PLANO CORTO | EDUARDO BUZZI 2020

El gaucho reconvertido

Lejos de la dirigencia, se mete en la remake barata de la 125. Habla de moderación para tirarle flores a Fernández y desmarcarse del “revanchismo K”. Prototipo campechano entre el duhaldismo y Monzó.

El túnel lleva a marzo de 2008, a un campo revirado, a la soja que se banca todo y a una disputa redistributiva que llevó al límite las capacidades de la política. El kirchnerismo duro, por un lado, dirigentes rurales, por otro, y una historia que marcó al conjunto de la sociedad. Doce años después, una remake de bajo vuelo dibuja un escenario con actores similares. Uno de esos es Eduardo Buzzi, esta vez alejado de la dirigencia, pero seducido, paradójicamente, por quien en el conflicto de la 125 era la voz oficial de los Kirchner.

 

Lejos de la Federación Agraria Argentina (FAA), cuenta que alguna que otra consulta sobre el sector le hicieron desde el gobierno, como Eduardo "Wado" De Pedro y Luis Basterra. Nada de cargos, pero puertas abiertas le dejaron, aclara. Ese posicionamiento le dio margen de criticar el cese de comercialización y también para opinar que no era el momento de subir tres puntos extras a las retenciones de la soja y abrir un frente de conflicto.

 

En las últimas semanas sujetó el manual de Alberto Fernández para contestar sobre la medida de fuerza de la mesa de enlace durante la semana pasada. Algunos productores lo leyeron como deslealtad y lo cruzaron. 

 

“Es lamentable la decisión de ir al paro. Alberto busca conciliar y le responden con esta protesta. Hay algunos productores que tienen vocación opositora. Hay gente que no le alcanza para comer. Me parece que podría haberse postergado”, dijo, arrimando al concepto de solidaridad que pregona el albertismo.

 

Confiesa que en 2008 los unió en la Mesa de enlace el espanto con la Sociedad Rural (SRA) y Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), y que este era el paro oportuno para que el resto de las entidades no acompañaran y, así, “exponer y aislar” a los grandes productores sojeros. “Estaban esperando algo para saltar contra el gobierno, muchos son sólo opositores macristas”, dijo en sintonía con declaraciones del presidente.

 

 


La Mesa de enlace conformada contra la Resolución 125.

 

 

Buzzi dice que ve en Fernández una oportunidad para el país y el peronismo. Sostiene que, si va a haber peronismo, que sea “la mejor versión”. A su criterio, uno dialoguista y moderado. Le tira centros apuntados a la cabeza: “Trato de colaborar con una versión que no se vaya al liberalismo de Menem, ni a los revanchismos del aquel kirchnerismo puro”.

 

La fama transitoria de aquellos seis meses frenéticos quedó enterrada. No pisa más la FAA ni aspira a dirigirla de nuevo porque “se generó mucho buzzismo y antibuzzismo”.

 

En el medio fue un errante político. Hizo un intento con el massismo que lo llevó en 2015 como candidato a gobernador de Santa Fe pero que no resultó una buena experiencia. Y ya entrado el 2018 compartió varias cenas con Emilio Monzó, Rogelio Frigerio y ese “tipo de peronismo” que estaba en el gobierno. Por ese cantar se convirtió en asesor permanente de la Cámara de Diputados de la Nación.

 

Ahora piensa en armar un movimiento productivista con gente ligada al sector agropecuario, productores, exdirigentes, desde la Uatre hasta exfuncionarios. Una suerte de grupo para propuestas, diagnósticos y soluciones. Algunas visitas a Buenos Aires a José “Vasco” De Mendiguren completaron su idea que aún está verde. Una vez armado, deberá encallar en una terminal política con  la cual referenciarse, pero se ataja y dice que no piensa en listas electorales.

 

En la charla con Letra P, Buzzi catalogó al peronismo. Del liberalismo de banquina de Menem, al asfixiado Eduardo Duhalde, del mencionado peronismo cambiemita hasta el matrimonio Kirchner. Pero se detuvo en el exsecretario de Comercio, Guillermo Moreno, y sus modos.

 

Fue él quien propuso a la por entonces presidenta Cristina Fernández llevar las retenciones a la soja del 35% al 60% como solución a posibles problemas fiscales y de ingresos que había diagnosticado un joven Martín Lousteau desde el ministerio de Economía. Para frenar al desaforado secretario, Lousteau articula la 125 de retenciones móviles.

 

 

 

Buzzi recuerda que en la primera reunión tras 17 días de lockout, Moreno hizo un acting habitual: “Con ustedes hablamos -señalando a Buzzi de Federación Agraria y a Fernando Gioino de Coninagro- y con ustedes no, nada que negociar -dirigiéndose, de espaldas, a Mario Llambías de CRA y Luciano Miguens de la SRA-“. “Alberto (Fernández) no sabía dónde meterse”, completó Buzzi.

 

Durante el conflicto, Moreno no escapó a profesar el estereotipo de la vieja oligarquía para con la Sociedad Rural y CRA. Paradójicamente, Buzzi tampoco. En aquel momento pedía segmentación y no meter a todos los productores en la misma bolsa. Ahora pide que se exponga el egoísmo de los grandes sojeros.

 

Buzzi es de aquellos que ven una sola pata del gobierno, cree que no hay albertismo sin kirchnerismo. La Cristina de la 125 raspó hondo en los ruralistas, sensación que el expresidente de la FAA grafica con una frase del campo: "El que se quemó con zapallo, sopla hasta la sandía".

 

Pullaro, el ministro Cococcioni y la secretaria de Asuntos Penitenciarios. Con más de 1.800 celulares incautados en requisas en las unidades penitenciarias santafesinas.   
El ministro de Justicia Mariano Cúneo Libarona e Ignacio Yacobucci, nuevo titular de la UIF.

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