El presidente Mauricio Macri cedió el control de toda la economía a dos funcionarios: el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, y el presidente del Banco Central (BCRA), Luis Caputo. Son ellos los que arrancan este lunes otra semana decisiva para el control de las variables macroeconómicas, jugándose una doble final. Por un lado, este martes se vencerán 530.000 millones de pesos de Lebacs. Por el otro, tendrán que anunciar la evolución inflacionaria de junio y las previsiones no son buenas: daría entre 3,5% y 4%.
El equipo económico ya adelantó que el plan es ir desactivando la bomba financiera que se gestó con las Lebacs. Así que el plan se sustancia sobre la idea de ir bajando el nivel de renovación de estos papeles. El desafío es evitar que los pesos que decidan abandonar ese modo de inversión se muden violentamente al dólar. Para eso, el Gobierno lanzará los bonos BOTE 2020.
El mes pasado, El BCRA disparó aún más sus tasas, pasando del 40 al 47%, para contener una escapada de ahorristas en modo Lebacs. Sin embargo, apenas renovó renovaron el 60% de sus letras, por un total de $308.473 millones, que tenían un vencimiento total de $514.779 millones.
Para la licitación de las próximas horas, Caputo tomó la decisión inversa: bajó la tasa del vencimiento mensual del 52% al 48,5%. Igualmente, todos los analistas coinciden en que será difícil la renovación de la totalidad de la plaza.
La tensión se mudará entonces al dólar. La semana pasada, el Ejecutivo logró sostener la divisa estadounidense por debajo de los 28 pesos, luego de una nueva escapada que la llevó a rozar los 30 pesos. La prueba de fuego para Caputo y Dujovne será que los pesos que no se renueven en Lebacs no vayan corriendo a transformarse en dólares. Los BOTE 2020 serán clave para atajar eso,
Lo que también deberán explicar Caputo y Dujovne esta semana es la disparada inflacionaria que hubo en junio. Los funcionarios tendrán esta semana el anuncio del Índice de Precios al Consumidor (IPC) del mes pasado y todas las previsiones son muy malas. Los más optimistas hablan de un 3,5% de inflación en apenas un mes. Otros pronósticos hacen trepar ese número al 4%.
Lo que explican es que, finalmente, la devaluación de mayo y junio, de casi el 40%, empezará a reflejar en estadísticas lo que los consumidores ya pueden verificar en las góndolas.
Hasta ahora, el Indec midió un 12,9% de inflación en los primeros cinco meses del año.