Desde que fue sometido a procesos judiciales por denuncias de abuso que lo obligaron a renunciar a su banca en la Legislatura de Río Negro, la realidad política de Rubén López, secretario general del Sindicato de Obreros Empacadores de la Fruta de Río Negro y Neuquén (SOEFRNyN), se convirtió en una incógnita. Quien fuera catalogado como el sindicalista favorito del gobernador Alberto Weretilneck, al que se le otorgaron beneficios millonarios por los que recolectó un notable poder en su provincia, hoy parece condenado a un final inexorable tras el pedido de renuncia de todos los integrantes de la comisión directiva que encabeza.
“Yo pongo la decisión de mi continuidad a disposición del Congreso. Si quieren que me vaya, me voy”. La contundente frase abrió una incógnita sobre el destino de este gremio clave en el Alto Valle, y que hoy pone la atención del poder político rionegrino. Si bien tiene injerencia en Neuquén, López logró -hasta este tiempo- acaparar su fuerza en los gobiernos de Weretilneck. Pero las acusaciones de delitos sexuales lo obligaron a alejarse de la estructura de Juntos Somos Río Negro (JSRN), el partido que emuló -todavía sin ese éxito de décadas- al Movimiento Popular Neuquino (MPN).
En el inicio de la semana, en la sede Cipolletti, secretarios generales de todas las seccionales se encontraron con un objetivo claro: pedir la renuncia de López. Entre los argumentos, los dirigentes coincidieron en “un abandono” de la conducción y se quejaron de los avatares que sortea la obra social.
Este miércoles, cuando el reclamo comenzó a expandirse y las críticas se multiplicaban, el caudillo sindical se defendió, en diálogo con FM La Súper de General Roca, al reconocer que la situación de la mutual “no es fácil” y que “(la obra social) sólo recauda los tres o cuatro meses de temporada, (pero) está disponible" todo el año. "Así es imposible seguir", reconoció pasado el mediodía mientras redactaba su renuncia que será presentada en las próximas horas.
Enemigo del camionero Rubén Belich, quien hoy conduce la filial rionegrina de la Confederación General del Trabajo (CGT), logró manejarse por fuera de la estructura madre del sindicalismo en la comarca. En sus inicios, cercano a una pata peronista, que en otros tiempos apoyó la candidatura del fallecido ex gobernador Carlos Soria, logró acumular poder. Luego, en el modelo provincialista, eludió las estructuras nacionales al igual que denuncias de fraude en cada elección que se impuso.
Su poder y capacidad de movilización lo acercaron a Weretilneck cuando asumió la gobernación, en 2012, tras la muerte de Soria. La relación se consolidó y, sólo a principios de 2017, recibió como aporte “no reintegrable” 1.750.000 pesos para fabricar “guardapolvos, mochilas y cartucheras”. Según se estima en una investigación del diario Río Negro, el SOEFRNyN acumuló en los dos mandatos de Weretilneck casi 30 millones de pesos.
COMPAÑEROS. Los mismos integrantes de la lista azul, la nómina que encabezó, se encontraron en Cipolletti para marcar unidad de acción y pedirle de manera decorosa su renuncia. El secretario adjunto, Orlando Álvarez, fue uno de los que firmó un improvisado documento este martes en las oficinas de la calle 25 de mayo. En el mismo, se exige el reemplazo que “ordene” la situación institucional. “Me extraña que me planteen esto el tesorero Marcos Bielma y también José Giles (seccional General Roca), que siempre los acompañé”, fue la respuesta de López, que volvió a poner en duda su continuidad: “Si quieren que me vaya, me voy”.
El texto que circuló entre la comisión directiva.
Esta tormenta que atraviesa el gremio comenzó hace tiempo. Las denuncias que finalizaron en un juicio con un reconocido ex jugador de Boca Juniors lo eyectaron del bloque oficial, donde tenía un lugar de peso. “Las cuestiones judiciales que tiene no son favorables”, se quejó Giles en las últimas horas en una muestra clara del rechazo.
Como informó Letra P, junto a la UATRE, el SOEFRNyN acordó un polémico porcentaje del 15 por ciento para el 2018. Con un impacto absolutamente negativo, entre otros factores, López atraviesa las horas más críticas desde que es secretario general.