Letra p en paraguay. elecciones 2018

Marito ya es presidente pero ganó por poco y mira de reojo al Senado y a Cartes

Los colorados volvieron a ganar pero lejos del triunfo arrollador que pronosticaban. La diferencia fue escasa y no les permite tener mayoría en el Congreso. El arribo de Cartes al Senado trae ruido.

Como indicaba la mayoría de las encuestas, Mario Abdo Benítez es el nuevo presidente de Paraguay. Pero, contrariando a esas mediciones e incluso a los sondeos de boca de urna, la diferencia con su contrincante, Efraín Alegre, fue de menos de 4%. De hecho, al cierre de esta nota, Alegre no había reconocido la derrota.

 

En Paraguay no hay segunda vuelta. Por lo tanto, con ganar por un solo voto alcanza, pero esta paridad se trasladó a la elección de legisladores, donde el Partido Colorado (ANR) ganó pero no llegó a la mayoría en la elección de senadores. En la de diputados, como la representación es departamental, los colorados conservarían la mayoría, pero ya es un hecho que "Marito" deberá gobernar con un Congreso de mayoría opositora en los próximos cinco años -en Paraguay no hay elecciones de medio término. 

 

 

La del Senado era la pelea de fondo y algunos hasta se animaban a considerar que era la principal dado el peso político específico de dos de los contrincantes. El actual presidente colorado, Horacio Cartes, y el ex presidente Fernado Lugo. Como se suponía, dada su baja popularidad, la lista encabezada por Cartes obtuvo muchos menos votos que la boleta presidencial. El llamado voto "cruzado" lo perjudicó y, con él, a su partido. El dato no es menor: aunque Paraguay tiene un sistema presidencialista, el Senado es un actor clave del poder. Allí se frenó el ingreso de Venezuela al Mercosur, allí se destituyó a Lugo y allí se frenó la reelección de Cartes. 

 

De todos modos, el mandatario saliente puede vanagloriarse de que también ganó. Lo ayudó que liberales y los progresistas solo iban unidos en la presidencial, llevando listas separadas en la legislativa. El candidato del Partido Liberal Radical Auténtico, Blas Lanzoni, salió segundo y Lugo ocupó simbólicamente el tercer lugar de ese podio. De acuerdo a los resultados preliminares, los colorados tendrán entre 15 y 17 bancas en el Senado -sobre un total de 45-, contra 10 a 13 de los liberales y 7 a 10 del Frente Guazu. ¿Trabajarán juntos en el Congreso? Improbable: izquierdistas y liberales compiten por el liderazgo opositor para 2023 y, en el marco de su debilidad, Abdo podría incluso negociar con los senadores luguistas la gobernabilidad necesaria. 

 

 

 

El problema de Cartes ahora es otro. Para poder asumir como senador el 30 de junio próximo, debe renunciar antes a la presidencia. Como su vice, Juan Alfara, ya lo hizo (fue también candidato a senador), los senadores deben elegir un vicepresidente temporario que asuma interinamente la presidencia o permitir que el presidente del Senado ocupe ese lugar. El presidente es Lugo, por lo que se descuenta que los senadores colorados buscarán otra opción.

 

La búsqueda no es fácil. Se pensó en la ministra de la Suprema Corte de Justicia Alicia Pucheta de Correa, pero la cortesana debería renunciar a su cargo en la Justicia para ocupar ese lugar en el Ejecutivo. La tentación de ser presidente es mucha, pero que solo lo sea por 45 días baja mucho las probabilidades de que eso suceda. El otro conflicto es que Lugo ya avisó que no le tomará juramento a Cartes ni a Duarte Frutos. Se sostiene en que, más allá de los avales judiciales, la Consitución es clara respecto a que los ex presidentes (que no hayan sido destituidos por juicio político, como es su caso) deben ser senadores vitalicios, no senadores plenos. El vitalicio, claro, tiene voz pero no voto. 

 

 

 

El resultado de la elección de este domingo da lugar a muchas lecturas. La primera es la confirmación de la fuerza electoral del partido colorado en Paraguay. Exceptuando la elección de 2008, ha ganado todas las presidenciales (seis en total) desde el derrocamiento de Alfredo Stroessner en 1989 y las posteriores elecciones de 1993. 

 

Otra lectura, desde una mirada regional, confirma que Paraguay seguirá siendo parte de los países de la región con gobiernos pro mercado. Si bien el candidato opositor, Alegre, no renegaba del modelo económico vigente, su alianza con el lugismo ponía puntos suspensivos a la continuidad del mismo. Fiel representante de la ortodoxia colorada, "Marito" solo prometió mejoras sociales sin modificar un rumbo que le ha dado a Paraguay crecimiento a tasas chinas, aunque sin horadar la desigualdad ni la pobreza. 

 

Pero, más allá de estas miradas positivas, lo ajustado del resultado confirma que la reedición de la alianza entre los liberales y la izquierda fue una buena decisión y que, pese a las críticas en la campaña de propios y ajenos en función de los enfrentamientos del pasado reciente (destitución de Lugo dixit), no hubo un rechazo en las urnas a este acuerdo electoral. 

 

En tercer lugar, se abre una paradoja. Abdo Benítez sabe que su oposición a Cartes lo empujó a ganar la interna colorada e incluso a usufructuar para el oficialismo un voto anti oficialsta, pero ahora bien puede suponer que su posterior abrazo con el presidente en pos de la unidad partidaria lo debilitó de cara a la elección general. Ese debilitamiento se traducirá en no tener mayoría en el Congreso, con lo cual deberá reforzar su alianza interna con el cartismo desechando, en principio, la idea que anidaba en algunos de sus colaboradores de correr a Cartes como factor de poder. "Si ganamos por 20 puntos, Cartes termina preso, confesó a Letra P un importante dirigente colorado. 

 

 

 

Hay coincidencia en los analistas políticos locales en que el año que viene habrá Asamblea Constituyente en Paraguay y que, más allá de la excusa, siempre vigente, de reformar la Justicia, lo que se buscará es habilitar la reelección presidencial, vetada por temor a reeditar un Stroessner pero que funciona como un llamador para todos los mandatarios de Paraguay y probablemente del mundo.

 

¿Se podrán volver a poner de acuerdo Abdo y Cartes para 2023? Falta mucho para dar certezas, pero este resultado no es alentador al respecto. 

 

Fernando Cerimedo, asesor de Javier Milei acusado de conspirar contra el gobierno de Lula da Silva.
Carolina Cosse y Yamandú Orsi, una izquierda moderada para gobernar Uruguay.

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