En el marco de su comunicado de Política Monetaria, el Banco Central (BCRA), confirmó que seguirá interviniendo para controlar el precio del dólar. En paralelo, alertó que esta herramienta será complementaria de la política monetaria y tiene como objetivo evitar que las subas en el tipo de cambio frenen el proceso de desinflación. Además, el titular de la entidad, Federico Sturzenegger, blanqueó el nuevo nombre que tendrá desde ahora el esquema de intervención a la divisa: la “flotación con intervenciones ocasionales”.
“El Banco Central ratifica su esquema de flotación cambiaria con intervenciones ocasionales, como complemento de su política monetaria, ante dinámicas disruptivas capaces de alterar la marcha de la inflación o de generar efectos negativos en las condiciones financieras”, detalló la entidad. Y agregó que “luego de la pronunciada depreciación observada desde diciembre, durante las últimas semanas el peso siguió mostrando signos de debilidad. En ese contexto, el BCRA decidió intervenir para sostener el valor de la moneda, en la convicción de que, en las condiciones actuales, una depreciación mayor a la ya ocurrida no estaría justificada ni por impactos económicos reales ni por el curso planeado de su política monetaria y que, de no evitarse, tendría el potencial de ralentizar el proceso de desinflación. El Banco Central seguirá monitoreando esta situación, y no relajará su política monetaria hasta que se confirmen señales de desinflación compatibles con el sendero buscado”.
Asimismo, la entidad aclaró que “con toda la información disponible, el BCRA decidió mantener su tasa de política monetaria, el centro del corredor de pases a 7 días, en 27,25%. El Banco Central conducirá su política monetaria para alcanzar su meta intermedia de 15% en 2018”.
El comunicado del Central agrega que “en las últimas semanas se conoció el resultado del Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM). La inflación esperada para 2018 aumentó de 19,4% a 19,9% para el nivel general y de 16,9% a 17,1% para el componente núcleo. En tanto, la expectativa de inflación creció de 13,5% a 14% para 2019 y de 9,1% a 9,7% para 2020. La inflación esperada para los próximos doce meses disminuyó de 18,6% a 17,6%.
Por su parte, las estimaciones y los indicadores de alta frecuencia de fuentes estatales y privadas monitoreados por el Banco Central de la República Argentina (BCRA) indican que la inflación de febrero mostrará un alza respecto del valor registrado en enero, tanto en el nivel general como en la inflación núcleo, principalmente como producto de un aumento en los precios regulados y del precio de algunos bienes transables. El BCRA considera que esa aceleración de precios es temporaria y que, completadas buena parte de las correcciones tarifarias y apaciguada la dinámica cambiaria local, la inflación consolidará su tendencia a la baja.