Pasaron apenas dos horas y media entre la reunión del directorio de Télam en la que sus tres miembros terminaron de diagramar el plan de ajuste y desguace de la agencia hasta que el titular del Sistema de Medios Públicos, Hernán Lombardi, lo aprobó. Fue el viernes 15 de junio, entre las 15 y las 17.30. El viernes 22, una semana después, el directorio volvió a reunirse para poner en marcha el plan. Cuatro días después, el martes 26, la ola de despidos que ejecutó la gestión Cambiemos en la empresa engrosó la nómina de desempleados con 357 trabajadores de prensa que todavía hoy resisten la barrida oficial y mantienen en paro absoluto a ese medio público.
Letra P accedió a lo que, internamente, se denominó “Plan Estratégico de Transformación”. Es un escueto paper de apenas carilla y media, dividido en cuatro puntos. Plantea, entre otras cosas, la “negociación de nuevas condiciones laborales” para aplicar la “polivalencia” de los trabajadores. Un esquema de multitarea y sobre explotación a través de una “redacción integrada”, como las que ya operan en los principales multimedios privados del país.
El programa de ajuste y condiciones de trabajo pautado por el presidente del directorio, Rodolfo Pousá, su vice, Ricardo Carpena, y el director vocal, Pablo Ciarlero, lo que pretende es hacer mayor cantidad de tareas con un 40% menos del personal. Así quieren que funcione la “nueva Télam”, con la que los directores de la agencia intentaron sin éxito seducir a los cerca de 500 trabajadores que no despidieron.
Si bien el Plan Estratégico se propone “la vocación” de “convertirla en una empresa estratégica”, en los hechos la idea es arrasar con los convenios vigentes e instaurar la multifunción. Hasta lo dice, sin eufemismos. En su punto 3, donde anota sus “Metas”, se propone la “formación de fotógrafos en video”, “de periodistas en foto y video” y de “diseñadores gráficos en programación y maquetación”. Multitasking por el mismo precio. Por el mismo salario.
Entre los eufemismos utilizados en el plan que firmó Lombardi y que los propios directores pusieron en ejecución con el acta de directorio 125, del 22 de junio, aparecen frases como “gestionar de manera eficiente los recursos” u “optimizar la relación entre ingresos y costos”.
También se promueve “la producción y difusión de información de todas las provincias”. Algo muy a contramano con la ola de despidos aplicada el mes pasado, cuando literalmente vaciaron varias corresponsalías de Télam en todo el país.
El plan de ajuste disfrazado de modernización prevé una “redacción integrada”, con una “planta donde convivan periodistas y técnicos de diversas especialidades para fomentar la gestación de contenidos multimedia”.
El punto 4 del Plan Estratégico es el que resume todo. Allí se esgrimen las necesidades de achique bajo el término “Acciones Propuestas”:
-Nuevo Organigrama;
-Readecuación dotacional;
-Negociaciones relativas a un nuevo convenio laboral;
-Redacción integrada;
-Convergencia con otras áreas del SFMyCP (Sistema Federal de Medios y Contenidos Públicos).
Los trabajadores de Télam durante la presentación de Lombardi, en la Cámara de Diputados.
EL RECORTE. En el acta de directorio 123, fechada el 15 de junio y en la que los tres directores aprobaron el Plan Estratégico y, dos horas después, ya habían conseguido la luz verde de Lombardi en la Asamblea General de la empresa, es Pousá quién advierte que los despidos venían con respaldo del Gobierno. Lo hace a través de las asignaciones presupuestarias: en ese acta explica que Télam requiere 738,3 millones de pesos para los salarios de todo el año, más otros 82,8 millones de gastos administrativos. Pero el Presupuesto asignado no llega a 696 millones.
El escobazo de trabajadores que aplicaron entre los directores y Lombardi llevó a que Télam requiera un refuerzo presupuestario de 480 millones de pesos extra. Un plan de ajuste que, llamativamente, arrancó con un cheque por más del 68% del total de recursos asignados a la agencia para todo el año.