A poco más de dos meses del derrocamiento de Evo Morales en Bolivia, su exministra de Salud Gabriela Montaño aseguró, en diálogo con Letra P, que lo que está sucediendo en el país andino “es de una enorme gravedad” que “genera un antecedente nefasto” para la región. La médica paceña denunció la militarización ordenada por el gobierno de facto de Jeanine Áñez y manifestó que es “un gobierno golpista que le tema a la población”. Asimismo, confirmó que la futura fórmula presidencial del MAS no está definida, advirtió que “las elecciones no van a ser libres, transparentes ni democráticas mientras haya persecución política” en su país y, en plan de autocrítica, se lamentó: “Debimos haber preparado más a la gente para responder a un golpe de Estado”.
BIO. Médica paceña, 44 años, una de las caras de la renovación del Movimiento Al Socialismo (MAS). Bajo los mandatos de Evo Morales fue presidenta del Senado y de la Cámara de Diputados y, hasta el momento del golpe de Estado, ministra de Salud. El 11 de noviembre abandonó Bolivia rumbo a México para salvar su vida junto a Morales y al vice Álvaro García Linera. Vive como refugiada en la Argentina.
-¿Cómo analiza la actualidad de Bolivia?
-Lo que está sucediendo es de una enorme gravedad para toda la región. El quebrantamiento de la democracia muestra una situación que podría repetirse en otras democracias de la región. El quebrantamiento tan violento con 36 muertos, más de 1.500 detenidos ilegalmente y centenares de heridos y la participación tanto de la Policía como de las Fuerzas Armadas generan un antecedente nefasto. Hoy los derechos y las libertades constitucionales no están garantizados, hay una enorme restricción a la libertad de expresión, hay una persecución política a exautoridades del presidente Evo Morales y, además, una utilización de la judicialización para llevar a cabo esta persecución y pretender limitar los derechos políticos de enormes sectores de la población. El MAS ganó las elecciones con más del 10% sobre su contrincante, Carlos Mesa. Esto implica que casi el 50% de la población optó por un nuevo mandato de Evo Morales. Hay una intencionalidad de los golpistas de proscribir al MAS y pretender negar los derechos políticos de ese 50%.
-El próximo 22 de enero debería finalizar el mandato constitucional de Morales y diversos sectores anunciaron movilizaciones. Ante esto, el gobierno de facto ordenó la militarización de las ciudades. ¿Cómo se explica esto?
-Esto muestra a un gobierno golpista que le teme a la población. No es un gobierno de transición, como ha pretendido autonombrarse, sino un gobierno golpista y de imposición violenta de sus posiciones. Un gobierno que requiere a las Fuerzas Armadas y a la Policía para gobernar es un gobierno dictatorial que le teme a la gente. Para sostener a este gobierno tienen que ir de la mano de la fuerza y están dispuestos a reprimir, están dispuestos a sacarle la vida a la gente para sostenerse en el poder.
"(El de facto) No es un gobierno de transición, como ha pretendido autonombrarse, sino un gobierno golpista y de imposición violenta de sus posiciones."
-¿A poco más de dos meses del golpe de Estado, hace alguna autocrítica?
-Debimos haber preparado más a la gente para responder a un golpe de Estado y no solamente centrarnos en el debate electoral, puesto que la derecha en Bolivia siempre tuvo la predisposición a ir por la vía violenta. Tanto el gobierno como las organizaciones sociales bajamos demasiado la guardia. No preparar suficientemente la respuesta para un escenario violento les facilitó el camino a los golpistas.
-¿A qué se refiere con preparar más a la gente?
-La gente en Bolivia estaba preparada para celebrar un triunfo electoral, pero no habíamos preparado la respuesta a un escenario violento y de golpe. Creer que todo se va a resolver a través del aparato estatal, la burocracia y las elecciones fue un error y una debilidad. En política no se puede bajar la guardia frente a un enemigo que está dispuesto a todo. Esto no tiene que ver solamente con nuestras fuerzas internas, sino con el debilitamiento de ciertas estructuras que a nivel internacional posibilitaron frenar el golpe de Estado de 2007 y 2008 y que ahora estaban tan debilitadas que no podían dar una respuesta para frenar el golpe, como por ejemplo Unasur, que jugó un rol fundamental en 2007 y 2008 y fue prácticamente inexistente en 2019.
-En relación a las próximas elecciones, Morales ha dicho que “cuando Estados Unidos muerde no suelta”. ¿Usted cree en que habrá elecciones libres y transparentes?
-Ningún Estado puede sostener una crisis como la que estamos viviendo de manera permanente o por muy largo tiempo. Una de las salidas es la convocatoria a nuevas elecciones, pero esas elecciones no van a ser libres, transparentes ni democráticas mientras haya persecución política y militarización. No puede hablarse de elecciones transparentes y libres cuando la libertad de expresión no está garantizada y cuando se está persiguiendo a más de 5.000 exfuncionarios públicos.
-¿Cómo podría garantizarse un proceso electoral transparente?
-Debe haber una participación mucho más definida de la comunidad internacional. No puede ser solamente la Organización de los Estados Americanos (OEA) o la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) quienes hagan la observación electoral. Es importante la participación de organismos como la Organización de las Naciones Unidas (ONU) o de organizaciones especializadas como el Centro Carter para tener realmente la posibilidad de una elección que más o menos garantice los derechos democráticos para todos por igual.
-Sobre las próximas elecciones hay algunos sectores del MAS que ya han definido a la fórmula presidencial compuesta por David Choquehuanca y Andrónico Rodríguez y otros sectores se han distanciado del liderazgo de Evo Morales ¿Cuál es la actualidad del partido?
-Una de nuestras tareas fundamentales es mantener la unidad. Nosotros creemos que Evo es una piedra angular en la construcción al interior del MAS y ese rol lo sigue jugando hoy a pesar de las enormes dificultades de tener que estar fuera del territorio boliviano por la persecución que hacen los golpistas. No es fácil, pero lo estamos haciendo con la convicción absoluta de que la unidad es uno de los elementos que debe primar por encima de cualquier otro interés sectorial, personal o individual.
"Debimos haber preparado más a la gente para responder a un golpe de Estado y no solamente centrarnos en el debate electoral, puesto que la derecha en Bolivia siempre tuvo la predisposición a ir por la vía violenta."
-El Pacto de Unidad, que reúne a distintas organizaciones sindicales, sociales y campesinas de Bolivia, ya definió la fórmula Choquehuanca-Rodríguez. ¿La fórmula ya está definida o se definirá este fin de semana en Buenos Aires?
-La construcción de la fórmula es compleja porque el MAS no es un partido clásico, sino un partido de organizaciones sociales. Por lo tanto, las discusiones están caracterizadas por un debate interno muy amplio y diverso. Hay muchas instancias de debate y, por supuesto, todas ellas son muy importantes, como lo será la reunión del fin de semana en Argentina y como es importante la opinión de los dirigentes del Pacto de Unidad. Yo entiendo que no hay todavía nada cerrado hasta que se haga el anuncio oficial y la inscripción de nuestros candidatos.