Además de su relevancia en términos políticos, 2019 es el año de mayor carga en lo relativo a compromisos de deuda bonaerense de los últimos tiempos. Y en un cronograma pesado que no se toma vacaciones, enero será caliente ya que, en una semana, la administración encabezada por María Eugenia Vidal tendrá que desembolsar más de $12.400 millones en concepto de intereses y amortizaciones por dos bonos emitidos en moneda extranjera: uno en euros y otro en dólares.
El monto en pesos que desembolsará la Provincia en sólo una semana por los compromisos relativos a los dos bonos mencionados, será de $12.400.803.125, cifra once veces superior a la que pagó en enero de 2018.
El primer sacudón de 2019 para las arcas bonaerenses se dará este martes, cuando la Provincia efectúe el pago de 26.875.000 euros correspondientes al segundo servicio de renta (intereses) por el bono por EUR 500 millones que el gobierno de Vidal emitió en el mercado de capitales europeo en julio de 2017 a una tasa fija anual de 5,375%. Estos títulos de deuda pública que vencerán en 2023, fueron exhibidos en su momento como una señal positiva del regreso argentino a los mercados, al acceder a una plaza financiera “que ninguna provincia exploraba desde hace más de 15 años”.
Allí, se destacó “el interés que despertó la provincia de Buenos Aires en los inversores” a pesar de “no estar presente en el mercado de euros por más de una década”. Más allá del auspicioso análisis que hizo el Ministerio de Economía bonaerense de esa emisión de deuda, lo cierto es que éste fue el último de los cinco bonos en moneda extranjera que la gestión vidalista emitió en el lapso de un año y medio. El turbulento 2018 mantuvo cerrada la puerta de los mercados internacionales y 2019 no asoma con variantes en esa línea, algo que lleva al Ejecutivo a recurrir a estrategias alternativas como el reciente financiamiento vía ANSES mediante el cual colocó tres bonos por $28.400 millones a tasas promedio del 9,75%.
El segundo pago que el gobierno de Vidal tendrá que afrontar en los próximos días, más precisamente el lunes 28, refiere al primer servicio de amortización e intereses de los bonos por 750 millones de dólares que en enero de 2011 emitió la administración de Daniel Scioli a una tasa del 10,875%. La cancelación de estos bonos se darán en tres tandas: la primera el lunes venidero, la siguiente en enero de 2020 y la última en enero de 2021. Por lo pronto, el próximo lunes 28 la Provincia pondrá a disposición de los tenedores de estos títulos un total de USD 290.756.250.
Si se toma la cotización de este lunes del Banco Nación (dólar a $38,50 y euro a $44,90), el monto en pesos que desembolsará la Provincia en sólo una semana por los compromisos relativos a los dos bonos mencionados, será de $12.400.803.125, cifra once veces superior a la que pagó en enero de 2018 ($1.139.673.979).
Semejante incremento se compone de ingredientes que, juntos, hicieron de estos compromisos un cóctel explosivo. En esta oportunidad se añade la primera tanda de amortización del bono por USD 750 millones, mientras que es el primer pago de intereses completo que se hace del bono en euros (en enero de 2018 se pagó sólo la mitad de la tasa fija anual ya que los títulos fueron emitidos en julio de 2017). Como corolario, estas cargas llegaron tras un 2018 de turbulencia cambiaria galopante que duplicó, de un enero a otro, la traducción en moneda local de los compromisos en moneda extranjera.
Tal como contó Letra P el año pasado, solo en lo que refiere a los compromisos por bonos en moneda extranjera, la Provincia tendrá que desembolsar más de $76 mil millones. De los 13 bonos que configuran la gruesa telaraña de la deuda bonaerense –los más añejos datan de 2005, en la gestión de Felipe Solá-, cinco corresponden a emisiones realizadas por la administración vidalista en su primer año y medio de gestión (entre marzo de 2016 y julio de 2017).
Este martes, será la línea de largada para una pesada carrera con obstáculos durante el año electoral en un contexto donde los mercados internacionales permanecen cerrados, pero los pagos apremian más que nunca.