Las conexiones a internet por fibra óptica directa al hogar (FTTH, según sus siglas en inglés) treparon de 150 mil a 217 mil en los últimos cuatro años, pero representan sólo el 3% de accesos fijos a nivel nacional, según el último informe de la Cámara Argentina de Internet (Cabase) elaborado a partir de cifras del Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom). A raíz de ello, el promedio de velocidad de las conexiones fijas en el país es de apenas 13,2 mega bit por segundo (Mbps), mientras que el 40% de esos accesos cuentan con una velocidad que oscila entre 1 y 6 Mbps. El vicejefe de Gabinete, Andrés Ibarra, prometió el año pasado, cuando todavía era ministro de Modernización, sumar 2 millones de conexiones y elevar la velocidad promedio a 20 Mbps para 2020. Los socios de Cabase habían asumido la responsabilidad de aportar la mitad de esas nuevas conexiones FTTH. Sin embargo, la fuerte suba del dólar, en un contexto de elevada volatilidad e incertidumbre, ha puesto en riesgo esas inversiones.
“Nuestro compromiso era hacer en promedio 1.000 localidades de 1.000 casas pasadas, pero en otra Argentina. Evidentemente esto que está pasando va a influir en los planes de inversión. Los va a postergar”, advirtió a Letra P el presidente de Cabase, Ariel Graizer.
El total de accesos de internet fija a nivel nacional creció a una tasa superior al 10% entre 2009 y 2013, con un pico de 17,5% en 2013, según cifras de Enacom. En esos cinco años la cantidad de conexiones trepó de 3.701.198 a 6.209.334 (67,7%). A partir de 2014, la expansión continuó pero con una tasa de crecimiento significativamente más baja que fue de 6,2% en 2014, 4,3% en 2015 y 3,8% en 2016. El año pasado el crecimiento se aceleró al 8,5%, elevando el número de conexiones a 7.870.222 y en el primer trimestre de 2018 la cifra trepó a 8.037.053, registrando un salto de 10% respecto al mismo trimestre del año anterior.
La provincia de Buenos Aires concentra el 43,2% de esas conexiones, la Ciudad de Buenos Aires el 17,0%, Córdoba el 8,8%, Santa Fe el 8,4% y el resto de las provincias aportan por debajo del 3% cada una.
La tasa de penetración de internet fija cada 100 hogares era de 24,14% en 2008 y desde entonces ha venido trepando de manera ininterrumpida hasta llegar al 58,2% en el primer trimestre de este año. Es una cifra aceptable si se la compara con países de ingreso similar. Según datos de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), a fines de 2016, el 52,3% de los hogares tenían acceso a internet. En los países desarrollados la tasa promedio era de 83,8%, en los países en desarrollo de 41,1% y en los países considerados menos desarrollados de apenas 11,1%. La penetración de América Latina y el Caribe por ese entonces era del 39%. El nivel mínimo de penetración lo tenía Cuba (5,56%), mientras que los máximos eran St. Kitts y Nevis (70,5%), Barbados (62,9%), Chile y Uruguay (59,7%). En ese trabajo de la UIT, publicado en junio de 2017 y citado por Cabase en su informe semestral de 2017, Argentina tenía una tasa de penetración de 55,7%.
Pese a los niveles de penetración, la velocidad de las conexiones fijas es relativamente baja. El cablemódem, que a mediados de 2017 sobrepasó al ADSL, concentra el 50% de las conexiones; y el ADSL conserva un 45%, aunque en el primer trimestre de este año perdió un 4% respecto del mismo período del año anterior. Luego, muy por detrás, aparecen las conexiones por fibra óptica con sólo el 3% del total.
En la actualidad se consolida entre los usuarios el consumo de video como formato favorito, lo que impulsa el incremento sostenido del volumen del tráfico. Entre julio de 2017 y julio de 2018, el tráfico cursado en la Red Nacional de Puntos Regionales de Interconexión de Internet de Cabase creció 73% y desde el inicio de la medición, en enero de 2011, aumentó casi 245 veces. El tráfico de datos superó los 380 Gbps sostenidos en julio. Además, Internet de las Cosas, las ciudades inteligentes y la economía digital también exigen mayores inversiones en redes de transporte y fibra óptica para mejorar la calidad del servicio a precios accesibles, pues la tecnología FTTH es la única capaz de soportar los anchos de banda que requiere un hogar medio, y también una mayor cantidad de puntos de interconexión de tráfico para hacer un uso más eficiente de los recursos.
La velocidad promedio en el primer trimestre fue 13,2 Mbps, pero al analizar la situación por provincia se observa que sólo la Ciudad Autónoma y la Provincia de Buenos Aires alcanzaron niveles por encima de la media nacional con 17,8 y 14,2 Mbps, respectivamente. Luego aparecen siete provincias con velocidades cercanas a la media nacional: Córdoba (12,8 Mbps), Chaco (12,4), Misiones (12,1), Neuquén (12), Santa Fe (11,2) y Corrientes y Formosa (11,1 Mbps). A su vez, en el extremo opuesto se ubican La Pampa (4 Mbps), Santa Cruz (5,2) y Chubut (5,4 Mbps) con los promedios de velocidad más bajos del país.
Para incrementar la tasa de penetración de internet y mejorar la velocidad, el Gobierno prometió el año pasado que para 2020 se sumarían 2 millones de accesos a internet con fibra óptica y las empresas que integran Cabase sumarían la mitad de esas nuevas conexiones al llegar con fibra directa a 1.000 hogares en 1.000 localidades. De hecho, diversas pymes y cooperativas ya tienen en marcha proyectos en más de 200 localidades, con una inversión cercana a los 300 millones de dólares.
“Lo de las 1.000 casas en 1.000 localidades es un promedio. Algunas localidades tienen más de 1.000 hogares con fibra. Tienen 4.000 o 5.000 casas pasadas. El objetivo es llegar al millón de casas pasadas. Evidentemente esto que está pasando va a influir en los planes de inversión. Los va a postergar. Por ejemplo, nuestros puntos de intercambio de tráfico son consorcios autogestionados que tienen infraestructura propia. En Buenos Aires tenemos falta de bocas de 100 gigas. Hay miembros que piden bocas de 100 gigas. Venimos hace un año juntando plata y vamos a seguir juntando plata para comprar switches que tengan bocas de 100 gigas. No es fácil porque los equipos son en dólares. Tardaremos más en juntarlos porque lo que recaudamos nosotros son pesos”, advierte Graizer.
El dólar subió más de 100% en menos de un año. Por lo tanto, es muy difícil mantener el ritmo de una inversión que tiene equipamiento en dólares. “Estamos luchando mucho con el Gobierno para tener tasas subsidiadas. De hecho le estamos pidiendo que el fondo del servicio universal salga como garante de esas inversiones y también que nos tomen la red como parte de la garantía porque si uno compra equipamiento para hacer un despliegue de red, tiene un activo muy grande, que es la red, pero no lo toman como garantía”, concluyó Graizer.
El autor es miembro del Programa de Industrias Culturales y Espacio Público (UNQ).