días a los anuncios de la Nación y el 5 de mayo publicó en sus redes sociales personales un breve mensaje con los detalles del “Plan Secuencial de Apertura de Actividades Económicas”. Luego ampliaría sobre el tema en conferencias de prensa y en entrevistas exclusivas a radios locales y Telefé Neuquén.
En una estrategia similar a la del Ministerio de Salud de la Nación, Tierra del Fuego ofrece un parte diario epidemiológico a cargo de las autoridades sanitarias. En simultáneo a los anuncios nacionales, el gobernador Gustavo Melella (Forja) ofreció un breve mensaje para comunicar el ingreso de la provincia a la nueva fase. Luego, las redes sociales oficiales difundieron detalles de las medidas para Ushuaia, Río Negro y Tolhuin. Además de ofrecer entrevistas a señales de noticias locales y otras “nacionales” como C5N, Melella fue de los pocos gobernadores que usó la cadena provincial durante la pandemia, cuando comunicó, en abril, un congelamiento en la suba salarial a estatales.
En Mendoza, el radical Rodolfo Suárez, al igual que su par neuquino, se adelantó a los anuncios presidenciales y dos días antes publicó en sus cuentas personales en redes sociales la habilitación de nuevas actividades en el Gran Mendoza. Conocidas las medidas de Fernández el viernes a la noche, los ministros de Gobierno y Economía de la provincia ofrecieron una conferencia de prensa “sin prensa” en la que manifestaron su malestar con el gobierno nacional: “Esperábamos una mayor tasa de transferencia de atribuciones a favor de los gobernadores”, dijeron los funcionarios en respuesta a una pregunta sobre los motivos por los cuales la provincia no tomaba sus propias decisiones en materia de flexibilización de actividades, en lugar de seguir acatando los “caprichos de la Nación”.
En Corrientes, los partes epidemiológicos diarios hacen combo entre el dengue y el coronavirus, los dos dramas sanitarios que enfrenta la provincia. Luego de los anuncios de Fernández, el radical Gustavo Valdés ofreció una conferencia de prensa donde detalló las características de la fase 4 en su provincia. El resto de la comunicación oficial tiene como protagonista el propio mandatario y un marcado tono de campaña, por encima de los mensajes de tipo informativo-educativos que se observan en otros distritos.
Si algunos mandatarios provinciales centran la comunicación en su persona, al extremo de publicar primero la información en cuentas particulares, o publican piezas comunicativas con tono proselitista, el caso de San Luis es incluso más excepcional. En la provincia puntana, que hasta este lunes registraba 11 contagios y ningún fallecido, Alberto Rodríguez Saá encabeza un extenso reporte diario, en ocasiones solo y otras acompañado por miembros del Comité de Crisis, para repasar el número de contagios, detenciones por incumplimiento del ASPO y nuevas medidas; un caso claro de personalización en la figura del mandatario provincial, que se muestra a la cabeza y en control de una situación que, en esa provincia, aún está lejos de ser problemática.
Los gobernadores acompañan las grandes decisiones, pero algunos se cortan y comunican antes que la Casa Rosada; otros la cuestionan abiertamente por la falta de autonomía provincial y otros buscan capitalizar políticamente la gestión de la crisis.
DIFERENTES, DESIGUALES Y DESCONECTADOS. La comunicación de gobierno no puede resumirse a un cálculo ni abordarse desde una lógica instrumental, pero, en el contexto actual, debe hacer uso de buenas herramientas, tanto de los medios tradicionales como otras plataformas. El gobierno nacional, con puntos más altos y también con errores mayormente no forzados, ha marcado la pauta, activando canales que trascienden a los medios, pero que se apoyan en ellos para llegar a distintos sectores de la ciudadanía.
No sucede lo mismo con la comunicación un tanto despareja en las provincias, que expresa, además, otra diversidad de fuerza políticas. El mensaje de consenso sin fisuras que repite Fernández es una declaración de deseos más que una realidad. Aunque está claro que los gobernadores acompañan las grandes decisiones, algunos se cortan y comunican antes que la Casa Rosada; otros, como Mendoza, la cuestionan abiertamente por la falta de autonomía provincial, mientras que mandatarios como los de San Luis y Corrientes buscan capitalizar políticamente la gestión de la crisis.
Finalmente, en relación con la importancia de la comunicación para cuidar la cuarentena, algunos despliegan mejores esfuerzos y recursos para informar, mientras otros generan confusiones que podrían poner en peligro el alto acatamiento del aislamiento registrado hasta el momento.