La presión de los gobernadores, sobre todo los peronistas, frente a las pretensiones del Gobierno nacional para aprobar el Presupuesto 2019 es un claro reflejo del agravamiento de la situación económica en las provincias. Ésa es la lectura que hace todo el arco sindical sobre la coyuntura nacional y la razón por la que se puso en marcha una virtual guerra de trincheras para consolidar la presencia de las diferentes corrientes gremiales en el interior del país.
En ese marco y en el estribo del cuarto paro general contra el gobierno de Cambiemos, se inscribe el acto que este jueves realizará el flamante Frente Sindical por el Modelo Nacional, que integran los gremios moyanistas, el SMATA y la Corriente Federal de los Trabajadores, todos ellos, sectores opuestos a la conducción de la CGT. Con el microestadio de Ferro como escenario, buscarán dar una señal de fortaleza reuniendo a referentes de medio centenar de regionales provinciales de la central obrera.
El acto apunta a encauzar sindicalmente el clima caldeado que se vive en las provincias y que se expresó en los últimos días en paros y movilizaciones en varias de las principales ciudades del país.
Apenas empezado el mes, el 4 de septiembre, el cordón industrial que se extiende desde la localidad santafesina de San Lorenzo hasta el norte de Rosario quedó prácticamente paralizado por una huelga general disparada por nuevos despidos en la Fábrica Militar de Fray Luis Beltrán. En los piquetes y las movilizaciones confluyeron regionales de CGT de diferentes localidades, la CTA de los Trabajadores y la CTA Autónoma, que unificaron posiciones y los diversos reclamos de sus trabajadores.
Cuatro días después, en la ciudad de Córdoba, se repitió casi de manera calcada la situación. Bajo el título "Contra el ajuste y la recesión", el plenario de sindicatos enrolados en la CGT alineado al triunvirato que integran Juan Carlos Schmid, Héctor Daer y Carlos Acuña trazó un diagnóstico dramático sobre la situación del empleo y los sectores productivos en la provincia. Ése fue el punto de partida desde el que convocaron a una movilización a la que se plegaron los gremios disidentes agrupados en la CGT Rodríguez Peña, las dos CTA y las centrales de estudiantes. Finalmente, la movilización multitudinaria sacudió la capital provincial el 7 de septiembre.
A eso se sumó la participación activa de la regional La Plata de CGT en las movilizaciones protagonizadas por los trabajadores del Astillero Río Santiago.
Con el acto del jueves, el Frente Sindical que conducen el camionero Pablo Moyano, el bancario Sergio Palazzo y el gráfico Héctor Amichetti apunta a capitalizar el trabajo que durante dos años y hasta su salida de la Secretaría del Interior de CGT desarrolló Francisco "Barba" Gutierrez. Desde ese cargo, el dirigente metalúrgico, que en las últimas semanas se mostró en los encuentros de los gremios disidentes, se dedicó a recorrer el país y consiguió normalizar a unas 60 de las 77 delegaciones regionales de la central, no sin cortocircuitos con otros integrantes del Consejo Directivo.
Uno de sus detractores de entonces era Pablo Moyano, que criticaba el sesgo político con el que el "Barba" caminaba las provincias. Más tarde, en diciembre del año pasado, la renuncia del metalúrgico al cargo de secretario de Interior y la del camionero a la secretaría Gremial un tiempo después, inició un acercamiento que decantó en la colaboración mutua para el armado nacional del Frente Sindical.
La presión de las seccionales provinciales también se siente con fuerza sobre la conducción de la principal central obrera del país. Durante los últimos meses, diferentes conducciones provinciales, con las patagónicas a la cabeza, reclamaron mayor presencia de la CGT frente en el conflicto social que por momentos desborda a los propios dirigentes locales. Un caso significativo es el de Chubut, donde la crisis económica, sumada al terremoto político provocado por el procesamiento de funcionarios públicos, desató un tembladeral que obligó a que la conducción sindical a hacerse presentes en varias oportunidades.
La preocupación sobre la situación en las provincias quedó expuesta también durante una reunión en la que la cúpula sindical escuchó de primera mano de dirigentes del mal llamado interior, un grave diagnóstico económico. Tras ese encuentro, la CGT fijó para el 25 de septiembre el cuarto paro general desde la llegada de Mauricio Macri a la Casa Rosada.
A instancia de Luis Cejas, el dirigente del gremio de viajantes que pasó a ocupar el lugar vacante que dejó Gutierrez, el Consejo Directivo de la CGT recibió el último martes a las delegaciones regionales de la Patagonia. Acompañado por Daer y Acuña, los sindicalistas comprometieron la adhesión a la medida de fuerza del martes 25 y a activar protestas en el distrito más golpeado por la crisis.