El presidente Mauricio Macri tiene dos pronósticos sobre las elecciones cordobesas del próximo domingo que su equipo de campaña jamás habría imaginado tres años atrás. Uno se proyecta sobre el mensaje de las urnas en un territorio determinante para el escenario nacional. El otro está sembrado de interrogantes respecto a los esfuerzos que deberá hacer la Casa Rosada para continuar la campaña por la reelección presidencial a partir del lunes, cuando falten cuarenta días para el cierre de candidaturas y dos meses para las PASO nacionales del 11 de agosto.
Sin disciplinar la feroz interna entre el diputado nacional Mario Negri y el intendente de la capital provincial, Ramón Mestre, ambos candidatos radicales se medirán por separado frente al gobernador peronista Juan Schiaretti, que buscará su reelección, con encuestas que le anticipan una victoria holgada. Con negociaciones que casi terminaron en un escándalo, la Casa Rosada no pudo consensuar un candidato para disputar el control de una provincia que no tiene primarias y que fue determinante en 2015 para la llegada de Cambiemos al poder.
En esa desventaja late el primer pronóstico que barajan cerca del Presidente. Evoluciona al calor de la apuesta que redobló Cambiemos en los últimos diez días para respaldar a Negri, como postulante del Frente Córdoba Cambia, la franquicia local del oficialismo a nivel nacional que recibió el respaldo la jefa de la Coalición Cívica, Elisa Carrió; la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal y su colega jujeño, el radical Gerardo Morales.
La apuesta que hizo la Casa Rosada para nacionalizar estos comicios a favor de Negri es el sustento de las previsiones más esperanzadoras que albergan los funcionarios consultados por este portal. En Balcarce 50 le otorgan a su candidato una cosecha de votos de 22 puntos, que es la marca que tuvo Negri hasta el 11 de marzo, cuando se extinguió Cambiemos Córdoba. Los números menos esperanzadores que le adjudican a Negri desde la Casa de Gobierno son casi el doble de los 8 o 10 puntos que le dan a Mestre. Pero en el equipo de campaña que reporta al titular del interbloque de Cambiemos en la Cámara de Diputados hablan de “un repunte de cuatro puntos durante la última semana”, gracias a la artillería pesada que desplegó el Gobierno, a pesar de la crisis económica que obligó a sus operadores a frenar buena parte de la campaña.
Igualmente, en tierra mediterránea los jugadores en pugna perciben un alto nivel de desinterés en los votantes y una mínima conmoción pública a partir de las acusaciones sobre vínculos con el narcotráfico que Carrió le endilgó al peronismo.
Para Negri, el viento de cola aportado por el Gobierno lo habría posicionado con una intención de voto que varía entre el 25 y el 28%, mientras que Mestre acumularía un 12%, frente a un Schiaretti que, para esas encuestas, varía entre el 40 y 42%.
No son las estimaciones que estudian con fruición en Balcarce 50, donde consideran que los dos aspirantes radicales no llegarían, sumados, al 30%. También le adjudican a Schiaretti una victoria con un caudal superior al 50%, con una cifra que también le permitiría al frente oficialista Hacemos por Córdoba quedarse con la capital provincial, detrás de la candidatura a intendente del peronista Martín Llaryora, que aparece como favorito para quitarle al radicalismo el manejo de la ciudad.
ESCARPADO CAMINO NACIONAL. En las proyecciones de esos resultados se cocina el segundo pronóstico que baraja el Presidente, porque a partir del próximo lunes deberá transitar con esos números a cuestas para pelear su reelección en el territorio que concentra el 8,6% del padrón nacional, con 2.884.427 electores, según los datos de los padrones utilizados en 2017.
“Por más que Negri le gane a Mestre, su derrota frente a Schiaretti también implicará una derrota para Macri y eso lo puede transformar en un fantasma dentro de Córdoba”, graficó un importante operador de Cambiemos que pronostica otro recorte alternativo para este domingo: 42% para el PJ, 25% para Negri y 12% para Mestre, con la esperanza de que Luis Juez, enfundado como candidato a intendente por Córdoba Cambia se imponga frente a Llaryora y evite que el peronismo se quede con la principal cabecera urbana del interior del país. La boleta única utilizada en las elecciones provinciales podría servirle de mucho al ex embajador en Ecuador para ser competitivo en la capital.
A pesar de esos temores, en Balcarce 50 sostienen que Macri todavía conserva en la provincia una intención de voto que varía entre el 40 y el 44%. La gran incógnita que reconocen en su equipo de campaña es cómo potenciar esos números después del efecto que aguardan para este domingo, luego de haber apostado a una nacionalización que, hasta ahora, sólo le aportó un espaldarazo a Negri por encima de Mestre, pero sin acercarlos a la victoria.
En las generales del 25 de octubre de 2015, la fórmula que compartió Macri con Gabriela Michetti cosechó el 53,22% de los votos y en segunda vuelta llegó al 71,52%, frente a la fórmula kirchnerista que integraron Daniel Scioli y Carlos Zannini, que sumaron en octubre el 19,26% y en noviembre el 28,48%.
En Córdoba, los números de la primera y segunda vuelta presidencial de 2015 fueron el cierre de una competencia que tuvo su capítulo provincial el 5 de julio, donde Schiaretti junto a Llaryora obtuvieron el 39,99% para el PJ. Cambiemos, sin internas, registró el 33,74%, con la fórmula integrada por el radical Oscar Aguad (actual ministro de Defensa) y el macrista Héctor “Coneja” Baldassi.
Sin embargo, el ex árbitro encabezó la lista de diputados nacionales dos años después, en los comicios de medio término de 2017, donde la alianza Cambiemos alcanzó el 48,48% y superó por casi 20 puntos al peronismo dividido entre Unión por Córdoba, que obtuvo el 30,48%, y el Frente Córdoba Ciudadana con el 9,71%.