Los últimos dos meses resultaron agitados para el gobierno de Mauricio Macri por la cantidad de frentes conflictivos que debió atender. Un período de crisis, principalmente por el desajuste de variables macroeconómicas, que contó con distintos episodios problemáticos en una serie que comienza con la primera disparada del dólar, el 3 de mayo, continúa con la apertura de negociaciones con el FMI y los cambios en el gabinete de ministros, y concluye la última semana de junio con las repercusiones del paro general de la CGT. A esto se suma la media sanción en Diputados del proyecto de legalización del aborto, que expuso con claridad fisuras internas en el oficialismo, y protestas masivas contra el rumbo económico. Hechos que aceleraron la caída en la imagen pública de los miembros del Poder Ejecutivo y pusieron a prueba el modelo comunicacional del Gobierno, que gozaba de un escenario mediático benévolo si lo comparamos con el panorama hostil que debió afrontar el kirchnerismo. Hasta entonces, la mayoría de los grandes medios se mostraban favorables al Gobierno, aprobaban sus acciones -con algunos matices- y pocas veces ponían en aprietos a la gestión de Cambiemos.
Para observar la manera en que el Gobierno se vinculó con la prensa en este contexto, se realizó un seguimiento a los funcionarios del gabinete nacional -Presidente, vicepresidenta y todos los ministros- en más de 130 entrevistas concedidas para radio, televisión, medios gráficos y digitales, durante mayo y junio. Se analizaron a su vez trece conferencias de prensa de la etapa, donde se observan principalmente los medios autorizados a preguntar.
De acuerdo al relevamiento realizado, los 26 miembros del poder Ejecutivo ofrecieron 133 entrevistas durante estos dos meses.
Entrevistas de mayo y junio por grupos de medios (Fuente: elaboración propia)
De ese total, el 50% de las entrevistas se concentraron en medios que pertenecen al Grupo Clarín (Clarín, El Trece, TN, Radio Mitre) y Grupo América (América TV, A24, La Red). Lejos, se encuentra un segundo grupo integrado por los medios estatales nacionales y provinciales (11%); La Nación (10%) y el portal de noticias de Daniel Hadad, Infobae (3%). Por último, se observa una larga cola integrada por 26 medios de comunicación de Capital Federal y varias provincias argentinas que, sumados, lograron realizar la misma cantidad de entrevistas que los medios de Clarín.
Si tomamos en cuenta a los periodistas, las entrevistas fueron realizadas por 68 comunicadores distintos. Sin embargo, un selecto grupo de tan solo cuatro realizaron casi el 30% del total. Luis Majul se ubicó primero y logró 12 entrevistas: casi una de cada 10 estuvo a su cargo. Le siguen Marcelo Longobardi (9); Luis Novaresio (8) y Jorge Lanata (7). Los periodistas que más diálogo público mantuvieron con los funcionarios en este periodo tienen presencia en radio y televisión en los dos grupos de medios más favorecidos. Otras figuras recurrentes en la conversación con el Gobierno fueron Alejandro Fantino, Marcelo Bonelli y Mirtha Legrand, con tres entrevistas cada uno.
Aunque existe una alta dispersión de actores y medios involucrados, el relevamiento permite ver una marcada concentración alrededor de un puñado de grupos de medios y figuras periodísticas, que en todos los casos han sostenido una línea editorial más o menos afín al discurso oficial. Los medios y periodistas más beneficiados reflejan no sólo la concentración de la propiedad en el sistema de medios, sino que además fueron los mayores destinatarios de la pauta oficial durante 2017.
Entrevistas a funcionarios según tipo de medio (Fuente: elaboración propia)
La radio AM, y especialmente los programas de la primera mañana, son los más elegidos por los funcionarios del Gobierno para realizar declaraciones públicas. Radio Mitre (Grupo Clarín) es el medio de comunicación con mayor número de entrevistas, lo que explica la preponderancia de la AM en los números generales. En TV paga sobresalen TN y A24, mientras que al segmento de la prensa gráfica lo dominan Clarín y La Nación.
En cuanto a las entrevistas realizadas con medios ubicados fuera de la Ciudad de Buenos Aires, en general se corrobora algún tipo de vínculo con los grandes grupos de la Capital. Es el caso de los diarios La Voz del Interior (Córdoba) y Los Andes (Mendoza) propiedad de Clarín y La Nación; Canal 9 de Chaco, que mantiene un acuerdo de retransmisión con El Trece (Grupo Clarín) o Radio Nihuil de Mendoza, propiedad del Grupo América. Mención especial merece labrujula24.com, un medio digital de la ciudad de Bahía Blanca que accedió a una entrevista con el presidente Mauricio Macri: este medio cuenta entre sus socios fundadores al actual dueño del diario La Nueva (ex La Nueva Provincia), el histórico diario bahiense que fuera propiedad de la familia Massot hasta 2017.
