El día después | Jorge Cervi

“El país debe realizar un gran acuerdo o seguiremos administrando pobreza”

El presidente de una de las empresas frutícolas más grandes del sur habló con Letra P sobre la perspectiva del mercado. La necesidad de un acuerdo social luego del aislamiento.

El mundo de los negocios de Río Negro y Neuquén ya plantea la necesidad de un acuerdo social y económico para salir del aislamiento obligatorio. Al menos es la idea que circula entre las autoridades de la Cámara Argentina de Fruticultores Integrados (Cafi), entidad que nuclea a las exportadoras. En días en que se termina la cosecha de pera y manzana, la principal actividad del Alto Valle, ya se plantea una salida: reordenar el tablero económico para no seguir en picada. “Hacer un juicio de valor en este momento es difícil, pero creo que el gobierno no debe olvidarse y valorar el rol de las empresas”, asegura Jorge Cervi, presidente de Cervi Frutos, en diálogo con Letra P. Como parte de la comisión directiva de CAFI, este reconocido empresario del sur argentino pronostica la necesidad de un cambio cultural a la salida de la pandemia. “El país debe realizar un gran acuerdo, pensando en las grandes actividades para mejorar índices socioeconómicos. Si no nos ponemos de acuerdo, sólo seguiremos administrando pobreza”, entiende.

 


 

 

-¿Cómo se atraviesa la crisis? ¿Cuál es el impacto real para su empresa?

 

-Nuestra principal preocupación era terminar la cosecha. Lo que no se cosecha a tiempo quita mano de obra, conservación (…) pierde toda la cadena. Aunque esto trae mayor costo, estamos dentro de una crisis general. Cada empresa tiene que cuidarse, pero debemos entender el contexto nacional. Le enviamos una carta al ministro de Producción (Matías Kulfas), donde nos comprometíamos a no aumentar los precios.

 

-¿Cuánto los perjudica la situación en los mercados del exterior?

 

-Es todo muy volátil. Brasil tuvo una devaluación muy fuerte. Rusia, con la caída del petróleo, también. Esos mercados concentran el 60% del destino de nuestra fruta. La opción de Italia, por ejemplo, está completamente paralizada. Otros países tienen una lucecita de demanda, pero todo depende de qué forma se pueden proveerlos. Tenemos una incertidumbre bastante grande.

 

-¿Se puede decir que será difícil de disipar esa incertidumbre porque las economías quedarán muy debilitadas por la pandemia?

 

-Desde hace tiempo veo un fenómeno de desglobalización. Al menos en la venta de los productos commodities, que son de relativo bajo valor y con alto costo de logística. Entiendo que hacer un balance no tiene sentido porque el 40% de la producción del Alto Valle está en el mercado de Brasil.

 

 

 

 

-¿Qué le dicen los gobiernos de Río Negro y Neuquén? ¿Les hicieron algún pedido específico?

 

-Nos acompañaron en la necesidad de mantener abierta la actividad, la cosecha y que se continúe con el empaque. Que siga la cadena logística de mercado interno y exportación. Los gobiernos provinciales no inciden en temas macro, es algo más nacional que regional. A pesar de eso, rescato que hay mucha predisposición para buscar soluciones. El gobierno nacional, dentro de las determinaciones de la cuarentena, está día a día buscando soluciones.

 

-¿Cuál es el espíritu que reina en la Cámara Argentina de Fruticultores Integrados (CAFI)?

 

-Los que estamos en la junta directiva, hablamos día a día de esto porque acá no se salva nadie solo.

 

-Como dice el papa…

 

-Bueno, justamente, creo que hay que tener una mirada solidaria. No se puede perder la perspectiva de que el país está parado por una cuestión extrema desde lo sanitario. Al mismo tiempo, desde CAFI hacemos un trabajo en conjunto. Tenemos una capacidad productiva muy grande y ojalá que después de la crisis avancemos. No somos enemigos de nadie.

 

“Desde hace tiempo veo un fenómeno de desglobalización. Al menos en la venta de los productos commodities, que son de relativo bajo valor y con alto costo de logística.”

-¿De qué forma asimiló el sector aquella frase que estaba dirigida a Paolo Rocca?

 

-Hacer un juicio de valor en este momento es difícil, pero creo que el gobierno no debe olvidarse y valorar el rol de las empresas. Hay que mantener y generar empresas. La obligación nuestra es generar riqueza, que llegue a través de sueldos dignos. Debemos entrar en un equilibrio. Yo no me siento miserable.

 

-¿Usted también piensa en un acuerdo social y económico cuando se abandone el aislamiento social obligatorio?

 

-Sin dudas. Estamos mirando con ojos del siglo XIX al XXI. Y hasta me animo a pensar en el siglo XXII. El país debe realizar un gran acuerdo, analizando las grandes actividades para mejorar índices socioeconómicos. Si no nos ponemos de acuerdo, sólo seguiremos administrando pobreza. De acuerdo al planteo de algunos dirigentes, creo que no nos queda otra como país.

 

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