GOBIERNO OFFSHORE

Díaz Gilligan, un plan de control de daños que terminó en una ruidosa salida

En Casa Rosada sabían hace una semana que el funcionario era investigado por su cuenta en Andorra. Buscaron diseñar un esquema que no resienta la relación con Carrió y la UCR.

El subsecretario General de la Presidencia, Valentín Díaz Gilligan, abandonó su cargo una semana después de enterarse que el diario El País de Madrid lo investigaba por esconder 1,2 millones de dólares en una cuenta off shore del Banco Privado de Andorra. La noticia recién se conoció el jueves por la noche, pero la Casa Rosada ya había puesto en marcha un operativo de control de daños para contener el impacto del escándalo y el malestar de la Coalición Cívica junto al radicalismo.  

 

Ante las consultas de Letra P, fuentes de la Casa Rosada explicaron que el funcionario decidió “irse sólo del cargo y en forma verbal”. “Lo anunció esta tarde. Se trata de un subsecretario y está muy golpeado desde la semana pasada cuando empezó todo”, explicó una fuente cercana al jefe de Gabinete, Marcos Peña. “Hoy hizo el anuncio y ni siquiera presentó un papel”, confió la fuente en referencia a la salida del segundo del secretario Fernando de Andreis, aunque poco antes de las 20, la secretaría General de la Presidencia difundió el facsímil de la "renuncia indeclinable" que Díaz Gilligan le presentó a su jefe inmediato. 

 

 

Fuentes vinculadas a la investigación explicaron a este medio que el lunes de la semana pasada Díaz Gilligan recibió la primera consulta al respecto, contestó el martes y la primera nota del caso fue publicada el jueves por la noche. Este lunes, una semana después de conocer las primeras requisitorias periodísticas, el subsecretario anunció su partida. Sin embargo, la semana de silencio multiplicó las intrigas de los socios políticos de Cambiemos.

 

 

 

En Balcarce 50 redujeron la dimensión del escándalo. “Es un subsecretario al que el Presidente no conocía”, sostuvo el funcionario consultado, que se encargó de negar el malestar de los socios menores de Cambiemos, como la Coalición Cívica y la Unión Cívica Radical, cuyas autoridades partidarias tendrán una reunión este martes en el Hotel Savoy.

 

La información no coincide con el malestar que destilan los referentes de la CC, quienes confirmaron la “incomodidad” de su principal líder, Elisa Carrió, y del “lilito” Fernándo Sánchez, que desde hace dos meses ocupa la Secretaría de Fortalecimiento Institucional, dentro de la órbita de la Jefatura de Gabinete de Peña. Este domingo, en medio de las críticas, el titular del bloque de diputados de la UCR y del Interbloque Cambiemos anticipó el malestar desde su cuenta personal de twitter y opinó que el funcionario señalado "debería pedir su separación del cargo, ir a la Justicia y aclarar su proceder". 

 

 

 

En el diseño original de su cargo, las principales tareas de Sánchez están vinculadas a la probidad, ética pública y control de transparencia. Quizás por esa situación el funcionario fue el vocero elegido por la Coalición Cívica para tomar distancia y destilar, con elegancia, el malestar de Carrió. "Si yo fuera Díaz Gilligan pediría licencia. Es algo que está en mí, es algo personal de cada uno. Me parece también que hubiera hecho lo que está haciendo: presentarse con todos los papeles. Los papeles mandan y el primer interesado en sacarse de encima esta situación es él", dijo en declaraciones radiales.

 

 

 

Cerca de Carrió negaron la partida de los funcionarios de la CC dentro del Gobierno, pero confirmaron la “desazón” del socio menor de Cambiemos sobre el escándalo. “Tenemos una responsabilidad ejecutiva, y no la vamos a postergar. Pero esto ha sido como dispararse en una rodilla cuando comienza el segundo tiempo de un partido muy importante”, se lamentó un colaborador de “Lilita” consultado sobre el malestar del oficialismo que, finalmente, desembocó en la salida del funcionario.

 

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