Su consulta no molesta
El complejo frente económico dominó la agenda de las conferencias de prensa durante este periodo. El ministro de Hacienda y Finanzas, Nicolás Dujovne, participó, solo o acompañado de otros miembros del gabinete, en 7 de las 13 conferencias relevadas. Lo siguieron el presidente Macri y el ministro de Relaciones Exteriores, Jorge Faurie, quienes se subieron al atril en dos ocasiones. El jefe de Gabinete, Marcos Peña, y el ministro de Modernización, Andrés Ibarra, lo hicieron en una oportunidad cada uno.
Preguntas en conferencias de prensa según grupos de medios (Fuente: elaboración propia)
Si agrupamos a los medios de comunicación que más tomaron la palabra, vemos que, sobre 83 preguntas realizadas, nueve grupos concentraron el 80% de las consultas. El Grupo Clarín (12) y La Nación (11) fueron los que más veces accedieron al micrófono, seguidos de los medios estatales (8). Completan el listado Infobae e Indalo Medios (C5N y Ámbito Financiero) con siete intervenciones cada uno, Grupo América (6) y Cadena 3 (5). El Grupo Indalo, cuyos medios siguen una línea editorial abiertamente crítica del oficialismo, no aparece representado en las entrevistas, pero sí logra un espacio en esta instancia, que obliga a una interacción más regulada. La ausencia de Telefé (Viacom) entre los primeros lugares podría explicarse en el menor peso del rubro periodístico de su programación, mientras que la participación de la agencia Bloomberg (6) se entiende por tratarse de una de las más influyentes en provisión de información financiera. El 20% de las preguntas restantes se reparte entre 17 medios de comunicación de menor porte. La muestra da cuenta del ecosistema centralizado de medios donde se imponen grupos que concentran la propiedad en el audiovisual y la prensa gráfica.
Otra particularidad de las conferencias tiene que ver con su breve duración. En la mayoría de los casos -exceptuando las disertaciones del Presidente y el jefe de Gabinete-, el momento destinado a las preguntas no supera los 15 minutos, e inclusive en tres de ellas ni siquiera se extiende más allá de los diez. Se contabilizan así, en promedio, seis preguntas por conferencia, una cifra baja teniendo en cuenta que en ocasiones hubo hasta 50 periodistas acreditados.
La excesiva utilización de la cadena nacional durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, -sólo durante su segundo mandato se estima que se comunicó por esta vía en más de 100 ocasiones-, y las escasas entrevistas y conferencias ofrecidas por sus principales funcionarios marcó la relación del Gobierno con los grandes medios en la etapa anterior. El macrismo tomó nota y, una vez en el gobierno y ante un escenario mediático ampliamente favorable, omitió la formación de cadenas, pero se prestó generoso a las entrevistas. Y en particular, a las conferencias de prensa. Sin embargo, el recorte sesgado de actores habilitados a tomar la palabra durante las conferencias las convirtió en intercambios formales, “gestos democráticos” que no terminan de conformar una versión superadora del modo de relacionarse con quienes, a priori, no comulgan con el ideario oficial. La misma situación de concentración de la palabra que se observa en las entrevistas concedidas se verifica también en la distribución de las preguntas entre los medios acreditados en las trece conferencias de prensa analizadas.
El Gobierno parece haber comprendido que en un contexto de crisis, el margen para dar “buenas noticias” es escaso, por lo que desplegó una estrategia de comunicación focalizada que priorizó a los medios más cercanos políticamente, para minimizar las sorpresas o la exposición de argumentos débiles. La selección de ciertos medios y actores no le garantizó un “blindaje mediático”, pero sí la posibilidad de disminuir riesgos, mediante la construcción de su propia versión de los hechos en espacios conocidos y comúnmente frecuentados. Los funcionarios no minimizaron la importancia de la crisis; necesitaron explicar y argumentar. Y buscaron para hacerlo cierta protección o complicidad en la prensa “amiga” o, por lo menos, más piadosa.
Los autores son becarios CONICET y Miembros del Programa de Industrias Culturales y Espacio Público (UNQ).